_
_
_
_
_

Un informe internacional revela deficiencias de gestión en Cofrentes

Los ecologistas exigen que pare la central y ésta niega problemas

Sara Velert

Un informe de evaluación de la central nuclear de Cofrentes hecho por una organización internacional en 2004 relevó deficiencias en distintas áreas de la instalación. Los ecologistas, tras acceder al documento, exigieron ayer al Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) que ordene la parada "inmediata" de Cofrentes porque a su juicio ésta "no opera en condiciones de seguridad". La nuclear negó problemas de seguridad.

La Asociación Mundial de Operadores de Centrales Nucleares (WANO en sus siglas en inglés) hizo en noviembre de 2003 una inspección del funcionamiento de la central nuclear de Cofrentes (Valencia) que reveló deficiencias en áreas relacionadas con la gestión, procedimientos de control y vigilancia, prevención de riesgos laborales y formación. Se trata de una auditoría privada a la que Cofrentes se sometió voluntariamente y que concluyó con 36 requerimientos de corrección.

Tras recibir "de forma anónima" un resumen del documento fechado en marzo de 2004, Greenpeace, Ecologistas en Acción, Acció Ecologista y el parlamentario autonómico valenciano de EU-Verds Carles Arnal exigieron ayer la parada "inmediata" de la central para una revisión "profunda". A su juicio, las deficiencias detectadas por la organización internacional -de la que son miembros operadores de energía nuclear de más de 340 países- implican "graves problemas de seguridad", según aseguró el responsable de Greenpeace Carlos Bravo.

El documento manejado por los ecologistas se compone de más de una treintena de objeciones a secciones de la central, de las que el diputado Carles Arnal destacó, entre otras, que "algunos operadores no vigilan adecuada y consistentemente algunos parámetros importantes del reactor" o que "prácticas inadecuadas" cuestionan los márgenes de seguridad "relacionados con la capacidad de los sistemas de refrigeración de emergencia".

Para Arnal y los grupos ecologistas, las conclusiones de la WANO "desmienten categóricamente las habituales versiones de Cofrentes de que todo está bien en sus instalaciones". Los ecologistas reiteraron que en la central falla "la cultura de seguridad" y hay demasiados incidentes causados "por errores humanos". También mostraron su "preocupación" por que este informe no se haya remitido al Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), al que reprocharon falta de control sobre las centrales.

Cofrentes, propiedad de Iberdrola, aseguró que la auditoría "no afecta a la seguridad de la central" y no se refiere en ningún caso a supuestos "incumplimientos de la normativa" relacionada con las centrales. El portavoz de Cofrentes, Jesús Cruz, afirmó que "es un informe técnico de trabajo", interno, que responde a una inspección de tres semanas a cargo de 20 expertos de otras centrales nucleares "en un ámbito de optimización y mejora" de las instalaciones. Las 36 "recomendaciones de mejora" se han cumplido en su mayoría y así lo comprobó la WANO en otoño del año pasado, aseguró Cruz. El portavoz añadió que la organización destacó en su informe que Cofrentes cumple con los estándares de seguridad y está por encima de la media en la evaluación del resto de centrales del mundo.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

El CSN confirmó que no conoce la auditoría interna, pero considera que la WANO "realiza una buena labor" en la que "confronta las prácticas" de funcionamiento de las centrales "con las mejores del mundo". Javier Zarzuela, subdirector de instalaciones nucleares, recalcó que la "garantía fundamental de seguridad está en cumplir las especificaciones técnicas de funcionamiento" de las centrales, que el organismo controla mediante inspecciones. En el caso de Cofrentes, el CSN considera que ha "mejorado" su funcionamiento desde 2002, cuando sufrió una acumulación importante de incidentes, y no ve motivos para un cierre porque "no ha habido ningún hallazgo relevante para la seguridad". No obstante, la empresa recibió en diciembre un apercibimiento por incumplir en varios meses el plazo para la revisión que se hace cada 10 años del edificio de contención -una barrera básica de seguridad en caso de accidentes- y que garantiza que no habrá fugas de radiactividad. La prueba se hizo el pasado verano.

Fuentes radiactivas

El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) anunció ayer que ha iniciado una investigación para aclarar la desaparición de dos componentes radiactivos que custodiaba el Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA) y debió entregar a la empresa nacional Enresa para su adecuada gestión.

Las dos fuentes radiactivas del radioisótopo Níquel-63, "de muy baja peligrosidad" por la escasa radiación que emiten, formaban parte de un aparato de medición de contaminación fuera de uso que recogió finalmente un gestor de residuos convencionales y llevó, en el mejor de los casos, a un vertedero. Aunque el CSN no ve que la desaparición de esas piezas entrañe riesgo para las personas, mantendrá abierta la investigación para averiguar su paradero.

La Consejería de Agricultura, Pesca y Alimentación, de la que depende el IVIA, recalcó la "escasa peligrosidad" de los componentes radiactivos, cuya desaparición detectó una inspección anual del CSN.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Sara Velert
Redactora de Internacional. Trabaja en EL PAÍS desde 1993, donde ha pasado también por la sección de Última Hora y ha cubierto en Valencia la información municipal, de medio ambiente y tribunales. Es licenciada en Geografía e Historia y Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS, de cuya escuela ha sido profesora de redacción.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_