"No es buena una retórica tan agria entre EE UU y Venezuela "
Las relaciones entre Venezuela y EE UU ya eran malas cuando el chileno José Miguel Insulza (62 años) llegó en mayo de 2005 a la Secretaría General de la Organización de Estados Americanos (OEA). Hoy están mucho peor. La fricción entre Caracas y Washington es una de las cosas que más preocupan a Insulza, para quien el "nivel de la retórica entre ambos países es demasiado alto". Insulza sabe que poco puede hacer la OEA en este tema, por lo que en sus primeros ocho meses ha volcado sus esfuerzos en recuperar la imagen de la organización, sobre todo estando atento a los procesos electorales como el de Haití.
Pregunta. ¿Hubo fraude en las elecciones de Haití?
Respuesta. No hubo fraude, hubo problemas... En alguna parte se robaron algunas urnas y se produjeron asaltos en al menos tres colegios electorales, de los que los votos desaparecieron. En ningún caso estos incidentes hubieran cambiado el resultado electoral. Si se comparan estos problemas con lo que sucedió en elecciones anteriores en Haití, debemos darnos por satisfechos. Lo importante es que había que resolver una situación y lo hicimos. Haití tiene un nuevo presidente [René Préval].
"No hubo fraude en las presidenciales de Haití, hubo problemas... En ningún caso los incidentes hubieran cambiado el resultado electoral"
"Me gustaría que la OEA participara más en temas de derechos humanos como, por ejemplo, la situación de las cárceles"
P. ¿Deben permanecer las fuerzas de paz en suelo haitiano?
R. Espero que las fuerzas sigan y que eventualmente vayan cambiando de papel. Pero por ahora una fuerza armada es muy necesaria para mantener la paz.
P. ¿Cree que el presidente venezolano Hugo Chávez cumplirá su amenaza de suspender las ventas de crudo a EE UU?
R. De momento, en el seno de la OEA no hemos tenido ningún planteamiento acerca de Venezuela. Sin embargo, a mí me preocupan los roces, de momento retóricos, sobre todo, entre dos países miembros como Venezuela y EE UU. El permanente intercambio de acusaciones no ayuda en nada, y menos el tono que sube tanto como en las últimas semanas. No es bueno que ambos países mantengan un nivel de retórica tan agrio. No estoy muy seguro de que las malas relaciones políticas se vayan a trasladar a las económicas. Las exportaciones de petróleo venezolano a EE UU son muy importantes. Además, para Venezuela no se trata sólo de la venta de crudo, puesto que tiene un negocio que está integrado en el mercado estadounidense mediante una red que incluye refinerías y gasolineras. Toda esta infraestructura es muy sólida y supone unos intereses compartidos que requieren un grado de entendimiento mucho mejor y de mayor reflexión a la hora de actuar.
P. ¿Le preocupa el roce fronterizo entre Colombia y Ecuador?
R. Creo que el conflicto tiene que ver con distintas tácticas de protección de fronteras. La de Ecuador es, digamos, la tradicional, donde los efectivos están en puestos de vigilancia establecidos. Colombia, en cambio, sostiene que poner a sus soldados en la frontera para que les disparen es un error y cree que deben tener cierta movilidad. Esto provoca que haya problemas derivados del enfrentamiento entre el Ejército colombiano y la guerrilla, que muchas veces busca refugio en territorio ecuatoriano. Ninguno de los dos países tiene intención de molestar al otro, y no creo que el problema pase a mayores.
P. Si el dirigente nacionalista Ollanta Humala gana en abril las presidenciales de Perú, ¿habrá un nuevo foco de tensión en la región?
R. En mi opinión, y no hablo en nombre de la OEA, creo que el señor Ollanta Humala tiene todo el derecho a presentarse como candidato a la presidencia de su país. No hay que apresurarse a hacer juicios de valor respecto a posibles alianzas. No creo que haya una especie de eje, ni del bien ni del mal. Tampoco creo que se esté formando ningún bloque ni nada por el estilo [refiriéndose a una presunta afinidad entre Humala y los Gobiernos de Evo Morales (Bolivia), Hugo Chávez (Venezuela) y Fidel Castro (Cuba)]. La política es más pragmática y al final los países deciden en función de si les conviene.
P. ¿Cree que América Latina está en el comienzo de un largo periodo de estabilidad?
R. Este año hay 13 elecciones y creo que, en general, la región se encamina hacia un periodo de estabilidad democrática importante. Hay temas económicos que ya no se discuten. Nadie plantea elevar disparatadamente el gasto público ni devaluar sustantivamente una moneda. Todos buscan una mayor estabilidad para atraer las inversiones que fortalezcan el crecimiento económico. Ya no hay un revolucionario iluminado o un golpista que quiera conducir un gobierno como durante la guerra fría. Más allá de los discursos, creo que lo que se debate es cómo mejorar la vida de los latinoamericanos.
P. ¿En qué papel le gustaría ver más activa a la OEA?
R. Me gustaría que pudiésemos participar más en temas de derechos humanos como, por ejemplo, la situación de las cárceles.
P. ¿Qué presupuesto tiene la organización?
R. 68 millones de euros. Bien.
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