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Violencia en Afganistán

Afganistán vive los días más violentos desde el derrocamiento de los talibanes

Al menos un centenar de personas mueren en combates y atentados por todo el país

Afganistán ha vivido en las últimas 48 horas uno de periodos más sangrientos desde el derrocamiento por Estados Unidos del régimen talibán, a finales de 2001. Más de un centenar de personas han muerto en los combates desatados en las provincias fronterizas con Pakistán de Helmand y Kandahar, donde las tropas norteamericanas se empeñan en aniquilar a los restos de la red terrorista de Al Qaeda y de los talibanes. Además, los dos coches bomba que estallaron en las ciudades de Herat y Gazni revelan la peligrosa deriva de Afganistán por el caos que asola Irak.

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El continuo incremento de la violencia que padece Afganistán desde hace un año ha deteriorado sensiblemente las relaciones con el vecino Pakistán. El presidente afgano, Hamid Karzai, volvió a acusar ayer a los servicios de inteligencia paquistaníes (ISI) de formar y apoyar a la insurgencia afgana. "Pakistán debe saber que se acabó el tiempo en que los gobiernos afganos se formaban y se destituían en Islamabad", declaró Karzai durante una reunión mantenida en la provincia de Kunar con jefes tribales y dirigentes locales.

Los combates comenzaron el miércoles en la provincia de Helmand, donde al menos murieron 13 policías afganos y medio centenar de talibanes, según declaró el gobernador Amir Mohamed Ajundzada a la emisora británica BBC. Tropas norteamericanas y de la ISAF (Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad en Afganistán) prestaron apoyo aéreo a la policía afgana, pero hasta anoche hubo combates esporádicos.

Mientras, una operación aérea de EE UU en la sureña provincia de Kandahar dejó entre 15 y 20 militantes muertos, según un portavoz militar. La operación se puso en marcha después de la muerte el miércoles de una capitana canadiense, cuya compañía se vio envuelta en un tiroteo con talibanes.

Casi más inquietante que el incremento de la insurgencia es el aumento de los atentados suicidas. En Herat, un hombre estrelló ayer su coche contra un convoy de extranjeros. Además del suicida, murió un funcionario estadounidense que entrenaba a la policía afgana. Otros dos estadounidenses, un rumano y dos afganos resultaron heridos y están siendo atendidos en el hospital de la base de apoyo española e italiana de Herat.

Otro suicida lanzó su coche al paso de un convoy militar de EE UU en la ciudad de Gazni. Mató a un viandante afgano e hirió a un militar estadounidense y dos civiles.

En lo que llevamos de año ya se han producido en Afganistán una veintena de atentados suicidas con coches cargados de explosivos. En todo 2005, fueron 17 y el año anterior, tan solo cuatro.

La violencia de los últimos meses no sólo tiene como objetivo a las tropas extranjeras sino también los intentos reformistas y aperturistas del Gobierno de Karzai, como ponen de manifiesto los ataques e incendios de más de 200 escuelas a las que asistían niñas. Todo apunta a un resurgir de los talibanes, que se alimenta del descontento entre los jóvenes de la mayoría pastún del país -el 40% de los 25 millones de habitantes-, que ven limitado su acceso a los escasos puestos de la Administración, copados en buena medida por las minorías tayika y uzbeka, integradas en la Alianza del Norte, en la que se apoyó EE UU para derrocar el régimen del mulá Omar.

A petición de Washington, que mantiene 18.500 soldados en Afganistán, la OTAN -bajo cuyo mando se encuentra la ISAF- ha comenzado a aumentar sus efectivos desde los actuales 9.000 hasta los 14.000, que pretende tener antes de que acabe el año. El Reino Unido ha aceptado el envío de otros 3.000 soldados que se desplegarán precisamente en Helmand. Ayer, Bulgaria, uno de los nuevos miembros de la OTAN, decidió el envío de otros 70 militares que se harán cargo del aeropuerto de Kabul.

El Pentágono pretende limitar su presencia en Afganistán a unos 15.000 hombres, después de que la OTAN haya aumentado los suyos y extendido su misión sobre la totalidad del país. Fuentes de la Alianza Atlántica señalan que es "muy probable" que para entonces se unifiquen todas las fuerzas extranjeras en Afganistán bajo el mando de un general norteamericano de la OTAN.

Agentes estadounidenses y afganos inspeccionan la zona donde un suicida estrelló su coche ayer en Herat (Afganistán).
Agentes estadounidenses y afganos inspeccionan la zona donde un suicida estrelló su coche ayer en Herat (Afganistán).EFE

UNA CAMPAÑA VIOLENTA CON NUEVOS MÉTODOS Y VIEJOS OBJETIVOS

- En lo que va de año se han registrado una veintena de atentados suicidas, más que en todo 2005.

- Los talibanes han atacado o incendiado 200 escuelas a las que asistían niñas.

- El presidente Hamid Karzai acusa a Pakistán de instruir y apoyar a los insurgentes afganos

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