Kenneth Branagh ambienta en la guerra su adaptación al cine de 'La flauta mágica'
El cineasta rueda en Londres la ópera de Mozart con libreto en inglés de Stephen Fry
Como contribución al Año Mozart, Kenneth Branagh se ha embarcado en uno de sus proyectos más arriesgados: la adaptación cinematográfica de La flauta mágica. Con guión propio y libreto en inglés de Stephen Fry, el realizador y actor británico, que ha trasladado la acción a los albores de la I Guerra Mundial, rueda en Londres con un grupo de sólidos cantantes internacionales sin experiencia en cine. James Colon dirige la Chambre Orchestra of Europa en la nueva grabación de la popular ópera creada por Mozart en 1791, tres meses antes de su muerte.
"Me crié con música popular y no he visto muchas óperas ni soy un amante del género. Me resultaba difícil conectar, pero un músico me dijo: 'Déjate llevar y Mozart hará el resto'. ¡Cuánta razón tenía! Este proyecto me ha despertado la pasión por la ópera", afirma Branagh en los estudios Shepperton, a las afueras de Londres. En su guión de La flauta mágica, la historia se traslada a los albores de la I Guerra Mundial, con el soldado Tamino despistado en las trincheras, la Reina de la Noche conminándole a rescatar a su hija Pamina y el palacio del sabio Sarastro lleno de refugiados.
El plató retumba con la música de Mozart. Suena en play back el aria de introducción de la reina que interpreta la soprano rusa Lyubov Petrova. El realizador no puede contener el entusiasmo ni los nervios. Frente a un monitor supervisa los detalles de la toma que está filmando el director de fotografía Roger Lanser. Branagh mueve la mano derecha como si manejara la batuta y termina estrujándose la cabeza con inusitada furia. Se ha contagiado de la expresión de dolor, la pasión y el dramatismo que despliega la cantante en su primera actuación para el cine. "Es tan diferente a todo lo que he hecho anteriormente. El cine es un reto enorme y estoy descubriendo que me encanta. En la ópera, debes proyectarte con grandes gestos y grandes emociones hacia un público físicamente distante. Ante la cámara debo interiorizar las emociones y cada reacción es, por tanto, más honda y más honesta", compara la soprano.
En esta jornada de rodaje, Branagh rueda secuencias del primer acto de La flauta mágica en un hangar transformado en desolador campo de batalla, con hogueras en la distancia y alambradas por doquier. Petrova entra en acción subida en un tanque pesado que la conduce hasta un apuesto y dispuesto Tamino, interpretado por el tenor canadiense Joseph Kaiser. Le acompaña en la aventura el barítono Ben Davis en su papel del pajarero Papageno. Es el bufón de la obra y sus canarios se encargarán de detectar la presencia de gas letal en las trincheras.
El reparto engloba también al barítono alemán Rene Pape, representando a Sarastro, y a una cantante y actriz novel, la joven Ami Carson, que da vida a Pamina. Todos ellos grabaron sus respectivas voces en los estudios londinenses de Abbey Road acompañados por la Chamber Orchestra of Europa, bajo la dirección de James Colon. Entre los 48 músicos de la orquesta destaca el catalán Jaime Martín, que toca la flauta que da título a la ópera. "La grabación es absolutamente eléctrica", reconoce Kaiser, de 27 años.
"Para mí", prosigue el tenor, "la ópera en vivo y su interpretación en el cine son diferentes dialectos de una misma lengua. La única diferencia es que el movimiento y la expresión deben ser mucho más sutiles en el cine que en la ópera". Finalista en la edición de 2005 de Operalia, el concurso que patrocina Plácido Domingo, Kaiser señala excitado: "Vine fresco, sin ideas preconcebidas. Me aproximé al personaje con mis propios ojos, con los de Ken y con los del maestro James".
Petrova, de 30 años, acumula una larga experiencia en el circuito de recitales y montajes de ópera. El pasado diciembre cantó en el Teatro Real de Madrid y tiene previsto retornar en el otoño con Ariadne en Naxos. Domina las arias de la Reina de la Noche aunque es la primera vez que las canta en inglés. "Hablo la lengua, así que me siento cómoda cantando en inglés. Puedo centrarme en el personaje y profundizar en el dolor que desata tanto odio en ella", afirma.
En 1975, Ingmar Bergman estrenó su propia versión, en sueco, de La flauta mágica. La adaptación de Branagh, que dirige sin intervenir como actor, pretende captar nuevas y jóvenes audiencias sin defraudar a los asiduos de la ópera. Realizada con un presupuesto de unos 25 millones de euros, está financiada por la Fundación Peter Moores, mecenas británico de proyectos artísticos. Llegará a los cines en el primer semestre de 2007.
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