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Reportaje:El desafío iraní

"Ni somos prepotentes ni cedemos ante la prepotencia"

El presidente iraní responde a la presión con el doble lenguaje que se ha convertido en su imagen de marca

Ángeles Espinosa

El Gobierno de Teherán mantuvo ayer el doble lenguaje que se ha convertido en su imagen de marca en momentos de tensión. "Ni somos prepotentes ni cedemos ante la prepotencia", dijo su presidente, Mahmud Ahmadineyad, resumiendo ambos mensajes. Para probar lo primero, un portavoz cualificado aseguró que Irán seguirá siendo un "abastecedor fiable" de petróleo incluso si su programa atómico se remite al Consejo de Seguridad de la ONU. Para que no quedaran dudas de lo segundo, el vicejefe del Ejército prometió convertir el país en "un campo de la muerte" para cualquier agresor.

"Si nos presionan, políticamente, nos veremos obligados a revisar nuestras decisiones y nuestra actitud", advirtió Ahmadineyad, citado por la agencia oficial iraní, IRNA. Sus palabras, que coincidieron con el inicio de la reunión del Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA) en Viena, transmitían una vez más la idea de que al Gobierno iraní no le preocupa la amenaza de aislamiento internacional y que se siente invulnerable a las sanciones o a un ataque militar. Sin embargo, sus diplomáticos preferían subrayar que las negociaciones seguían abiertas. "Algo ha pasado en la visita de [George W.] Bush a India y Pakistán", aseguraba uno de ellos, convencido de que tanto su país como Estados Unidos aún tienen cartas en la manga.

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"Nuestras Fuerzas Armadas, a través de su experiencia de guerra... convertirán este país en un campo de la muerte para cualquier enemigo que ose agredirnos", dijo por su parte el general Gholamadi Rashid. El vicejefe del Ejército reaccionaba de este modo a la noticia de que Washington había reforzado sus medidas defensivas para frustrar las ambiciones nucleares iraníes. También se mostró convencido de que EE UU no sabe operar en la zona del golfo Pérsico.

No es la primera vez en los últimos meses que altos responsables militares iraníes hacen declaraciones de este cariz. En febrero, el jefe de los Pasdarán (la institución revolucionaria paralela al Ejército) advirtió que Irán respondería con misiles balísticos a un eventual ataque a sus instalaciones nucleares. Se trataba de una poco velada amenaza a Israel justo después de que se publicaran filtraciones de la existencia de un plan en ese sentido.

"Es una forma de preparar psicológicamente a la gente ante una eventual confrontación", apuntan algunos observadores. Acostumbrados a las diferencias entre duros y pragmáticos dentro del régimen, otros analistas señalan a la vez que también se envían otros mensajes más moderados, lo que significa que hay una competencia de poder y que ninguna facción se ha impuesto aún sobre la otra.

Así, por ejemplo, el representante iraní ante la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), Hosein Kazempur Ardebili, trató ayer de tranquilizar a los mercados internacionales. "Irán siempre ha demostrado ser un abastecedor estable de energía y ha cumplido con su papel en la OPEP", declaró Ardebili. "No se dará el caso de que se necesite compensar una menor producción de Irán", añadió, tratando de disipar dudas sobre el eventual uso del petróleo como arma en caso de que el programa atómico iraní se envíe al Consejo de Seguridad. La mayoría de los responsables iraníes, incluido su ministro de Petróleo, Kazem Vaziri-Hamaneh, se han manifestado en ese sentido.

Otros se han mostrado más ambiguos y han jugado con el temor que suscita el cierre del grifo del petróleo por parte del cuarto productor mundial. No parece que Teherán pueda permitirse renunciar a la fuente del 80% de sus ingresos exteriores, lo que en el año fiscal que está a punto de concluir (el 20 de marzo de 2006) va a reportarle 45.000 millones de dólares (37.438 millones de euros), casi un 50% más que el año anterior. Además, los países afectados podrían responder cortando sus exportaciones de gasolina, "la única sanción que realmente dañaría a corto plazo a Irán", según un asesor de inversores extranjeros.

El periodista Omid Memarian señala la pérdida de base política que supondría cualquier reducción de los ingresos. "Las clases bajas que respaldaron al presidente están esperando impacientemente los cambios económicos que les prometió, y unas eventuales sanciones acabarían con esos sueños", advierte. Memarian, un reformista que salió de Irán en vísperas del triunfo de Ahmadineyad, denuncia que "el Gobierno está utilizando su maquinaria propagandista para tratar de convencer a la comunidad internacional de que los iraníes exigen la energía nuclear".

Es cierto que si se pregunta en la calle, la mayoría de los entrevistados defiende el derecho de su país a acceder a esa tecnología, pero no es su prioridad. Sólo hay que leer la prensa local. El diario reformista Mardomsalari informaba anteayer de que el 94,6% de las peticiones que los iraníes le hacen al presidente tienen que ver con el desempleo. "¿En qué va a beneficiarnos enriquecer uranio?", pregunta Alí, un estudiante de máster al que le preocupa sobre todo encontrar una salida profesional acorde con su preparación.

Manifestación a favor del programa nuclear el pasado domingo en Teherán ante el mausoleo del imán Jomeini.
Manifestación a favor del programa nuclear el pasado domingo en Teherán ante el mausoleo del imán Jomeini.EFE

La oferta rusa sigue en pie

El Gobierno ruso aseguró ayer que sigue en pie su propuesta de enriquecer uranio en su territorio -a través de una empresa mixta y bajo supervisión del Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA)- destinado a las centrales nucleares iraníes, aunque reconoce que quedan pocas oportunidades de lograr un acuerdo.

El Gobierno de Moscú no tiene prisa para llevar el programa nuclear iraní ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y pide extremar la precaución: "Remitir precipitadamente el caso iraní al Consejo de Seguridad sería de lo más indeseable", dijeron fuentes diplomáticas rusas a la agencia oficial Itar-Tass.

Rusia considera que existen "muchos otros escenarios" para la solución de la actual crisis en el marco del OIEA. "El debate en el Consejo de Seguridad conllevaría el abandono de las negociaciones por parte de Irán, mientras el OIEA perdería la oportunidad de controlar sus actividades nucleares", aseguran esas mismas fuentes, informa Efe.

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Sobre la firma

Ángeles Espinosa
Analista sobre asuntos del mundo árabe e islámico. Ex corresponsal en Dubái, Teherán, Bagdad, El Cairo y Beirut. Ha escrito 'El tiempo de las mujeres', 'El Reino del Desierto' y 'Días de Guerra'. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense (Madrid) y Máster en Relaciones Internacionales por SAIS (Washington DC).

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