"Los Gobiernos no deben entrar en batallas empresariales"

Andris Piebalgs (Valmiera, Estonia, 1957), ha elaborado el Libro Verde de la Energía, que establece los objetivos de la política energética europea ante los desafíos de la creciente dependencia exterior y aumento de la demanda. Piebalgs, físico de profesión, con experiencia política como ministro de Educación y de Finanzas de su país, y hoy comisario europeo de Energía, insiste en la necesidad de que Europa hable con una voz única en el escenario internacional.

Pregunta. ¿Por qué la UE quiere convertir la energía en un elemento fundamental de la política exterior?

Respuesta. Es muy evidente. Sólo le pondré un ejemplo: el reciente acuerdo entre China y Rusia es un acuerdo global. Prevé el suministro de gas a China pero también las inversiones en este país para asegurarlo. En Europa deberíamos pensar en las inversiones que deberíamos hacer en otros países para asegurar el suministro energético. Debemos actuar globalmente; cada país por separado no es un jugador suficientemente fuerte. Debemos actuar globalmente también para que los países productores de gas y electricidad tengan instituciones democráticas, porque es una garantía básica del suministro. Hay también una tercera razón y es el cambio climático. Necesitamos que países como China e India se unan a esta lucha. La energía debe convertirse cada día más en un elemento común de la política exterior y Europa necesita hablar con una misma voz.

P. ¿No es un peligro para la UE que Rusia se oponga al Tratado de la Carta de la Energía?

R. No pienso que sea un peligro, pero es una lástima. No lo ha ratificado y menciona diferentes obstáculos técnicos. La ratificación daría mucha credibilidad al proceso. Espero que Rusia lo ratifique pronto, porque no ha dicho que no; dice que no se han cumplido ciertas condiciones muy complejas. La ratificación enviaría una señal política clara. Si la Carta se frena dará paso a procesos bilaterales que son menos estables.

P. ¿No sería mejor para la UE dar más importancia a otros proveedores, como Argelia y Libia?

R. Todo el mundo habla de Rusia, pero los países del Norte de África son igualmente importantes. Argelia es un suministrador muy importante y, para la diversificación, este país y otros del Norte de África tienen un gran potencial. La política de vecindad es un buen instrumento para involucrarlos. Los del Caspio también lo son. A principios de mayo viajaré a Kazajistán para iniciar un diálogo político y económico con esta región.

P. ¿Tiene sentido aplicar ciertas reglas de la competencia cuando el mercado no está integrado?

R. Es una cuestión muy difícil. Habría que preguntarse qué es un mercado integrado. La política de competencia no debería aplicarse sólo cuando haya un mercado europeo integrado, sino que está pensada para que el consumidor obtenga los mejores precios, y debe aplicarse en toda la UE aunque la integración de los mercados sea deficiente. Las empresas deberían utilizar estas reglas en cualquier área de los mercados europeos. Los financieros tampoco están integrados y no por eso no se van a aplicar las reglas de competencia.

P. Las fusiones reducen el número de empresas y, por tanto, la competencia. ¿Cómo pueden mejorar los precios que pagan los consumidores si hay menos empresas que ofrecen servicios?

R. Las fusiones forman parte del funcionamiento del mercado. Las compañías tienen que ser libres para hacer operaciones y lanzar OPA, y las autoridades de la competencia tienen que analizar si las empresas que se quieren fusionar van a reducirla. Pueden prohibir la fusión o permitirla con condiciones particulares. Hay gente que piensa que las concentraciones son malas, pero no son malas per se, lo que hay que asegurar es la competencia. Es importante que las autoridades de competencia sean fuertes, independientes y visibles y tengan voz en estos procesos.

P. ¿No resulta contradictorio que la Comisión Europea proponga aumentar las interconexiones y al mismo tiempo se congele el presupuesto comunitario para efectuarlas?

