Austria condena a tres años a un escritor por negar el Holocausto
El británico David Irving admite la existencia de las cámaras de gas
La justicia austriaca condenó ayer al autor británico David Irving a tres años de prisión por apología del nazismo. El historiador autodidacta, que a sus 67 años ha escrito decenas de libros que glorifican a Hitler y niegan las atrocidades del Holocausto, fue condenado pese a que durante el juicio reconoció que ha cambiado de opinión y admitió la existencia de las cámaras de gas empleadas por los nazis para matar a millones de judíos.
Los ocho miembros del jurado declararon culpable a Irving por unanimidad por dos conferencias que dio en 1989 en Austria, donde es delito la negación del Holocausto. El autor, que admitió su culpa al inicio del juicio celebrado ante el Tribunal Regional de Viena, dijo estar "conmocionado" por la sentencia, que recurrirá. Si se confirma, tendrá que ingresar en prisión.
En plena controversia por las caricaturas de Mahoma, el proceso ha reavivado el debate sobre la libertad de expresión. Para el fiscal, Michael Klackl, es un caso de "abuso" de dicha libertad. Wilhelm Lasik, del Archivo de Documentación Austriaca de la Resistencia, explicó que la Ley de Prohibición es inherente a la Constitución redactada tras la II Guerra Mundial. La ley condena con penas de hasta 20 años de cárcel la apología del nazismo, la negación de los crímenes contra la humanidad cometidos en el III Reich y todo intento de "rehabilitar una ideología racista que lo primero que haría sería reprimir la libertad de expresión".
Irving, asesorado por su letrado, Elmar Kresbach, se declaró culpable. Ya sabía que pesaba sobre él una orden de captura cuando en noviembre aceptó una invitación de una cofradía estudiantil ultraderechista. Fue detenido y puesto en prisión preventiva mientras se dirigía a dicha cita.
Al entrar al juzgado, el autor explicó a la prensa que, a la vista de la legislación austriaca, "no tenía otra opción" que declararse culpable para evitar una larga condena de hasta 10 años. "Ya no niego el Holocausto", dijo ante el juez, "he cambiado de opinión, la historia es un árbol en constante transformación y cuanto más conoces y mejor te documentas, más aprendes. He aprendido mucho desde 1989".
El fiscal lo calificó de "peligroso falsificador de la historia" y lo confrontó con sus propios escritos, en los que sostiene que la mayor parte de las víctimas del nazismo perecieron por epidemias, que en la noche de los cristales rotos los asesinatos fueron cometidos por "desconocidos disfrazados" de nazis o que Hitler había puesto "su mano protectora sobre los judíos" y que desconocía los crímenes cometidos en su nombre. Según Klackl, Irving es todo "lo contrario de un historiador, es un falsificador de la historia", y sus escritos revelan "trazos claramente antisemitas".
Irving admitió que "existieron las cámaras de gas" y que "millones de judíos murieron", aunque añadió que no sabe cuántos. "No soy experto en el Holocausto", dijo. Sin remilgos, reconoció haber negado hace 17 años la existencia de cámaras de gas en Auschwitz y haber puesto en duda el Holocausto, y se disculpó "por los daños que haya podido causar en Austria".
Tras darse a conocer la sentencia, el juez, Peter Liebetreu, explicó que el jurado no dio crédito a las palabras de arrepentimiento del autor. Además, tomó como agravante la reiteración de las actividades de Irving, quien, según el juez, "ha abusado del poder de figura ejemplar que emana un historiador".
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