El más afortunado del 'gilismo'
Juan Antonio Roca, gerente de Urbanismo de Gil y asesor de Yagüe, ha acumulado una fortuna incalculable
De las investigaciones realizadas por la policía sobre la trama de corrupción en Marbella puede concluirse que Juan Antonio Roca (53 años) ha sido el principal beneficiado de las ilegalidades urbanísticas cometidas por el Ayuntamiento en los sucesivos mandatos de Jesús Gil, Julián Muñoz y Marisol Yagüe. No en vano, como gerente de Urbanismo entre 1992 y 2003, y desde entonces como asesor del área, Roca ha sido el gran urdidor y diseñador de la política urbanística del gilismo.
En ese tiempo, el siempre discreto y a veces huraño Roca ha podido amasar una fortuna incalculable, una de las más grandes de Andalucía, según se cuenta en Marbella. Pero siempre se ha cuidado de figurar en un segundo plano, igual que lo hizo con su jefe, Jesús Gil, que lo tuvo como uno de sus hombres más leales.
La policía interviene en sus fincas 130 caballos, un helicóptero, joyas y valiosos cuadros
Siempre se ha cuidado de estar en un segundo plano, igual que lo hizo con su antiguo jefe Gil
La gran fortuna de Roca pertenecería a una vasta red de sociedades al frente de las cuales siempre situaba a testaferros. De los 23 detenidos hasta el momento en la Operación Malaya, al menos nueve serían testaferros de Roca, según fuentes próximas a la investigación, y otros seis abogados, la mayoría del bufete de Madrid Sánchez Zubizarreta y Soriano Pastor, que habrían intervenido en la constitución y gestión de esta red de sociedades.
En los últimos días, la policía ha practicado registros en la finca que Roca tiene en San Pedro de Alcántara, La Caridad (ganadería Marqués de Velilla), y en otras de las sociedades supuestamente controladas a través de terceros en Jimena de la Frontera (Cádiz), Robledo de Chavela (Madrid) y Torrepacheco (Murcia), en las que se ha incautado de objetos de enorme valor, y en el hotel La Malvasía, en Almonte (Huelva).
En la finca de San Pedro, la policía ha intervenido 103 caballos de pura raza con un valor estimado de tres millones de euros, con algunos ejemplares "únicos" que podrían valer más de 50 millones de euros y un helicóptero valorado en dos millones de euros.
Pilotar helicópteros era una de las aficiones de Roca, y en la finca de Jimena de la Frontera, llamada La Morisca, disponía de dos helipuertos. Esta propiedad, de 400 hectáreas, dispone de un caserío de 500 metros cuadrados, cuadras y establos que según el proyecto constructivo tenían un valor de casi un millón de euros. El pasado 16 de marzo, el Ayuntamiento impuso una multa de 73.681 euros a la sociedad gestora de la finca por incumplir el proyecto constructivo y exceso de edificabilidad.
En la finca de Robledo de Chavela, la policía ha intervenido otros 30 caballos, una ganadería con un centenar de toros de lidia y una bodega de 800 metros cuadrados con salón, capilla y escenario para actuaciones.
Llamativa es también la valiosa colección de obras de arte intervenida en estas propiedades, más de 200 cuadros, entre los que hay algunos de incalculable valor, como los ocho firmados por Miró o uno de De la Serna en la finca La Loma en Torrepacheco (Murcia). En el palacete de esta hacienda, la policía ha encontrado efectos de coleccionista como tres vehículos antiguos de la marca Mercedes, cámaras fotográficas, armas, joyas, entre las que hay un cáliz de oro, y un autobús de línea.
La policía investiga la procedencia de todo este patrimonio y su posible relación con los más de 600 convenios urbanísticos que negoció Roca en apenas seis años que transcurrieron desde su incorporación a la Gerencia de Urbanismo hasta que en 1998 redactó el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) que no consiguió el visto bueno de la Junta de Andalucía, organismo al que compete la aprobación definitiva del planeamiento municipal.
Roca ya estuvo en prisión preventiva durante una semana en abril de 2002 por su implicación en el caso Saqueo, pendiente de juicio en la Audiencia Nacional. En él están acusados seis colaboradores de Jesús Gil de presuntos delitos de malversación y contra la Hacienda Pública por apropiarse de 30 millones de euros del Ayuntamiento de Marbella mediante la emisión de facturas falsas de diversas sociedades. Algunas de estas entidades estaban controladas por Juan Antonio Roca, en algunos casos también a través de testaferros, una forma de actuar reiterada por el afortunado asesor.
