"Nanny me ha ocupado nueve años"

No hay demasiadas pistas que indiquen que uno se encuentra frente a la casa de una de las actrices de cine más ensalzadas del Reino Unido. Está la bella rosa en el jardín delantero, un toque encarnado en contraste con el gris, y una hortensia trepadora que da a la casa un aire de secretismo. Pero, aparte de eso, es una vivienda adosada normal en una calle normal de un barrio normal a las afueras de Londres. Estaría bien escribir: "Y entonces la vemos a ella". Pero los primeros momentos con esta actriz en realidad no funcionan de esa manera. Porque cuando Emma Thompson -actriz, escritora y estrella de cine- llega a la puerta, lleva el pelo peinado hacia atrás y el cuerpo hundido en algún lugar de las profundidades de un voluminoso forro polar y unos pantalones de chándal anchos. Me saluda como si fuese una vieja amiga, y cuando me lleva hasta la cocina es todo movimientos eficientes mientras guarda la comida en el frigorífico, a la vez que cuenta campechanas anécdotas, se levanta el forro polar para mostrar el vello del ombligo y comenta los méritos de la depilación femenina.

"En la película 'La niñera mágica' interpreto a un personaje que es tremendamente feo y también bastante misterioso"

"Creo que estoy disfrutando muchísimo de la vida. Es precioso hacerse mayor. La verdad es que no me preocupo demasiado por mí misma"

Emma Thompson (Londres, 1959) es la estrella de cine accidental. La actriz intrínsecamente antiactriz. Thompson, licenciada en Cambridge con inclinaciones por la comedia y la escritura, parece haberse convertido en lo que es casi sin darse cuenta. Tiene dos oscars -mejor actriz por Regreso a Howard's end, mejor guión adaptado por Sentido y sensibilidad-, y que cada uno de ellos fuera concedido por un aspecto diferente de su carrera resulta apropiado.

En su último proyecto, Nanny McPhee (2005, película dirigida por Kirk Jones, que se estrenará en España el próximo 7 de abril con el título de La niñera mágica), interpreta el papel protagonista. Thompson adaptó el guión a partir de los libros de Christianna Brand, muy populares en la Inglaterra de los años sesenta, que tratan sobre los traviesos hijos de los Brown. "Nanny ha ocupado nueve años de mi vida. Fue terriblemente duro, pero estoy muy orgullosa de ella. Es lo que más me gusta de todo lo que he hecho", afirma. La película llegó al número uno en el Reino Unido en su tercer fin de semana, lo cual le sorprendió. "Normalmente, trabajo en películas de arte y ensayo, así que no te lo esperas", pero, típico en ella, le satisface incluso más la respuesta de su carnicero local. "Barry, a quien compro el asado de los domingos, me dijo: '¡Qué gran película!'. Eso me llenó de placer", explica. "Tiene 40 años; no tiene hijos. Es algo que me resulta incluso más placentero que las grandes cifras".

En Nanny, Thompson interpreta al personaje principal, "tremendamente feo y también bastante misterioso", y aunque ha encarnado a hogareñas solteronas desde que era una chiquilla, nunca había ofrecido un aspecto tan horrendo. Pero nunca parece haberle preocupado su aspecto en la pantalla ni fuera de ella. Aunque reconoce que su estilo nada afectado es una especie de vanidad: "Probablemente se trate de esnobismo y orgullo, pero no podía soportar la idea de entrar en el plató y decir: 'No, no, no podéis filmarme desde ese lado', porque entonces ya no eres un actor, ¿verdad?". Hace una pausa y, luego, en una de sus características digresiones, afirma: "Pero entonces piense en alguien como Faye Dunaway en Los tres días del cóndor -fantástica-; probablemente se pasara el rato diciendo: 'Me tenéis que filmar desde ahí', de modo que la idea de quién es una verdadera actriz también es una chorrada".

Nos reunimos en la que tal vez sea una típica tarde de viernes en casa de Thompson. Hay papeles por toda la mesa: diarios de un viaje a Etiopía para la organización benéfica ActionAid International. Su hija Gaia, de seis años, está en el colegio, y la niñera y su bebé (la ahijada de Thompson) han salido a comprar.

Pero el marido de Thompson, el pícaro y atractivo actor Greg Wise (siete años más joven que ella), entra y sale de la habitación, revolviendo papeles, escuchando mensajes telefónicos y adoptando de vez en cuando una pose y diciendo cosas como: "Tenemos una adorable paloma blanca en el jardín". "Muy heeermooosa", responde Thompson. Su relación "más o menos estalló" en 1994 en el plató de Sentido y sensibilidad. "Ha hecho más por mi confianza como mujer que cualquier otra cosa", asegura la actriz.

No parece una coincidencia que desde su matrimonio, en 2003, haya empezado a ponerse de punta en blanco cuando aparece en público: vestidos caros, pelo rubio, ese tipo de cosas. "Era demasiado orgullosa como para que me vieran como una mujer que se preocupaba por su aspecto. No pensaba hacerlo porque ya había mucha gente así, y es todo una estupidez. Pero [deja caer los hombros] ya no me preocupo por ello. Y entonces Kathleen [su maquilladora] me dijo: 'Te voy a vestir'. Era como ser una Barbie gigante. Nos partíamos de risa y lo pasábamos fenomenal".

"Creo que estoy disfrutando muchísimo de la vida", afirma Thompson. "Es precioso hacerse mayor. La verdad es que no me preocupo demasiado por mí misma. Tengo la sensación de que ahora no hay tiempo para eso, de que no hay tiempo para quejarte de quién eres o de lo que significas. Ese tipo de inseguridades son cosa de la juventud".

Thompson me recalca lo afortunada que es. El año pasado se encontraba rodando en Estados Unidos, interpretando a una escritora torturada ("¡No supuso un gran esfuerzo, sinceramente!", comenta, incapaz de resistirse a gastar una broma) junto a Dustin Hoffman, Will Ferrell y Queen Latifah en Stranger than fiction, de Marc Forster. Reconoce que podría trasladarse a Los Ángeles en cualquier momento, porque es una de las pocas figuras británicas del cine que han alcanzado el estrellato. "La verdad es que no somos muchos. Está Kristin [Scott Thomas], que vive en París. Y también Judi Dench". Por el contrario, Thompson vive en la calle en la que se crió rodeada de actores "que se ganan la vida, gente a la que podrías conocer o no".

© The New Yok Times. Traducción de News Clips.