Días de lluvia y República
Dos constantes ha habido en las tres jornadas del I Congreso Nacional de la Lectura: la lluvia primaveral, bendita sea, y la mención permanente a los objetivos culturales de la II República.
Este congreso nace 70 años después de uno que no pudo ser, que debía celebrarse en Cáceres en el otoño de 1936. Nació como idea tras el II Congreso Internacional de Bibliotecas y fue impulsado por el republicano extremeño Enrique Díez-Canedo. La Guerra Civil lo impidió. "Se truncó y ahora lo reemprendemos, 70 años después, es un espacio democrático que piensa la cultura como valor", afirmó el director general del Libro, Rogelio Blanco.
¿Qué hubiera pasado si se hubiese celebrado, si no hubiese habido una guerra y 40 años de dictadura? Especular es inútil, pero, como señaló el editor Alejandro Sierra, cuánta energía se ha perdido.
La sublevación de Francisco Franco contra el Gobierno de la República frustró también "todo un proyecto de renovación pedagógica impulsada por la Institución Libre de Enseñanza", recordó el periodista experto en educación Fabricio Caivano, que moderó la mesa sobre Lectura y educación.
Disociación
¿Qué ha pasado en estos 70 años? "Nuestros hijos han aprendido a leer bien, pero hay una grave disociación. Más del 40%, quizá el 48% de los ciudadanos, no lee y esto enlaza con el fracaso escolar y el analfabetismo funcional", afirmó Caivano. "Hemos pasado de la nada al todo, del modelo de la letra con sangre entra al de la permisividad. Quien no tenga buenos estudios de lingüística, por ejemplo, o no domine una lengua en su juventud", estará marcado, tendrá menos oportunidades.
¿Hay nostalgia de aquellos tiempos en que una falta de ortografía significaba un punto menos en un examen? "No. Nostalgia no, pero para poner en marcha transformaciones educativas se tiene que actuar al mismo tiempo con moderación y sin temor al riesgo".
Se cometieron errores. "Los pedagogos que soñaron la transformación educativa con la LOGSE se olvidaron de los maestros y éstos quedaron desorientados". La Ley Orgánica de Educación, que se aprobó el jueves, brinda una nueva oportunidad. Incluye el proyecto de las bibliotecas escolares en las que se invertirán, explicó Caivano, 50 millones de euros en tres años. El Ministerio de Educación asumirá una mitad, y la otra, las comunidades autónomas.
"Alejandro Tiana (secretario de Estado de Educación) defiende la realidad. Es la primera vez que un proyecto de este tipo tiene dotación económica. Y, además de las bibliotecas escolares, habrá una nueva especialización de bibliotecarios escolares", dijo Caivano.
La noticia fue recibida con salvas en Cáceres, aunque todo el mundo es consciente de que será un proceso largo y complicado. Las fechas que se dan para el proyecto de las bibliotecas de aula y de los maestros-bibliotecarios especializados parecen lejanas: 2014. Como dice Caivano, en temas tan importantes como una renovación pedagógica no se puede andar con prisas.
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