Zapatero apuesta por la negociación y descarta represalias

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, reconoció ayer que la decisión de Bolivia de nacionalizar sus hidrocarburos "puede plantear problemas", pero aseguró que centrará la actuación del Ejecutivo en el "esfuerzo político y diplomático", y descartó que el contencioso vaya a afectar a la ayuda española al país andino. Una comisión interministerial viajará próximamente a La Paz para aclarar el alcance del decreto nacionalizador.

La composición de la comisión, más técnica que política, así como la fecha del viaje, estaba siendo ultimada anoche en La Moncloa, en una reunión del asesor económico del Presidente, Miguel Sebastián, con los secretarios de Estado de Exteriores, Economía y Comercio. El de Exteriores, Bernardino León, presidirá la delegación, que integrará a los Departamentos citados, emprenderá viaje "cuanto antes" y hará una escala de regreso en Brasil.

Esta visita fue acordada muy tarde en la noche del martes, por el ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, y el presidente boliviano, Evo Morales. El líder indigenista telefoneó al ministro, según le pidió la víspera el número dos de Exteriores, Bernardino León, a través del ministro boliviano de la Presidencia, Juan Pedro Quintana.

Moratinos dijo ayer en Vilnius, la capital de Lituania, que había transmitido a Morales "la firmeza de nuestra preocupación y la voluntad de encontrar una solución". El presidente boliviano le reiteró al ministro que su Gobierno "desea ser patrón soberano sobre sus recursos", pero "no rechaza la presencia de empresas extranjeras" ni excluye tener "socios" en la ejecución de sus políticas energéticas.

"Socios, no patronos"

Saber cuál es exactamente esa condición de socios, a la que aludió Morales cuando dijo, hace tres meses en Madrid, "queremos socios, no patronos", es el objetivo del Gobierno en estos momentos, según comentó ayer Zapatero durante un acto sindical.

"El pueblo boliviano va a tener siempre a España a su lado, más allá del conflicto puntual", añadió el presidente, que aseguró que la ayuda española al desarrollo de Bolivia no se verá "en absoluto" afectada por la nacionalización de los hidrocarburos.

Zapatero dijo que no creía que la reunión del fin de semana en La Habana, entre el líder cubano, Fidel Castro, el presidente venezolano, Hugo Chávez, y el propio Morales, hubieran influido en la decisión del presidente boliviano, aunque confirmó que Chávez conoció de antemano el explosivo anuncio que su colega andino haría el 1 de mayo.

Explicó el presidente que tenía esa información porque se la había dado personalmente Chávez, durante una llamada telefónica que le hizo en la tarde del martes. El líder venezonalo confirmó, en efecto, ayer, que había telefoneado a los líderes de España, Brasil y Argentina, los tres países más afectados por la nacionalización del gas boliviano, para trasmitirles el mensaje de que "no hay nada de qué preocuparse".

"El presidente Morales es un hombre de diálogo y todo marchará bien para Bolivia y para todos los actores involucrados en el tema de los hidrocarburos. Evo sabe lo que hace", añadió Hugo Chávaz.

El ministro de Industria, Comercio y Turismo, José Montilla, declaró ayer que el Gobierno "tratará de hacer compatible la defensa de los legítimos intereses de la empresas españolas con los legítimos intereses de los Estados, que son soberanos en su toma de decisiones".

Zapatero consideró "previsible" que él y Morales se entrevisten durante la cumbre UE-América Latina que comienza en Viena el 11 de mayo, pero Moratinos precisó que ese encuentro "aún no está en la agenda" "Está todo en el aire", dijo.