"Voy a defender un mayor desarme mundial"
Óscar Arias Sánchez (San José, 1940) accederá a la presidencia de Costa Rica el próximo 8 de mayo, tras ganar las elecciones celebradas en febrero como candidato del socialdemócrata Partido de Liberación Nacional. Regresa 20 años después de ser elegido para el mismo cargo, entre 1986 y 1990, cuando las guerras asolaban Centroamérica. Por su papel negociador recibió en 1987 el premio Nobel de la Paz. Su objetivo ahora es reactivar la economía de un país cuyos indicadores sociales son aún objeto de envidia en América Latina, apelando a la apertura comercial como el motor para el crecimiento.
Pregunta. ¿En qué se diferencia este periodo de su anterior presidencia (1986-1990)?
Respuesta. Hace 20 años los centroamericanos se mataban los unos a los otros. Las superpotencias ponían las armas y nosotros, poníamos los muertos. La rivalidad de Ronald Reagan con Mijaíl Gorbachov era muy grande, y después de la derrota de Vietnam, EE UU necesitaba ganar una guerra. Se había propuesto sacar a los sandinistas del Gobierno en Nicaragua mediante la fuerza militar. Yo les dije a los estadounidenses que ésa no era la solución a las diferencias, sino que eran necesarias la diplomacia y la negociación. Hoy, sin guerra fría, las preocupaciones son de otra índole. El Salvador en aquella época era después de Israel el país que más ayuda externa recibía de EE UU en términos per cápita. Hoy esa ayuda externa se acabó para casi todos los países del área. Por eso he intentado explicar a los costarricenses que ahora, sin guerras, la locomotora para el desarrollo de Centroamérica es el comercio.
"He intentado explicar a los costarricenses que ahora, sin guerras, la locomotora para el desarrollo de Centroamérica es el comercio"
"Los europeos subsidian mucho más su agricultura que los estadounidenses, son mucho más proteccionistas"
P. ¿Espera tener ahora el protagonismo que tuvo en Centroamérica hace 20 años?
R. Voy a defender un mayor desarme mundial, por medio de un tratado sobre el Comercio de Armas que he venido impulsando en los últimos nueve años. Y lo que he hablado, de convocar una reunión de líderes mundiales para ver si logramos lo que he llamado el Consenso de Costa Rica, que consiste en que los criterios que se utilizan para perdonar deuda externa a los países en vías de desarrollo no sean sólo el grado de pobreza, sino que también se considere cómo gastan los escasos recursos los Gobiernos de Asia, África y América Latina, premiando a quienes gastan más en educación y salud que en defensa.
P. ¿Cuáles son sus prioridades internas?
R. Lo que he dicho es que hay que poner a Costa Rica a caminar de nuevo. Si he vuelto a la política es porque desde hace muchos años en este país no se resuelven los problemas, sino que se posponen. Quiero universalizar la educación hasta los 17 años; tenemos que invertir más en infraestructura si queremos hacer una economía más competitiva y continuar en la búsqueda de acceso a nuevos mercados. Y una vez aprobado el Tratado de Libre Comercio (TLC) con EE UU, deberíamos iniciar cuando antes una negociación comercial con la UE. Hay que devolver la confianza al pueblo de Costa Rica y eso es muy difícil después de los casos de corrupción que aparecieron el año pasado.
P. ¿Qué expectativa tiene usted para un acuerdo de asociación con la UE?
R. La primera condición que ponen los europeos es que exista una mayor integración de los países centroamericanos, y en eso se ha avanzado y hay que avanzar más. En la cumbre de Viena, en mayo, entre la UE y América Latina, creo que éste va a ser uno de los grandes temas de debate. Va a ser una negociación que puede durar un año y medio o dos años y que no va a ser fácil, porque los europeos subsidian mucho más su agricultura que los estadounidenses, son mucho más proteccionistas que EE UU.
P. ¿Qué puede esperar de España su Gobierno?
R. España es el embajador de los países latinoamericanos ante los europeos. Yo tuve una relación muy estrecha con Felipe González y le agradecí el liderazgo que él ejerció para conseguir apoyo europeo al Plan de Paz. Ahí nació una amistad que perdura hasta el día de hoy. Me encantaría tener esa misma relación con el presidente Rodríguez Zapatero. Pero también de España espero que sus empresarios vuelvan la mirada hacia Costa Rica e inviertan más aquí, en muchos campos, de manera que no sea sólo en el sector turismo.
P. ¿Cree que Centroamérica ha quedado fuera del foco de atención de la Unión Europea?
R. Está claro que ha disminuido el interés que pusieron los europeos hace 20 años en apoyar la paz y cooperar económicamente. Ahora, sí creo que puedo aumentar sensiblemente la inversión española en estos cuatro años. España puede aprovechar el TLC de Costa Rica con Estados Unidos.
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