Bush promete ayuda a Pakistán contra Bin Laden y renueva la alianza con Musharraf
El presidente de EE UU recuerda a su anfitrión que se comprometió a convocar elecciones
¿Es Pakistán un aliado fiable en la lucha contra el terrorismo? ¿Está realmente convencido de ello su presidente, el general Pervez Musharraf, actual representante de la combinación de cuarteles y mezquitas que define al país desde su creación, en 1947? George W. Bush dijo ayer que la respuesta a ambas preguntas es afirmativa. En un país abiertamente hostil y en una capital, Islamabad, en virtual estado de sitio, el presidente prometió a Musharraf más ayuda contra Al Qaeda, y el general renovó su alianza estratégica con Washington.
Una alianza que le supone al presidente Musharraf -que recibió a Bush con ceremonias y lanceros a caballo- no pocos problemas con sus ciudadanos. La relación con Estados Unidos es, desde el origen de Pakistán, una de las tres patas sobre las que descansa la política nacional: India como enemigo, el islam como factor de cohesión y Washington como garante de la defensa y la economía.
La decisión del general Musharraf de apoyar a Estados Unidos en la guerra de Afganistán -cuando Pakistán era uno de los tres países del mundo que reconocía al régimen talibán-, y las operaciones contra la organización terrorista Al Qaeda (que a los norteamericanos les parecen insuficientes) son motivo de afrenta para una población que ve al americano como el gran demonio, sobre todo después de la guerra de Irak.
En este alambre Musharraf mantiene el equilibrio, y con esta inestable alianza se mueve el mandatario estadounidense, que ayer afirmó que si ha habido resquicios en la relación -quizá por ellos se ha colado Osama Bin Laden-, se cerrarán: "Parte de mi misión hoy era determinar si el presidente está o no tan comprometido como lo estaba en el pasado con llevar a estos terroristas ante la justicia, y lo está", dijo Bush. Musharraf "entiende lo que está en juego y comprende la responsabilidad y la necesidad de garantizar que nuestra estrategia es capaz de derrotar al enemigo", añadió Bush.
Pakistán asegura haber detenido a unos 700 militantes de Al Qaeda, pero el grupo se mueve con relativa facilidad en la frontera afgana y actúa cada vez más, para preocupación de los estadounidenses y los países de la OTAN -entre ellos, España- con soldados en Afganistán.
Musharraf, que ha sufrido cuatro intentos de atentado, afirmó: "Es evidente que las intenciones de Pakistán están absolutamente claras: tenemos una alianza estratégica en la lucha contra el terrorismo". Pero los agujeros son los agujeros, y admitió: "Si ha habido fallos, ha sido en la aplicación. Estamos avanzando en ello y tendremos éxito".
¿Cómo avanzar? Fue Bush el que dio estas pistas: "Para derrotar a Al Qaeda, hay que compartir la mejor información posible para localizar a sus miembros, y después llevarles ante la justicia (...). Primero, estamos trabajando para que esa información sea suficientemente buena: que actuemos en función de ella y que se comparta en tiempo real. Y segundo, para que Pakistán se defienda de Al Qaeda tiene que tener el equipo necesario para actuar con rapidez sin delatarse ante el enemigo".
El presidente Bush se permitió, suavemente, recordar al general Musharraf -que se hizo con el poder en un golpe incruento en 1999 y que ha prorrogado la presidencia con uniforme militar hasta 2007- su compromiso democratizador: "Estoy seguro de que la democracia es el futuro de Pakistán, y Musharraf ha dejado claro que va a convocar elecciones".
El presidente paquistaní reveló que los dos habían abordado el "muy espinoso asunto de las blasfemias contra el profeta" y las manifestaciones y boicoteos tras la publicación por un periódico danés de las caricaturas de Mahoma: "Le expresé las preocupaciones de los musulmanes, que condenan estos actos y que rechazan que se justifiquen en nombre de la libertad de prensa. El presidente mostró su preocupación, y le estoy extremadamente agradecido por estar preocupado por los sentimientos del mundo musulmán".
El general paquistaní concedió que además de luchar contra el terrorismo hay que hacerlo contra el extremismo. "Musharraf entiende que el extremismo puede ser vencido con libertad y democracia, prosperidad y una mejor educación", afirmó Bush, y añadió: "Tiene la visión de un Estado moderado que dé una alternativa al radicalismo".
46 talibanes muertos
El presidente norteamericano eludió como pudo la cuestión de si Pakistán tendrá un acuerdo de cooperación nuclear como el alcanzado con India: "Son países distintos, con diferentes necesidades e historias". No mencionó que sólo hace dos años del escándalo de la venta de material nuclear a Libia, Irán y Corea del Norte por parte del científico Abdul Q. Khan, el padre del programa atómico paquistaní. Éste fue perdonado por el Gobierno de Islamabad.
[Por otra parte, las tropas paquistaníes mataron ayer a al menos 46 militantes talibanes en combates en la frontera con Afganistán, informa Reuters. Un portavoz del Ejército informó que 25 habían fallecido en Miranshah, la principal ciudad de la región fronteriza de Waziristán. Otros 21 fallecieron en una localidad vecina, Mir Ali. Al menos tres soldados fallecieron y 10 resultaron heridos.]
UNA VISITA IMPOPULAR
-El apoyo del presidente paquistaní a la guerra de Afganistán y las operaciones contra Al Qaeda son motivos de afrenta para la población
-Musharraf reitera su compromiso en la "lucha contra el terrorismo" y Bush subraya que el general "entiende lo que está en juego"
-Islamabad parecía ayer una ciudad fantasma por el apabullante despliegue de seguridad que rodeó la visita de Bush
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