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La Unión Europea e Irán fracasan en su intento de frenar la crisis nuclear

El Gobierno de Teherán mantiene su negativa a suspender sus actividades atómicas

La Unión Europea e Irán fracasaron una vez más en su intento de volver a la mesa de negociaciones para evitar una escalada en el conflicto sobre el programa nuclear iraní. La reunión de emergencia celebrada ayer entre ambas partes en Viena concluyó sin acuerdo al negarse el Gobierno de Teherán a suspender sus actividades nucleares. Por su parte, el ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, reconoció el fracaso de las conversaciones con Irán para crear una empresa mixta de enriquecimiento de uranio en territorio ruso.

El encuentro había sido solicitado por Irán antes de la reunión que el lunes celebrará el Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA), que será decisiva para transferir al Consejo de Seguridad de la ONU el informe técnico sobre el programa nuclear que desarrolla Irán.

En la reunión en la Embajada de Alemania en Viena, que duró apenas dos horas, participaron en representación de la troika de la UE los ministros de Exteriores de Francia y Alemania, el director del ministerio británico de Exteriores y el jefe de la diplomacia europea, Javier Solana. Su interlocutor fue Alí Lariyani, el principal negociador nuclear iraní.

El ministro alemán de Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, declaró que "la UE podrá conversar con tranquilidad con Irán únicamente si los iraníes suspenden todas sus actividades de enriquecimiento de uranio, incluso en los ámbitos de investigación y desarrollo". También su colega francés, Philippe Douste-Blazy, subrayó que la suspensión del procesamiento de uranio es "el punto clave para cualquier solución", pero que "desafortunadamente" no se alcanzó ningún acuerdo.

Enriquecimiento de uranio

La decisión del Gobierno iraní de reactivar las instalaciones destinadas al procesamiento de uranio después de una moratoria de dos años y medio fue la causa de la congelación de las negociaciones con la UE el pasado enero. Según fuentes diplomáticas, el clima de la reunión de ayer fue más constructivo que en ocasiones anteriores, dado que Irán dio claras muestras de acercamiento, si bien no cedió en el punto que la UE considera una cuestión básica para restablecer la confianza. Por esta razón, la troika europea insiste en que mantiene la puerta abierta a Irán para nuevas propuestas en los próximos días.

"El tiempo apremia", éste es un "momento crítico", y "si queremos resultados tiene que ser ahora", insistió Steinmeier en alusión a la reunión del OIEA prevista para el lunes, en la que el director de este organismo, Mohamed el Baradei, presentará el informe sobre las actividades nucleares en Irán, en el que consta que los inspectores no pueden aún garantizar que los objetivos del Gobierno de Teherán sean pacíficos. Con base en una resolución del pasado 4 de febrero, el OIEA podrá remitir el informe al Consejo de Seguridad, que puede imponer sanciones.

Irán, que quiere evitar que el OIEA dé este paso, no hizo ninguna declaración oficial sobre las conversaciones mantenidas ayer con la troika europea. El británico Saver indicó que de momento la UE no tiene previstas más negociaciones con Irán antes del lunes. Pero añadió: "Si los iraníes tienen algo nuevo que decir y quieren reunirse con nosotros, estaremos dispuestos".

En cuanto a las conversaciones mantenidas días atrás en Moscú, el jefe de la diplomacia rusa dijo ayer que habían sido "parte de los esfuerzos comunes para resolver el problema". Para que el resultado sea positivo, insistió Lavrov, Irán debe volver a la moratoria de su programa nuclear. El jefe del Comité de Exteriores de la Duma (Cámara baja del Parlamento ruso), Konstantín Kosachev, acusó a Irán de emplear las negociaciones como táctica para ganar tiempo. Para Rusia, dijo, la creación de una empresa mixta de enriquecimiento de uranio no es un fin, sino un medio para asegurar la transparencia de los planes iraníes.

De izquierda a derecha, Steinmeier (Alemania), Douste-Blazy (Francia), Lariyani (Irán), Solana (UE) y Sawyer (Reino Unido), en Viena.
De izquierda a derecha, Steinmeier (Alemania), Douste-Blazy (Francia), Lariyani (Irán), Solana (UE) y Sawyer (Reino Unido), en Viena.EFE

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