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Kirchner toma el control directo de todos los servicios de espionaje de Argentina

Jorge Marirrodriga

El Gobierno argentino ha decidido tomar bajo su control las actividades de espionaje militar y ha ordenado que, en todos sus niveles, el servicio secreto militar quede supeditado al Ministerio de Defensa, dirigido por Nilda Garré, y no a cada uno de los tres cuerpos de las Fuerzas Armadas, como sucedía hasta ahora. El desencadenante de esta decisión ha sido el escándalo originado el mes pasado, a raíz del descubrimiento de labores de espionaje militar sobre políticos, periodistas y miembros de organizaciones de defensa de los derechos humanos en la provincia de Chubut, a unos 1.400 kilómetros al sur de Buenos Aires.

El espionaje era dirigido por mandos de la base Almirante Zar, perteneciente a la Armada, y provocó que el Ejecutivo argentino ordenara la suspensión temporal de las labores de espionaje de los marinos y separara de sus cargos a dos militares de alto rango: el comandante de Operaciones Navales, Eduardo Avilés, y el director de Inteligencia Naval, Pablo Rossi. El escándalo de espionaje es la crisis más importante a la que ha tenido que hacer frente Garré, la primera mujer en la historia de Argentina que figura a la cabeza del Ministerio de Defensa.

La oposición argentina ha apoyado la decisión, pero a la vez ha pedido que exista cierto control parlamentario sobre los servicios secretos militares para que no suponga una mayor concentración de poder en manos del presidente. Con esta medida, el Gobierno del presidente, Néstor Kirchner, centraliza todos los servicios de espionaje del país, cuyo organismo más importante es la Secretaría de Inteligencia de Estado (SIDE), que depende directamente del mandatario.

La decisión de tomar el control de los servicios de espionaje militares supone la segunda ocasión, en poco más de un año, en que Kirchner aprovecha un escándalo en el que se ven involucradas las Fuerzas Armadas para reorganizar su funcionamiento y eliminar prácticas heredadas de la dictadura militar (1976-1983). La anterior maniobra se produjo en febrero de 2005, cuando el presidente argentino destituyó a la cúpula de la Fuerza Aérea y ordenó que los aeropuertos argentinos quedaran bajo control civil y no militar, como ocurría hasta entonces. El motivo fue el descubrimiento de una red de corrupción en el aeropuerto bonaerense de Ezeiza, a raíz del hallazgo en Madrid de dos maletas cargadas con 80 kilogramos de cocaína, que habían llegado a España desde Argentina en un vuelo regular de la compañía Southern Winds.

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Sobre la firma

Jorge Marirrodriga
Doctor en Comunicación por la Universidad San Pablo CEU y licenciado en Periodismo por la Universidad de Navarra. Tras ejercer en Italia y Bélgica en 1996 se incorporó a EL PAÍS. Ha sido enviado especial a Kosovo, Gaza, Irak y Afganistán. Entre 2004 y 2008 fue corresponsal en Buenos Aires. Desde 2014 es editorialista especializado internacional.

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