_
_
_
_
_

El Rey pide en Tailandia un marco jurídico estable y seguro para la inversión española

El grupo Navantia se interesa por la renovación de la Armada tailandesa

El rey Juan Carlos se despidió ayer de Tailandia con un llamamiento a los empresarios españoles para que aprovechen "todas las posibilidades" del país, siempre que encuentren un marco jurídico estable para sus intereses, lo que, hoy por hoy, no ocurre totalmente. El Rey visitó el portaaviones Chakri Nuerebet, construido hace 10 años por la antigua Bazán, integrada hoy en Navantia. Lo hizo acompañado por el presidente de este grupo, Juan Pedro Gómez Jaén, y en la visita se habló de la renovación de la Armada tailandesa.

Los planes de modernización de las Fuerzas Armadas de Tailandia miran a un horizonte financiero de unos 12.000 millones de euros, y las empresas españolas tratan de aprovechar su experiencia pasada en el país. Cuando se hizo el encargo del Chakri Naruebet, que fue amadrinado por doña Sofía y la reina Sirikit, era ministro de Defensa en Tailandia el almirante Kolak Charoenrook, hoy retirado, quien mantuvo una estrecha amistad con don Juan Carlos cuando ambos se formaban en las academias navales españolas. Cadetes tailandeses han seguido viniendo, desde entonces, a estudiar en España.

El Chakri Nuerebet ha tenido una singladura algo accidentada y marcada por diferencias entre el Gobierno propietario y la empresa constructora sobre la imputación de los gastos de mantenimiento. También hubo algunos problemas con los aviones suministrados por España. Pero las esperanzas se mantienen y el ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, sostiene que la visita real permite ver con confianza el logro de nuevos contratos. El viceprimer ministro tailandés, Wissanu Krea-Ngam, mencionó ayer al sector Defensa como uno en los que su país busca la colaboración española.

La renovación del Ejército es uno de los ocho megaproyectos que el Gobierno tailandés trata de impulsar en sectores claves como infraestructuras, telecomunicaciones, redes viarias o energías renovables. Los analistas españoles de este plan, que tienen vocación quinquenal, señalan como puntos débiles su falta de concreción financiera, pues no ha sido presupuestado, y la todavía escasa claridad de sus procedimientos.

Tailandia aprobó recientemente una nueva ley de licitaciones, que aún no ha sido traducida y sigue siendo misteriosa para los inversores. Las autoridades del plan no han aclarado tampoco cómo se van adjudicar los trabajos.

De ahí la preocupación por la transparencia y la seguridad jurídica, a la que el Rey aludió ayer en su discurso inaugural de un seminario de empresarios tailandeses y españoles. "Confío en que las empresas aquí representadas sepan explorar todas las posibilidades de cooperación, a desarrollar en un marco jurídico estable para la inversión extranjera y la protección de la propiedad intelectual", dijo. España y Tailandia han acordado durante esta visita empezar a negociar un Acuerdo de Promoción y Protección Recíproca de Inversiones (APRI).

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

El mayor problema que este tigre asiático plantea actualmente a los inversores deriva, sin embargo, de la situación del Gobierno de Taksih Shinawattra, cuyo choque con sectores clave de la sociedad suscitan dudas sobre su capacidad para desarrollar los planes económicos anunciados.

Antes de despedir a los Reyes, el primer ministro Shinawattra recibió ayer a los cerca de 30 empresarios que participaron en el encuentro bilateral, para explicarles sus proyectos.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_