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Sevilla diseña un plan para la rehabilitación de los conventos de clausura del casco histórico

El Ayuntamiento plantea que los centros religiosos puedan acoger alojamientos turísticos

Luis Barbero

El Ayuntamiento de Sevilla, gobernado por el socialista Alfredo Sánchez Monteseirín, ha diseñado un plan para rehabilitar los deteriorados conventos de clausura del casco histórico de la ciudad. La idea es firmar convenios con cada una de las comunidades religiosas para que los conventos puedan acoger otras actividades más allá de las puramente espirituales. El gobierno local plantea que una pequeña parte de cada convento se dedique a residencias de la tercera edad o de estudiantes, hostales u oficinas. El Ayuntamiento considera que, de esta manera, las congregaciones religiosas obtendrían dinero para restaurar los conventos y, además, para sufragar su mantenimiento. El plan afecta a 16 conventos.

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La situación de conservación de buena parte de los conventos de clausura de la capital hispalense es preocupante, según reconocen fuentes municipales. De hecho, el Ayuntamiento tiene que responder periódicamente a las llamadas de emergencia que las congregaciones religiosas formulan para que se atiendan las necesidades de conservación de estos edificios. Los recursos de las congregaciones son limitados pese a las actividades complementarias que casi todas realizan (elaboración y venta de dulces, confección, bordado o encuadernación).

Con el fin de resolver esta cuestión de forma definitiva, el gobierno municipal ha preparado un proyecto que será presentado a cada una de las congregaciones religiosas. El motivo es que la decisión de acogerse al proyecto y firmar los convenios corresponde a cada comunidad por ser las propietarias de los conventos. No obstante, según fuentes municipales, el Ayuntamiento hispalense ha sondeado al Arzobispado de Sevilla para hacerle partícipe del plan.

El Ayuntamiento ya firmó en junio de 2005 un convenio con el Arzobispado en el que ambas partes se comprometían a colaborar en la conservación del patrimonio histórico, cultural y artístico de la Iglesia católica en la ciudad.

Este convenio incluía la intervención en los inmbuebles de las hermandades, las iglesias y los conventos. En el caso de las hermandades, se acordó que la actuación municipal se produciría a raíz de las peticiones que recibiera la Delegación de Fiestas Mayores.

En el de las iglesias, se acordó que sería al Arzobispado de Sevilla el que indicaría cuáles eran las prioridades de intervención. Y en el de los conventos, el acuerdo que se cerró apuntaba que sería la Gerencia de Urbanismo de Sevilla la que decidiría cuáles serían los objetos de la intervención municipal.

En ese acuerdo, el Arzobispado se comprometía, en cualquier caso, a facilitar las conversaciones del Ayuntamiento con las superioras de los conventos con el "fin de negociar una posible utilización compartida" de los centros religiosos.

Desde entonces, la Gerencia de Urbanismo ha estado analizando, uno por uno, la situación de cada convento y ha elaborado un documento en el que se plantean alternativas para cada uno de ellos. "La presencia de numerosos conventos en el casco histórico de Sevilla, la disminución de la mayoría de las comunidades religiosas, así como el hecho de que los conventos sevillanos ocupen unas edificaciones de enorme interés patrimonial y una extensa superficie, suponen una oportunidad para diseñar una estrategia para su rehabilitación y puesta en valor", afirma el documento.

La idea de la Gerencia de Urbanismo pasa por llegar a acuerdos puntuales con cada comunidad religiosa para que una pequeña parte de cada convento se destine a actividades de "reequipamiento" de la ciudad. La inserción de esas actividades tendría un doble beneficio para las comunidades religiosas: por una parte, obtendría recursos para rehabilitar los conventos y, por otra, dinero para sufragar su mantenimiento.

El Ayuntamiento de Sevilla recuerda que el futuro Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) permite utilizar hasta un 20% para otras actividades además de las previstas. Según el Ayuntamiento, los conventos podrán afrontar "pequeñas actuaciones de nueva planta" o "la reestructuración de espacios interior" para albergar estas nuevas actividades.

Alojamientos turísticos

Entre otras, el gobierno de Sánchez Monteseirín plantea que los conventos puedan acoger residencias de la tercera edad, de estudiantes u oficinas. De forma más ambiciosa, también sugiere la posibilidad de crear "una red de alojamientos turísticos de calidad, una red de hospederías conventuales englobadas en un proyecto e imagen unitaria".

A favor de esta idea, el Ayuntamiento apunta que la ubicación de los conventos en el casco histórico "así como sus inmejorables condiciones ambientales, serán sin duda valores para hacer atractiva esta oferta hotelera y dinamizar la vida de los barrios" del centro. En este caso existe el precedente de los espacios traseros del Palacio Arzobispal, que en la actualidad acoge un hotel.

Ocho hectáreas en el centro

El casco histórico de Sevilla, uno de los más grandes de España, ocupa, aproximadamente, 335 hectáreas, de las que los conventos suman ocho, es decir, el 2,3% del total, según el Ayuntamiento de Sevilla. En contraste, en esas ocho hectáreas viven unas 300 personas, que suponen el 0,5% de las que residen en el casco histórico de la capital hispalense (55.882).

El descenso de las vocaciones hace que en los amplios espacios que ocupan los conventos haya muy pocas religiosas. Según datos municipales, el convento de Santa Paula es el que más habitado (49 personas), para una superficie de 8.853 metros cuadrados. Le siguen Santa Ana (26) y La Asunción y la Visitación de Santa María, ambos con 25. Y el que menos ocupantes tiene es el de San José (nueve). En medio, con entre 13 y 19 ocupantes, se sitúan los otros 11 conventos en los que el Ayuntamiento quiere aplicar su plan: San Clemente, San Leandro, Santa Inés, Madre Dios de la Piedad, Santa María de Jesús, Santa María del Socorro, Espíritu Santo, Nuestra Señora de la Consolación, Las Teresas, Santa Rosalía y La Encarnación.

Una de las prioridades del plan es compatibilizar la vida espiritual de los ocupantes de los conventos con los usos alternativos que se quieren introducir.

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Sobre la firma

Luis Barbero
Es subdirector de Actualidad de EL PAÍS, donde ha desarrollado toda su carrera profesional. Ha sido delegado en Andalucía, corresponsal en Miami, redactor jefe de Edición y ha tenido puestos de responsabilidad en distintas secciones del periódico.

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