Una mujer reclama 325.000 euros a su ex marido por contagiar el VIH a ella y a su hija
Una mujer reclama 325.000 euros a su ex marido por un delito de lesiones. Le acusa ante los jueces de haberla contagiado a ella y a la hija de ambos el virus del VIH. Basándose en informes médicos del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, la mujer sostiene que su ex esposo sabía que era portador del VIH desde el año 1995 y que la mantuvo "engañada" durante años hasta que le transmitió la enfermedad.
Según la versión de la víctima, conoció a quien más tarde se convertiría en su marido a comienzos de 1996. Ella tenía 19 años, e ignoraba que él, con anterioridad, había tenido problemas con drogas. Se enamoraron y mantuvieron "relaciones sexuales completas". A veces con preservativo y otras sin él. A finales de 1996 ella sufrió un cuadro de fiebre alta y problemas hepáticos. Fue hospitalizada. Entre otras pruebas, los médicos le hicieron la del sida, "que resultó negativa", según la víctima. Tras recibir el alta continuó manteniendo relaciones sexuales completas con quien a la sazón era su pareja, que en ningún momento le informó de que tuviese el VIH.
A fines de ese año quedó embarazada. Alumbró una niña en mayo de 1997. El parto fue normal, aunque varias semanas después tuvo que ser hospitalizada. La noticia fue un mazazo para ella. La cría incluso había desarrollado el sida. Tampoco en ese momento su pareja le contó nada. Los médicos examinaron a la pareja y a la menor y concluyeron que los tres eran portadores del VIH.
La boda y las drogas
Pese al dolor del triple contagio, la mujer decidió seguir viviendo con el hombre, ignorante de que él era el causante del contagio y de que lo seguía callando. Quería que su hija, siempre según su versión, tuviese un hogar. Incluso se llegó a casar con él. Poco antes de la boda, él había recaído en las drogas y, como regalo de bodas, le prometió que las dejaría. El enlace nupcial no fue feliz. Ella no podía olvidar que los tres tenían el virus del VIH. Y, para colmo, su marido, incumplió la promesa de dejar las drogas. El matrimonio duró menos de un mes, según los citados medios. Ella pidió la separación, según la versión de la víctima. Ya separados, en la mente de ella surgió la idea de que su marido se hubiese contagiado del VIH por su antiguo contacto con las drogas, antes de conocerse ambos, y que, además, él fuese consciente de ello.
En 1999 su marido ingresó en prisión. Como era el padre de su pequeña, ella indagó con los médicos que le trataron y obtuvo la información. Es decir, que su marido conocía su enfermedad desde antes de conocerse ambos y que había guardado silencio sobre ello. Un informe médico del Gregorio Marañón confirmó su sospecha: a su marido le había sido diagnosticada la enfermedad en 1995 y él lo sabía porque había sido sometido entonces a distintos tratamientos
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