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La reevaluación de investigadores otorga ayudas a 40 grupos que quedaron fuera

Fontana, De Riquer y Molinero recibirán la aportación solicitada

El Departamento de Universidades del Gobierno catalán rectificó ayer y anunció que algunos de los más prestigiosos historiadores a los que se había negado una ayuda para investigar tendrán acceso a la misma. Entre los historiadores que habían quedado fuera en el proceso de evaluación, hecho por equipos anónimos, estaban Josep Fontana, Borja de Riquer y Carme Molinero. La revisión afecta a 40 grupos de investigación.

El director general de Investigación, Xavier Hernàndez, llamó ayer a los tres historiadores citados para comunicarles que su proyecto había sido revisado y que en la revisión habían ganado las décimas suficientes como para tener derecho a la financiación prevista en la convocatoria. En la misma situación que estos tres historiadores se encuentran, explicó Hernàndez, unos 40 proyectos que en la primera evaluación quedaron por debajo de la nota mínima y ahora recibirán las ayudas o que no fueron considerados investigadores y ahora sí.

Para optar a la beca hacía falta obtener una calificación mínima de 6 sobre 7. Fontana, De Riquer y Molinero se quedaron por debajo en la primera fase evaluadora y, por lo tanto, se les notificó que no tenían derecho a la ayuda. Y así siguieron hasta el pasado sábado, cuando publicó la noticia EL PAÍS. Ayer, sin embargo, los tres investigadores recibieron la notificación de que sus proyectos habían sido revisados y pasaban a formar parte de quienes tenían derecho a ayuda económica, ya que habían ganado las escasas décimas que les faltaban.

La decisión, según el director general de Investigación, Xavier Hernàndez, no tiene nada que ver con la publicación de la noticia por este diario ya que, insistió, fue tomada el pasado 15 de febrero. Lo que ocurrió, según esta versión, es que la persona que explicó la situación el pasado viernes, el director de la agencia de evaluación, Estanislau Fons, no quiso hacerlo público por cortesía hacia los investigadores, para que no se enterasen del resultado por la prensa. "Formalmente", matizó Hernàndez, "la ayuda no es firme hasta que el investigador la acepta. El día 15 de febrero se aprobó el acta que recoge los cambios y durante estos días los equipos jurídicos del departamento estaban comunicando a los investigadores los cambios producidos y recabando la respuesta afirmativa a la ayuda, por eso Fons no lo dijo, porque en realidad aún no era firme".

Hernàndez reivindicó la "transparencia" del sistema de evaluación de los equipos investigadores, frente a la opacidad de los tiempos en que CiU estaba en el Gobierno. Además, anunció su voluntad de comparecer ante los diputados del Parlament para dar cuenta de los cambios introducidos y explicar los criterios que se aplican. El diputado de ICV Joan Boada ya había pedido la comparecencia para conocer los criterios de las ayudas.

Fontana y Molinero habían presentado un recurso contra la decisión de no concederles la financiación, pero Borja de Riquer no lo había hecho. No obstante, su expediente fue revisado por iniciativa del propio departamento, cuyo titular, en representación de ERC, es Carles Solà. Hernàndez reiteró ayer que el consejero es absolutamente ajeno a la decisión y que él es el último responsable para bien o para mal. Fontana, De Riquer y Molinero declinaron ayer comentar la decisión, más allá de reconocer que habían sido informados de la misma.

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El director general de Investigación sostuvo que las ayudas, entre 30.000 y 40.000 euros para un periodo de cuatro años, no son un factor esencial para la actividad investigadora. En muchos casos, dijo, refiriéndose sobre todo al área de ciencias, que goza de contratos con empresas, los equipos logran "fácilmente financiaciones de un millón de euros. La cifra que se aporta en las ayudas es, apenas, dinero de bolsillo para viajes o congresos".

El número de equipos con derecho a financiación es de 629, pero la revisión posterior hará que se otorgue a unos 40 más, es decir, que la reevaluación de los informes anónimos ha provocado una desviación de en torno al 15%. Entre los que se beneficiarán de la decisión están los tres historiadores citados. La evaluación la hace un equipo anónimo exterior al sistema universitario catalán, aunque debe conocer la lengua catalana, en la que están redactados la mayoría de proyectos. A la convocatoria se presentaron 1.091 equipos, de todas las disciplinas. Fueron reconocidos 903 como grupos de investigación consolidados. Pero, a diferencia de lo que ocurría en años anteriores, tener la calificación no daba derecho a ayuda económica.

Filósofas sin beca

Uno de los grupos que se ha quedado también sin ayuda pretendía investigar las relaciones entre la filosofía de la ciencia, la ética y la didáctica de la ciencia. La denominación oficial del equipo de investigación era Grupo de Estudios Humanísticos sobre Ciencia y Tecnología. La directora del proyecto es la catedrática de Filosofía de la Ciencia de la UAB Anna Estany. Y junto con ella formaban equipo Victòria Camps, catedrática de Ética en las misma universidad y la también catedrática de Didáctica Mercè Izquierdo.

Las tres tienen un amplio currículo profesional en el que se incluyen no pocas publicaciones. Camps ha sido, además, senadora en las listas del Partit dels Socialistes de Catalunya, aunque con carácter de independiente.

No ha habido beca. El grupo ha sido reconocido como investigador, pero no tiene derecho a recibir financiación para la actividad interdisciplinar que propugna.

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