Avilés revive con un regalo de Oscar Niemeyer
El arquitecto brasileño dona a la ciudad un proyecto cultural que empezará a construirse en seis meses
Fue el artífice de Brasilia. Creó, en mitad de la nada, la realidad de una ciudad futurista. Ahora, Oscar Niemeyer, uno de los arquitectos más prestigiosos del mundo, pretende hacer renacer a sus 98 años una ciudad como Avilés, machacada por una salvaje reconversión industrial que la hundió a mediados de los ochenta. Hoy vuelve a creer en su futuro con el complejo cultural que Niemeyer ha diseñado como regalo a la Fundación Príncipe de Asturias. Pero ha sido un proyecto polémico. Si el Ayuntamiento de Oviedo quería copar todo lo referente a los premios en la capital, el Gobierno autónomo ha decidido apoyar lo que puede ser un Guggenheim para Avilés, una ciudad que sólo ha sufrido golpes en los últimos años. La primera piedra se colocará en seis meses.
"La construcción del centro será un motor dinamizador para la cultura", dice Areces
Se construirá en un gigantesco complejo de 222.000 metros cuadrados en total junto a la ría de Avilés. Son antiguos terrenos de Ensidesa que en el futuro florecerán como un enorme espacio cultural. Ahí se elevará lo que será el Centro Cultural Internacional Oscar Niemeyer, que contará con un auditorio, un centro de congresos y probablemente un museo, que ha sido objeto de todas las polémicas y que estará listo en dos años.
El arquitecto donó su idea a la Fundación Príncipe de Asturias, que le otorgó el Premio de las Artes en 1989. En principio, iba a ser para un museo de la fundación, pero al hablarlo con el Principado, que será el encargado de financiar y buscar recursos públicos y privados para los 24 millones de euros que cuesta su construcción, los responsables del Gobierno autónomo decidieron hacerlo en Avilés porque es donde existía terreno público suficiente para llevarlo a cabo. El Ayuntamiento de Oviedo, temeroso de que un centro tan descomunal, cuyos edificios ocuparán 20.000 metros cuadrados, acabara convirtiéndose en sede principal de los premios, se ha opuesto: "No era lógico que se le arrebatara a la ciudad que durante 25 años ha acogido y corrido con los costes de los premios la sede de los mismos", asegura Isabel Pérez Espinosa, concejal de Oviedo.
Pero ahora, la corporación está satisfecha con el compromiso de la Fundación Príncipe de Asturias de que este proyecto, impulsado por ellos y el Principado, no quite protagonismo a Oviedo. El patronato de la fundación hizo una declaración para rebajar los ánimos de batalla con los que el alcalde de la capital, Gabino de Lorenzo, había planteado el asunto. En el cuarto punto decían: "De la idea inicial de la construcción del Museo de los Premios se ha hecho tránsito a un proyecto nuevo y distinto". Eso es suficiente para los munícipes de Oviedo porque creen que descarta la idea del museo.
Pero el presidente del Principado, el socialista Vicente Álvarez Areces, no excluye que el centro de Niemeyer albergue, entre otras muchas cosas, un museo con una exposición, "si no permanente", dice el presidente, "que tenga un hilo conductor alrededor del cual se puedan hacer cosas sobre los premios y los premiados".
Para el presidente del Principado, la idea del museo queda dentro de esa declaración de la fundación. "Está dentro del proyecto actual: es un espacio cultural más grande, con más cosas. Cuando vi el proyecto de Niemeyer comprendí que aquello no se podía meter en los bajos del Ayuntamiento de Oviedo, que es lo que el alcalde nos ofrecía en un principio. Al saber que en Avilés contábamos con el espacio para hacerlo en condiciones y que, además, los terrenos que rodean el complejo son también de uso público, comprendimos que era lo mejor", asegura Álvarez Areces.
Pero no pensó lo mismo el alcalde de Oviedo, que inició una campaña contra el proyecto, con un bando incluido en el que pedía firmas de los ciudadanos. "A mi juicio, fue todo desmesurado y fuera de lugar; además, por elevación trataba de desprestigiarnos al director de la fundación, Graciano García, y a mí. No lo entiendo, más cuando la actividad de los premios, las reuniones de los jurados y la entrega seguirán haciéndose en Oviedo".
