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Irán propone a la ONU congelar su programa nuclear durante dos años

EE UU y la Unión Europea exigen la suspensión total de las actividades atómicas

El Gobierno de Irán anunció ayer su disposición a no producir durante dos años uranio enriquecido a escala industrial, siempre y cuando la comunidad internacional le permitiera mantener, a pequeña escala, algunas actividades de este proceso con fines científicos. El enriquecimiento de uranio es clave para discernir entre fines pacíficos o militares de la energía nuclear. A cambio, Teherán aceptaría la vuelta de los inspectores del Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA). Estados Unidos y la UE exigen a Irán la suspensión total de su actividad atómica.

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Esta propuesta "unilateral del Estado de Irán" fue formulada por el secretario del Consejo de Seguridad Nacional iraní, Hasan Rouhani, mientras en Viena y en Washington continuaban las conversaciones en busca de una salida al conflicto desencadenado por la falta de transparencia del programa nuclear iraní.

Como medida indispensable para restablecer la confianza, el OIEA exige a Teherán la suspensión de la "totalidad" de sus actividades de enriquecimiento de uranio, material útil tanto para fines civiles como militares. En este punto, ni EE UU ni la UE quieren hacer concesiones. "Reclamamos la vuelta a la plena suspensión [de enriquecimiento de uranio], incluidos los fines de investigación y desarrollo", dijo el portavoz del Ministerio de Exteriores francés, Jean Baptiste Mattéi, quien indicó que Londres y Berlín coinciden en esta postura.

No hay muchos matices en el término elegido por varios representantes del Gobierno estadounidense para definir lo que piensan de la posibilidad de que Irán enriquezca uranio en su territorio: inaceptable. Lo dijo el vicepresidente, Dick Cheney, y lo dijo la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, en presencia del ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, de visita en Washington. El ministro, aparentemente en la misma onda que los norteamericanos, negó la existencia de un nuevo pacto con Teherán en ese sentido.

"No hay ninguna nueva propuesta rusa de compromiso", dijo Lavrov, saliendo al paso de las informaciones en sentido contrario procedentes de Viena, del OIEA. Dichas informaciones apuntaban que Moscú ofrecía a Irán la posibilidad de producir uranio enriquecido a pequeña escala con fines de investigación si congelaba dicho proceso a escala industrial durante un periodo de entre siete y nueve años.

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Todas las negociaciones, matizó Lavrov después de su entrevista con Rice, han tenido como objetivo "encontrar una manera de poner en práctica" la decisión del OIEA de llevar el problema al marco de la ONU. Rice dijo lo mismo, pero fue sutil: no se atrevió a decir que no hay novedades, sino que "los rusos no nos han hablado de ninguna nueva propuesta que hayan hecho a los iraníes".

La secretaria de Estado no dio ninguna pista sobre la suerte que correrá el tema en la ONU -"ya veremos a ver qué es lo que hace falta hacer en el Consejo de Seguridad"- pero su mensaje fue inequívoco: "EE UU ha sido muy claro: el enriquecimiento y el reprocesamiento en territorio iraní es algo inaceptable". Al mismo tiempo, Rice subrayó que no ha llegado el momento de las sanciones: "Hemos dejado muy claro que no creemos que, como primera medida, haya que avanzar por el camino de las sanciones como primer paso del Consejo de Seguridad".

El vicepresidente Cheney también fue firme en el planteamiento general: "El régimen iraní tiene que saber que mantiene su actual rumbo, la comunidad internacional está lista para que las consecuencias sean significativas". Cheney no mencionó sanciones ni aclaró de qué consecuencias estaba hablando en su discurso ante el grupo de presión que defiende en Washington los intereses de Israel: "EE UU mantiene todas las opciones abiertas al abordar la irresponsable conducta del régimen iraní".

Lavrov se entrevistó con George W. Bush después de ver a Rice. El portavoz del presidente, Scott McClellan, adelantó que EE UU confía en que la ONU encauce adecuadamente el asunto: "La comunidad internacional ha dicho claramente lo que Irán tiene que hacer: suspender toda su actividad de enriquecimiento de uranio".

Falta de claridad

En teoría, el Gobierno iraní podría ser sometido a sanciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, que está a la espera del informe técnico que la Junta de Gobernadores del OIEA debatirá mañana en Viena.

En ese informe la agencia atómica de la ONU critica la falta de claridad del programa nuclear iraní y la escasa cooperación de las autoridades de Teherán. En concreto, el documento afirma que después de tres años de investigaciones el OIEA no puede asegurar que el programa nuclear que desarrolla el régimen de los ayatolás sea "exclusivamente pacífico".

Por su parte, el presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, pidió ayer al OIEA que compense a su país por suspender sus actividades nucleares desde 2003, según informó la televisión estatal iraní. "El OIEA tiene que compensar ahora a Irán por los daños causados al desarrollo de su ciencia, tecnología y economía", debido a la suspensión de las actividades nucleares, indicó Ahmadineyad. Irán ocultó su programa nuclear al OIEA durante 18 años?, según se descubrió en 2002.

El presidente del OIEA, Yukiya Amano (izquierda), conversa con el representante iraní en el organismo, Mehdi Ajondzadeh, ayer en Viena.
El presidente del OIEA, Yukiya Amano (izquierda), conversa con el representante iraní en el organismo, Mehdi Ajondzadeh, ayer en Viena.REUTERS

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