R. El mayor obstáculo para la interconexión no es el financiero. Existe el Banco Europeo de Inversiones para financiar las interconexiones. Además, hay empresas que podrían y querrían invertir en esta actividad. El problema es la autorización. El mejor ejemplo de las dificultades de las interconexiones es el de Francia y España. Han pasado 20 años y todavía no se ha conseguido la autorización para construir la conexión. El verdadero cuello de botella está en los procedimientos de autorización y de planificación. No se puede tardar 20 años en otorgar un permiso de conexión entre Francia y España, es demasiado tiempo y supone un problema muy grande. Deben establecerse nuevas conexiones si se quiere evitar un apagón.

P. ¿Está preocupado por el grado de aplicación de las directivas comunitarias? ¿Tiene previsto abrir nuevos procedimientos o aplicar nuevas sanciones?

R. Estoy muy insatisfecho. Si cada Estado ha acordado aplicar ciertas medidas, después de la deliberación en el Consejo y en sus Parlamentos, debe aplicarlas. En muchos casos, se trata de directivas que facilitan la eficiencia energética. Un mal funcionamiento del mercado perjudica a los ciudadanos.

P. ¿Cuál es la situación de España?

R. España es uno de los países miembros que todavía no han transpuesto estas directivas. Es especialmente crítica en la aplicación de la legislación del mercado interior, sobre todo en la transposición del segundo paquete legislativo. España tiene más dificultades en la implantación del segundo paquete legislativo. La aplicación debería ser mucho mejor, y seguramente habrá que empezar a tomar medidas.

P. ¿Está preocupado por el escaso desarrollo de las energías renovables?

R. España y Alemania son un buen ejemplo de desarrollo de estas energías. Sólo un pequeño grupo de países ha avanzado. Debemos lograr para 2010 que el 10% de la producción proceda de energías renovables. Ahora estamos en el 6%. El progreso es muy lento. Lo primero que tenemos que hacer es favorecer las nuevas tecnologías en energías renovables; en segundo lugar, hay que lograr la implementación de la legislación y, en tercer lugar, adoptar medidas comunes ante los nuevos proveedores exteriores.

P. ¿Qué piensa de las medidas defensivas adoptadas por algunos países para defenderse de los intentos de adquisición lanzados por empresas de otros Estados?

R. Hay que distinguir la legislación de la competencia de las demás, y no tratar de limitar la acción de los compradores. Los Gobiernos no deberían entrar en las batallas empresariales ni tomar medidas para favorecer la creación de campeones nacionales. Lo más importante que deben hacer los Gobiernos es conseguir buenos precios y empleos. Y esto es en lo que deberían concentrarse.

P. El Parlamento Europeo ha planteado introducir la energía nuclear en el debate, considerada un tabú en muchos ámbitos.

R. Debería abordarse el debate de la energía nuclear y dejar de considerar el tema como un tabú. La decisión es de los Estados miembros, sin embargo debería abordarse la cuestión de la seguridad y el tratamiento de los residuos radiactivos, que afecta tanto a los países que tienen energía nuclear como a los que no. Si se utiliza la energía nuclear, los ciudadanos deben estar convencidos de que se trata de una energía segura y de que sus hijos y nietos no tendrán problemas con los residuos. Ése ha sido el enfoque de Finlandia.

P. ¿Cuál es el principal logro de la Cumbre Europea de Primavera sobre la Energía?

R. Creo que lo más importante es que el Consejo ha asumido la necesidad de una política común de la energía en Europa y la necesidad de aumentar la eficiencia energética. Los Estados miembros deben tener una postura común, una percepción común y adoptar una acción común sobre la energía. Lo que no puede volver a ocurrir es que haya enfrentamiento como los de Polonia y Alemania.

P. ¿Qué piensa de la oposición de muchos Estados miembros a la creación de un regulador europeo?

R. Personalmente estoy muy a favor de un regulador, pero ya sé que muchos Estados son escépticos. Lo que pretendemos es que un consumidor español pueda comprar electricidad de un suministrador finlandés, y tiene que existir un regulador que facilite estos intercambios energéticos. Quizá si hay 25 reguladores no se puede facilitar esta tarea. O establecemos un regulador europeo o reforzamos los lazos entre los existentes.