Ciutat Vella da prioridad a las ayudas escolares dentro del plan de inmigración

Uno de cada tres niños de las escuelas de primaria tanto públicas como concertadas del distrito de Ciutat Vella de Barcelona tuvo beca de comedor en el curso pasado, pero no se consigue atender toda la demanda. Gran parte de las familias que solicitan esas ayudas son inmigrantes ya que ese colectivo representa el 38,5% de la población de ese distrito; además, se trata del segmento de población más joven. Esas becas, otras ayudas escolares y más recursos en los equipamientos municipales son algunas medidas que contiene el plan de acogida e integración de los inmigrantes de Ciutat Vella.

El plan fue aprobado por el distrito el pasado martes y es el resultado de un intercambio de propuestas, demandas y opiniones entre los gestores políticos, las entidades y las asociaciones que desarrollan un considerable trabajo de atención a los inmigrantes y también el tejido asociativo y comercial autóctono. La consecuencia de los debates y reuniones ha sido un plan con una dotación de 1,7 millones de euros para tres años: 500.000 en 2006, 600.000 euros presupuestados para 2006 y la misma cantidad para 2007.

Una parte considerable de esos fondos irá a parar a ayudas de comedor y libros en los colegios de primaria, tanto públicos como concertados. Se trata de ayudas no dirigidas exclusivamente a la población de origen inmigrante, se apresuran a precisar en el distrito de Ciutat Vella, donde se han dejado oír en más de una ocasión las críticas de la población autóctona sobre los beneficiarios de las ayudas sociales. La queja es que la llegada masiva de inmigración comporta que los recién llegados acaparen las ayudas oficiales en detrimento de las capas de población local más desfavorecidas.

A falta de cifras concretas sobre la nacionalidad de los escolares con becas, en el distrito se reconoce que la mayor parte de las familias que tienen las ayudas de comedor son inmigrantes. De acuerdo con datos de 2005, de los 3.196 alumnos matriculados en infantil y primaria en centros públicos y concertados, 827 tuvieron el 100% de cobertura del comedor y el 50% del coste, otros 252. Esto representa que uno de cada tres niños recibe una ayuda para pagar el comedor escolar y da una idea del panorama económico y social del distrito.

Becas de comedor

"El año pasado se destinaron 600.000 euros a las becas de comedor y con ello se atendió el 64% de la demanda", señalaban fuentes del distrito. Ahora se aportarán otros 100.000 euros más anuales, lo cual puede representar que recibirán ayudas otros 150 niños.

La potenciación de las escuelas de adultos es también otra prioridad del plan de Ciutat Vella para facilitar la integración. El plan prevé cinco líneas de trabajo. Además del capítulo de enseñanza, otra línea es la puesta en marcha de programas y de instrumentos que ayuden al recién llegado, porque si bien el distrito de Ciutat Vella suele ser el de llegada de gran parte de los inmigrantes, pasado un tiempo se establecen en otras zonas de la ciudad o en otras ciudades del área metropolitana.

Una forma concreta de mejorar ese primer periodo, que suele ser de unos seis meses, será la publicación de una guía básica de servicios públicos y privados que detalle, entre otros, la red y funcionamiento de los equipamientos de salud y enseñanza. Es en el apartado de acogida donde el plan se apoyará en algunas entidades que desde hace años trabajan con la población inmigrada. Entre éstas se encuentran, por ejemplo, Ibn Battuta, la Fundación Tot Raval, la Fundación Bayt Al Thaqafa y la asociación Barri Acull.

Son esas entidades las que suelen resolver y hacer frente a los problemas de información y orientación jurídica, sobre todo para los trámites y requisitos de permisos de residencia y trabajo. También suelen ser ellas las que atienden las preguntas sobre la vivienda o intervienen cuando los propietarios de los pisos establecen condiciones irregulares en los contratos de alquiler. El plan hace especial mención del control de los llamados pisos patera, aunque los medios que se destinan a ello no son extraordinarios y descansan en el trabajo de inspección que se realiza de forma habitual. Éste consiste en la comprobación del padrón, sobre todo después de descubrir que en decenas de pisos se habían empadronado 8 y hasta 10 personas. En este punto, el plan, que hace una serie de recomendaciones, apunta que una forma de controlar los pisos patera sería que en la cédula de habitabilidad figure el número máximo de personas por vivienda para confrontarlas con la información del padrón y detectar las viviendas sobreexplotadas. Sobre todo ante la evidencia de que muchos inmigrantes se empadronan en Ciutat Vella al llegar a la ciudad para trasladarse más tarde a otros sitios. Concretamente, más de 50.000 inmigrantes que fueron requeridos para renovar el empadronamiento no contestaron a la solicitud del consistorio.

Otro elemento que se refuerza en el plan son los horarios de los centros cívicos, que estarán abiertos el sábado y el domingo bajo demanda. Esa petición y la de más disponibilidad de los equipamientos deportivos se repitieron en el proceso de participación. Se destinarán más recursos también a educadores de calle y a mediadores sociales, que se extenderán a otras zonas de Ciutat Vella, más allá del barrio del Raval, que es donde tenían más actividad.