Israel amenaza con matar al líder de Hamás si hay ataques terroristas

"Nadie de Hamás es inmune, ni siquiera Ismail Haniya" [candidato a primer ministro y líder de esa organización]. El ministro de Defensa israelí, Saúl Mofaz, amenazó ayer a todos los miembros del movimiento fundamentalista, dirigentes políticos o militares, parlamentarios o futuros ministros, con la muerte bajo los misiles si el movimiento fundamentalista rompe el alto el fuego.

Los asesinatos de supuestos terroristas -denominados "selectivos" por Israel, aunque con mucha frecuencia, como anteayer, también matan a civiles inocentes- "son una política correcta que continuará", declaró Mofaz a la radio del Ejército. "Desde el momento en que Hamás elija el camino del terror, no será cuestión de liderazgo político o no político. Será un liderazgo terrorista y nadie estará a salvo", añadió.

Yihad Islámica, que ha perpetrado cuatro atentados suicidas en Israel en los últimos 13 meses, y las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa, el brazo armado de Al Fatah, continúan lanzando cohetes artesanales Kassam casi a diario sobre varias ciudades del sur de Israel. Hamás, por el contrario, no ha reivindicado atentado ni ataque alguno desde que se comprometiera a una tregua en febrero de 2005. Menos ahora, cuando afronta la formación del Gobierno y pretende romper su aislamiento internacional, algo que ha logrado en buena medida al ser recibidos sus dirigentes en Rusia, Turquía, Egipto y Jordania, además de otros países árabes. "Las amenazas de Mofaz no nos asustan y no nos doblegarán", respondió el portavoz de Hamás, Sami Abu Zuhri.

Los jefes de Kadima

Ayer arrancó la campaña electoral, y los jefes de Kadima, el partido fundado en noviembre por Ariel Sharon (que sigue en coma), son tildados de blandos desde la derecha y la extrema derecha religiosa. Ni Mofaz ni el primer ministro interino, Ehud Olmert, están dispuestos a mostrar que les tiembla la mano. Tampoco en el asunto que el jefe del Gobierno ha convertido en una de sus banderas ante la cita electoral. "No es un secreto", afirmó, "que en los próximos años no invertiremos las sumas que gastamos en el pasado en construcción y desarrollo de infraestructuras fuera de la línea verde".

Se refería Olmert a su promesa de que Israel abandonará parte de Cisjordania y al desmantelamiento de una veintena de asentamientos. Y por línea verde aludía a las fronteras que dibuja su Ejecutivo con la construcción del muro, que se adentra en el territorio ocupado, y no a los límites establecidos por la ONU tras la guerra de 1967. La ampliación de las colonias en Cisjordania no se ha detenido nunca.

Por otro lado, los 45 diputados de Al Fatah boicotearon ayer la sesión del Parlamento y anunciaron que recurrirán la derogación de las normas que Hamás decidió la víspera en la Cámara. El movimiento islamista anuló una reforma que otorgaba al presidente, Mahmud Abbas, amplios poderes frente al futuro Ejecutivo.