El gasto en resonancias sigue disparado con un desfase del 70% respecto a lo previsto en 2005

El dinero que Sanidad paga a las empresas adjudicatarias del diagnóstico por resonancia magnética nuclear sigue disparado. En 2005 el sobrecoste respecto a lo previsto fue del 70% y alcanzó los 15,71 millones de euros, lo que eleva el desfase total a 56,45 millones desde que se puso en marcha esta fórmula en 2001. Con este dinero, la consejería que dirige Vicente Rambla podría haber comprado 43 equipos de resonancia magnética, construido unos 18 centros de salud o dos hospitales como el que se levantará en Llíria. El desfase es un 1,2% del presupuesto de Sanidad.

"A falta de tres años para que venza el contrato se ha gastado el 90% del dinero"

No ha habido un solo año que Sanidad haya cumplido con sus planes en cuanto al gasto previsto en el pliego de condiciones del concurso que privatizó el diagnóstico por resonancia en 2001. Los 6,02 millones de euros de sobrecoste de 2001 pasaron a 8,16 (2002), 12,12 (2003), 14,44 (2004) y a 15,71 millones en 2005, según reflejan los datos remitidos por la Generalitat al grupo socialista de las Cortes en respuesta parlamentaria.

Las diferencias no son las mismas entre las tres adjudicatarias -que tras la compra de la empresa Inscanner por parte de Beanaca se quedaron en dos-. Eresa, que es la firma adjudicataria en las provincias de Castellón y Valencia facturó el año pasado 10,8 millones más de los 16,9 previstos. Beanaca realizó resonancias por valor de 2,6 millones frente a la previsión de 1,4, mientras que Inscanner facturó 7,6, más del doble de lo previsto (3,8 millones de euros).

La suma total de la diferencia entre las cifras de gasto estimadas en el contrato y el dinero liquidado por Sanidad entre 2001 y 2005 asciende a 56,45 millones de euros. Teniendo en cuenta que el precio de un equipo de resonancia oscila entre 1 y 1,5 millones de euros, la consejería podría haber comprado 43 equipos de 1,3 millones. Pero además, se podrían haber construido unos 18 centros de salud de 3 millones de euros -el precio de una instalación de tipo mediana- o dos hospitales como el de Llíria, cuyo precio es de 24 millones de euros, como recogen los compromisos de inversión prevista en los presupuestos de la Generalitat para 2006.

Los especialistas consultados por este diario apuntan como la principal causa de esta importante desviación a la falta de control de personal sanitario ajeno a las adjudicatarias y de la consejería. Y es que no hay una integración funcional entre los radiólogos de los hospitales públicos -encargados de elegir la técnica de diagnóstico por imagen más adecuada en cada caso- y los técnicos y facultativos de las empresas que practican las pruebas. Así, a mayor número de exploraciones, mayor beneficio para las adjudicatarias, un aspecto que ha sido duramente criticado por la oposición que, antes de que entrara en vigor esta fórmula, ya avisó del riesgo que había de que se dispararan los gastos.

"Es un despilfarro", señala la diputada socialista María José Mendoza, respecto al incremento del gasto en resonancias. "A falta de tres años para que venza el contrato, ya se ha gastado el 90% del dinero destinado" comenta. La diputada destaca que frente a un coste anual por ciudadano en resonancias de tres euros en el hospital Doctor Peset de Valencia, el único que tiene equipos públicos, en las adjudicatarias se dispara esta cifra hasta los 10 euros.

Consciente de esta situación, el departamento que dirige Vicente Rambla señaló el año pasado que estaba negociando con las tres empresas que prestan el servicio para habilitar fórmulas que evitaran el incremento continuo de gasto. Ocho meses más tarde, aún no se ha llegado a ningún acuerdo, aunque "se sigue negociando", según fuentes oficiales de Sanidad.