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Estafa en la inversión filatélica

Economía investigó a Fórum en 2001 y 2003 por supuesto blanqueo de capitales

Un ex directivo de la empresa envió desde Suiza cinco millones de dólares a un traficante de armas

Fórum Filatélico, la sociedad de compraventa de sellos intervenida por el juez Fernando Grande-Marlaska por un supuesto fraude masivo, e investigada por el juez Miguel Ángel Torres de Marbella en relación con la Operación Ballena Blanca, había sido ya investigada en 2001 y 2003, años antes de que se destapara la supuesta estafa de los sellos y el escándalo del lavado de dinero procedente del narcotráfico en urbanizaciones de la Costa del Sol. Las investigaciones del Servicio para la Prevención del Blanqueo de Capitales no fructificaron en nada concreto.

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El Servicio Ejecutivo para la Prevención del Blanqueo de Capitales (Sepblac, adscrito al Banco de España y supervisado por el Ministerio de Economía), denunció en 2001 la supuesta vinculación de quien entonces era uno de los principales gestores de Fórum con un traficante de armas de origen israelí. El Sepblac detectó el pago, a través de una de las filiales de esta sociedad filatélica, de más cinco millones de dólares a través de cuentas en Suiza a dicho vendedor de material militar. Nunca trascendió que esta investigación se materializase en detenidos pero, en todo caso, el Sepblac hizo un informe sobre ella con la aclaración de que se trataba de una operación sospechosa.

Sólo dos años más tarde, en 2003, los máximos responsables de las Fuerzas de Seguridad y del control financiero conocían por el mismo organismo, el Sepblac, una segunda denuncia que apuntaba que el mercado de la compraventa de sellos en España estaba sirviendo supuestamente para canalizar flujos económicos muy distintos de su objeto declarado.

Tres sociedades filatélicas vinculadas a directivos de Fórum, según la investigación del Servicio de Prevención del Blanqueo de Capitales, recibían importantes inyecciones de dinero. Los ingresos no procedían de ahorradores empeñados en buscar más rentabilidad a su dinero sino de sociedades domiciliadas en Gibraltar, según el Sepblac. Las transferencias sospechosas detectadas, y registradas en un informe por su supuesta irregularidad, superaban los 19 millones de euros.

Las pesquisas del Sepblac se acercaron un poco más al origen real de esos fondos que llegaron a sociedades vinculadas en España a algunos de los principales responsables de Fórum en el año 2003.

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Los envíos económicos se hacían desde una empresa filatélica con sede en Gibraltar que, según la investigación, hacía de pantalla para ocultar la identidad de su auténtico propietario: un empresario español al que se investiga en relación con otros negocios supuestamente destinados a encubrir y rentabilizar fondos delictivos.

Una vez que el dinero procedente de la pretendida sociedad filatélica de Gibraltar llegaba en España a las firmas vinculadas al gestor de Fórum, estas sociedades filatélicas lo remitían a otras cuentas corrientes en bancos de Suiza y de Andorra. Estos ingresos se registraban a nombre de una sociedad española relacionada con la joyería. La investigación del Sepblac tampoco concluyó en este caso con detenidos.

La sospechada finalidad de estos envíos de dinero investigados por el Sepblac era lavar en España elevadas sumas de dinero que procedían de actividades ilícitas.El Gobierno, entonces en manos del PP, recibió en estos años reiteradas alarmas sobre la supuesta instrumentalización que se estaba haciendo por parte de organizaciones criminales para enmascarar sus fondos económicos en la operativa comercial de las sociedades filatélicas españolas.

La información recabada por el Sepblac es compartida por un amplio consejo del que forman parte la Fiscalía Anticorrupción y los directores de la Policía, Guardia Civil, Aduanas, Inspección Financiera y Tributaria.

A pesar de las alarmas recibidas en este organismo, con plenas competencias para la persecución del blanqueo o para instar una nueva regulación del sector, el Gobierno del PP no tomó medidas contra estas empresas.

En respuesta a la demanda de mayor control sobre las sociedades filatélicas que recibió en 2002 de la Asociación de Usuarios de Bancos, Caja y Seguros (Adicae), los principales organismos reguladores (Comisión Nacional del Mercado de Valores, Banco de España y Ministerio de Economía) se desentendieron alegando que carecían de competencias.

El desinterés mostrado por reforzar la vigilancia del sector por estas instituciones, resulta especialmente significativo ya que el organismo que estaba vertiendo alarmas de blanqueo de capitales por las filatélicas, el Sepblac, está adscrito al Banco de España y tiene como responsable máximo al secretario de Estado de Economía de turno.

Intervención judicial

La investigación de Hacienda que ha permitido ahora la intervención judicial de estas sociedades nació en 2003, fruto de una mera inspección fiscal rutinaria que destapó un desfase entre las compras declaradas por ellas y las ventas registradas por sus proveedores.

Las tramas societarias filatélicas, según los investigadores, ofrecían un canal privilegiado para la salida y entrada de capitales a través de filiales en paraísos fiscales, que como ya ha comprobado Anticorrupción y la Agencia Tributaria, en muchos casos no existían. Sólo servían para justificar el pago en el extranjero por sellos, cuyo valor quedaba fuera de la posible comprobación por el fisco. Y, una vez colocado el dinero en el extranjero, regresaba a España y se recolocaba por empresas pantalla de los gestores filatélicos en operaciones urbanísticas, singularmente en la Costa del Sol.

Para despistar al fisco, el dinero de las filatélicas extraído de sus filiales extranjeras pasaba en esos negocios de terrenos por manos de hasta cuatro empresas que simulaban entre sí sucesivas compraventas, según la investigación del Sepblac. Los dueños reales de todas ellas coincidían en unas pocas manos.

Ese puñado de empresarios, que incluía a mafiosos italianos y a promotores españoles vinculados o no al sector filatélico, se vendían mutuamente terrenos con precios que superaban en algún caso hasta el 500% del coste inicial del suelo.

Así, según la investigación, lograban aflorar un valor oculto: donde antes tenían millones de euros sin posible salida a la superficie dada su ilegal procedencia, ahora poseían flamantes urbanizaciones en terrenos de la Costa del Sol que podían venderse a plena luz del día.

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