Helms-Burton también golpea a España
La Administración Bush adopta represalias contra Iberia, Santander Bank & Trust, Repsol y Seisa por operar en Cuba
El 12 de marzo se cumplían diez años desde que el entonces presidente, Bill Clinton, firmara en la Casa Blanca la controvertida Ley Helms-Burton. Una pieza legislativa, llamada así en honor de sus defensores, el senador Jesse Helms y el congresista Dan Burton, cuya aplicación extraterritorial la ha convertido en una barrera para impedir o dificultar las inversiones extranjeras en Cuba.
La Comisión Europea reitera su oposición a que se amplíe extraterritorialmente el bloqueo impuesto por Estados Unidos
Desde entonces, la oposición formal de la Unión Europea, que considera la Helms-Burton una "práctica restrictiva al comercio internacional", y la existencia de un entendimiento entre Washington y Bruselas, formalizado el 18 de mayo de 1998, por el que el Gobierno norteamericano se comprometía a abstenerse de introducir legislación extraterritorial, no han impedido las represalias estadounidenses.
Sólo en los dos últimos años, los informes oficiales remitidos al secretario general de Naciones Unidas por el Gobierno de La Habana recogen una veintena de "acciones hostiles" contra empresas europeas al amparo de esta ley, entre las que figuran las españolas Iberia, Repsol YPF, Seisa y Santander Bank & Trust.
De acuerdo con los datos del informe admitido por la ONU, la compañía Iberia pagaba, en septiembre de 2004, al Departamento del Tesoro de Estados Unidos una multa de 8.000 dólares por transportar en el año 2000 un cargamento de tabaco de la marca Cohiba desde las islas Canarias hasta Costa Rica, pasando por Miami.
El importe inicial de la multa era de 55.000 dólares pero cuatro años de negociaciones consiguieron reducir el monto final, que no su eliminación, a pesar de que la aerolínea española alegó que el tabaco era de origen canario y que no iba a Cuba.
Multas y sanciones
Tres meses después, el Departamento del Tesoro sancionaba también al Santander Bank & Trust, filial en Bahamas de la institución financiera española, con una multa de 20.000 dólares por realizar transferencias de fondos a Cuba en 2001. Mientras que en abril de 2005, la también empresa española de servicios Seisa recibía una comunicación del Banco Sabadell informándola de la congelación de una transferencia bancaria emitida el 10 de noviembre de 2004 por esta entidad financiera para pagar operaciones comerciales. Según consta en el informe, la transferencia, por importe de 32.918 dólares, fue "bloqueada por la Oficina del Tesoro de Estados Unidos".
En el caso de Repsol YPF, aunque no consta la existencia de sanciones económicas, si se constata en el informe la negativa de las autoridades estadounidenses a utilizar la tecnología norteamericana en la plataforma contratada para la exploración petrolera en aguas profundas de la Zona Económica Exclusiva de Cuba. El cambio de los componentes originó demoras y un importante incremento de los costos para la compañía española.
Al margen de estas actuaciones, el pasado 20 de enero, en medios de comunicación de Baleares, se recogía lo que se interpretó como una "velada advertencia" del embajador de Estados Unidos en España, Eduardo Aguirre, cuando en una reunión con la patronal de las islas afirmaba que "las leyes están para cumplirse y cada empresario hotelero es muy libre para elegir, pero tiene que saber elegir".
Las empresas españolas son, actualmente, las principales inversoras en el sector turístico cubano, tanto en régimen de empresas mixtas como con contratos de colaboración. A raíz de estas declaraciones, y aprovechando su estancia en Madrid con motivo de la Feria Internacional de Turismo (Fitur) el ministro de Turismo de Cuba, Manuel Barrero, ha animado a los empresarios españoles a seguir invirtiendo en la isla y mostró todo su apoyo a los hoteleros españoles con operaciones en Cuba.
Además de los casos referidos a empresas españolas, los informes remitidos por La Habana al secretario general de Naciones Unidas recogen sanciones a otras sociedades europeas, como la impuesta al banco suizo UBS, por importe de 100 millones de dólares, o la multa de 6.300 dólares a la compañía holandesa Martinair Holland por "haber prestado servicios de viajes sin contar con licencia", además de la prohibición al laboratorio Intervet, también con sede en los Países Bajos, para la venta a Cuba de vacunas destinadas a la prevención de enfermedades aviares.
Aunque para evitar posibles represalias de Estados Unidos, en aplicación de la Ley Helms-Burton, no se dan datos detallados sobre las operaciones de inversión extranjera en Cuba, los datos oficiales del Gobierno de La Habana sitúan a España como el primer inversor en el país, tanto por el número de proyectos como por el importe invertido, seguido a corta distancia por Canadá e Italia.
El último informe elaborado por la Oficina Económica y Comercial de España en La Habana destaca, a este respecto, que "en los dos últimos años, por las circunstancias internas y externas del país, políticas y económicas" el proceso de inversiones españolas está actualmente en "un cierto compás de espera, con numerosas empresas analizando opciones para el futuro, a largo plazo, mientras son pocas las que están poniendo en marcha proyectos nuevos". Incluso, añade, "en algún caso se ha racionalizado, de común acuerdo y alguna vez por decisión cubana, la presencia de alguna empresa cuya viabilidad era imposible. En estos ámbitos hay algún conflicto pendiente por los pagos con ocasión de esas liquidaciones".
El primer sector de destino del capital español es el tabaco, pero los informes de la Oficina Comercial de España en La Habana constatan que la actividad que mayor interés general suscita es el turismo, donde se han constituido ya varias empresas mixtas para construir hoteles y numerosos contratos de administración para financiar la construcción y renovación de instalaciones y equipos, además de los correspondientes a suministros de materiales de construcción, equipamiento, mobiliario y alimentos.
El turismo es, igualmente, uno de los tres sectores prioritarios de atracción de inversiones foráneas, junto a la extracción de petróleo y niquel, incluidos en el reciente paquete de medidas que las autoridades económicas cubanas han aprobado para contrarrestar la presión del embargo estadounidense.
El tercer cliente en América Latina
Las relaciones comerciales entre España y Cuba han tenido un fuerte impulso en los últimos años, hasta alcanzar las exportaciones españolas un valor de 488 millones de dólares en 2005, que convierten al país caribeño en el tercer cliente de España en América Latina, después de México y Brasil, y por encima de países como Argentina, Chile, Venezuela, Colombia y Perú, a pesar de que la Compañía Española de Seguros de Crédito a la Exportación (CESCE) mantiene paralizadas sus coberturas para las operaciones con la isla, por el impago de la deuda que la Administración española estima en 600 millones de euros.
Para Cuba, España es su segundo proveedor, después de Venezuela, y el primero no petrolero, con una cuota de mercado equivalente al 13% del total. El informe de la Oficina Económica y Comercial de España en La Habana destaca cómo "la exportación española está muy diversificada y cubre una gama amplia, desde productos de consumo y alimentos hasta bienes de equipo en un patrón de exportación bastante distinto del que se tiene con otros países de América Latina". Las empresas del Estado son los principales clientes de las exportaciones españolas, mientras que por el lado español los exportadores son básicamente empresas pequeñas y medianas, siendo prácticamente inexistente la presencia de las multinacionales españolas, con excepción de los trabajos de exploración petrolera de Repsol YPF.
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