Lo que el Gobierno de Asturias pretende, según su máximo responsable, es que las actividades que ha puesto en marcha la fundación con motivo del 25º aniversario de los premios sean permanentes: "Al tener un centro que las albergue, eso se convertirá en un foco de atracción para una ciudad que ha sufrido mucho. La construcción del centro será un motor dinamizador para la cultura y la economía de Avilés y de toda Asturias, será nuestro Guggenheim", asegura Areces.
La polémica se saldó también con un cambio de nombre del proyecto, que en principio iba a denominarse Museo de los Premios Príncipe de Asturias y que ahora ha quedado en Centro Cultural Internacional Oscar Niemeyer. Pero el director de la fundación, Graciano García, cree que todo está aclarado con la declaración que hizo el patronato. Aun así, quiere que se trasciendan polémicas locales para lograr otros objetivos más ambiciosos: "Este proyecto bellísimo que la fundación ha entregado a Asturias y a España deseamos que se convierta en un gran centro de difusión y creación cultural, cuya repercusión y alcance sean universales. Que pueda ser capaz de desarrollar la economía, generar empleo y colaborar al desarrollo de la sociedad", asegura.
Es lo mismo que espera el alcalde de Avilés, Santiago Rodríguez Vega (PSOE). "Esta ciudad ha sufrido mucho y hemos tenido que reinventarnos", dice. "El proyecto de Niemeyer es lo que ha sido capaz de generar ilusión y la polémica generada en torno a él ha provocado un entusiasmo que ha vuelto a cohesionar Avilés. Ahora, con la recuperación de la ría y la rehabilitación del casco histórico, nuestros ciudadanos ven que es posible el cambio".
Para Rodríguez Vega, la polémica con Oviedo está cerrada. "No la entendí nunca. Oviedo es nuestra capital y no le quitamos nada. Es más, como centro de Asturias, sus gobernantes deben saber comprender estos nuevos procesos, que con estas cosas se construye región".
La única obra del artista en España
No es uno más, es especial. Quizá por eso no ha querido cobrar un duro y lo ha ofrecido como regalo. El proyecto que Oscar Niemeyer (Río de Janeiro, 1907) ha donado a la Fundación Príncipe de Asturias será la única obra en España del famoso arquitecto brasileño, creador junto a su colega Lucio Costa de la ciudad de Brasilia. Es un testamento artístico importantísimo para el creador, según ha confesado él mismo. Así lo certifican Jair Valera y Carlos Oscar Niemeyer Magahläes, el primero colega y el segundo nieto del artista, que estuvieron la semana pasada en Asturias y en Madrid para ultimar aspectos de la obra que comenzará a construirse dentro de seis meses.
Niemeyer tenía ganas de corresponder con algo importante a un país y a una región que le otorgó el Premio Príncipe de Asturias de las Artes en 1989, uno de los galardones que más ilusión le ha hecho en toda su larga y agitada vida, además del Premio Pritzker (el Nobel de la arquitectura), que consiguió en 1988.
Su mayor obra, por la que fue reconocido en todo el mundo, fue la creación de Brasilia, ciudad en la que se encargó de diseñar desde los edificios oficiales, con oficinas y sedes del Gobierno de su país, hasta la catedral. En Europa ha levantado ya varios proyectos. Tuvo un estudio en París, poco después de que el Louvre le dedicara una exposición en 1965. En la capital francesa, Niemeyer diseñó la sede del Partido Comunista Francés y la plaza del coronel Fabien. En Italia se encargó de la sede de la editorial Mondadori y más adelante, en los últimos años, ha sido invitado a idear la Serpentine Gallery Summer, en Hyde Park de Londres.
Pero el proyecto de Avilés es para Niemeyer, según él mismo ha dicho, su "mayor proyecto en Europa". Eso, unido a que será la única obra suya que se haga en España, hacen del Centro Cultural Internacional Oscar Niemeyer un complejo único. "Además, es un ejemplo espectacular de lo que ha sido su última etapa como creador", afirma el alcalde de Avilés, Santiago Rodríguez Vega.
Un auditorio para más de 1.000 espectadores, las salas que conformarán un palacio de congresos, los edificios circulares sin columnas ni apoyos y las rampas que comunicarán el complejo con las partes más dinámicas de la ciudad son aspectos que los dos miembros del equipo de Niemeyer han destacado como partes más originales del mismo.
Tanto Jair Varela como Carlos Oscar Niemeyer confirmaron que el artista está en su casa de Río de Janeiro entusiasmado con que la obra comience lo antes posible. Una obra que, si el terreno en el que se asienta, húmedo por su proximidad a la ría, no da más problemas de los previstos, podrá terminarse en dos años.
Babelia
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