El radicalismo y el humor marcan a los nuevos diseñadores
La primera edición de El Ego de Cibeles, salón para los diseñadores más jóvenes y debutantes, comenzó ayer con ocho desfiles llenos de creatividad, con un acento en la esmerada confección y la búsqueda de estilo primando sobre la innovación, que tampoco ha faltado. Con un lleno total del aforo en el siempre evocador espacio de Alcalá 31 (antiguo Banco Mercantil), el diseño que vendrá se basa en una reflexión de las tendencias aderezada con humor, unos, y radicalismo, otros.
Una modernidad a veces llevada al límite pero ya con la conciencia del oficio
Tiago Valente tiene un talento nato y sobresaliente, hasta exuberante
El edificio parece la nave de un museo decimonónico, con su lucernario en forma de bóveda de cañón y su galería alta, la que también estuvo repleta de público en los desfiles. El sitio se presta a este juego babélico y lleno de energía donde una generación muy bien preparada muestra con todo rigor profesional sus primeras colecciones como tales.
La aceptación de público, las características vanguardistas a ambos lados de la pasarela, demuestran cómo un sector de juventud se siente cautivado y le interesa la moda más cañera y activa. Los diseñadores se muestran cautos: no se han visto locuras ni excesos sobre la pasarela, sino, muy al contrario, una modernidad a veces llevada al límite pero ya con la conciencia del oficio y de la necesidad de respetar los baremos de calidad esenciales al producto.
Abrió BreachCouture con sus mujeres fatales, urbanitas nocturnas y algo góticas, de altos mitones y abrigos de amplias solapas reforzando una silueta dura. Tras BeachCouture vino María Cle, en quien se reconoce una cierta influencia de Miriam Ocáriz tanto en el tratamiento serigráfico como en los motivos de lazos o las líneas de las faldas. La colección era coherente y animada por complementos que hacían pensar en los años cuarenta y en cierto infantilismo. Es una línea clara de la moda española que parte antaño de Sybilla, pasa a Jocomomola y llega a La Casita de Wendy, que es donde en 2003 la diseñadora trabaja. Ella usa muy bien el fieltro y el paño lavado; su gran abrigo verde a lo Halston era hermoso y sus chicos románticos, muy evocadores.
Potipoti es una joven compañía de moda fundada en Berlín por dos ilustradores y diseñadores españoles, Silvia Salvador y Nando Cornejo, de ahí que su trabajo de moda tenga un uso de la gráfica tan evidente como eficiente, con motivos de gran belleza (el pájaro herido por la flecha, los animales vistos con ternura y cierta lectura freudiana: esas caperucitas con parche en el ojo conocen muy bien al lobo. El vertido de las tortugas en el punto grueso es un regreso al pop desde la animación).
DiezCampaña también trabajó con Miriam Ocáriz, y se nota: hay oficio y buen hacer y un cierto gusto material que le lleva directamente a los metalizados.
Gómez también denota el poso de trabajar desde hace varias temporadas junto a Alvarado, aunque sus trabajos van por rumbos bien distintos. El punto calado a rayas de preso sofistica sus pantalones ligeros y el mono con minipantalón es sencillamente provocador.
Hoet ha sido toda una sorpresa. En su decálogo ya hablan (es un dúo formado por Carla & Carlos, sin apellidos) de fusionar arte y diseño añadiendo funcionalidad.
La colección en eso ha sido modélica, pues se trata de llevar al terreno del diseño más selectivo la experiencia de la ropa deportiva, sus materiales y hasta su apariencia, que, tras ser manipulada, deviene en algo mucho más sofisticado: prendas cosidas de la misma manera que un chándal, pero buscando que sea algo totalmente alejado del estándar. Ese uso del short-wear llevado al street-casual es un acierto, y el estilismo coreográfico con que fue presentado, impactante.
Tiago Valente tiene un talento nato y sobresaliente, hasta exuberante. Su colección de hombre y mujer es variada, se inspira en una idea de una orquesta, donde los elementos se complementan y se compensan. Tiago usa del punto doméstico grueso, los metalizados, un tejido que simula el látex, un clásico jacard a cuadros y pantalones de gruesa mezclilla vivados sofisticadamente en raso morado, una manera de llevarlos al terreno de la fantasía del diseñador.
Ote Ploier ya triunfó en París con esta colección para hombre cuyo motivo principal es una cuchilla de afeitar de toda la vida, que aparece secuenciada en el punto grueso y físicamente manipulada en las joyas. Ute usa solventemente la piel negra envejecida en jerséis o cuellos aplicados; sus camisas con capucha son una constante que da misterio y enmarca a los chicos, lo mismo que los amplios abrigos negros, aunque la ropa se ciñe bastante al cuerpo.
El Ego de Pasarela Cibeles muestra hoy domingo una amplia exposición de entrada libre, con 30 diseñadores y sus productos, desde ropa a accesorios, entre los que están los ocho que han desfilado ayer.
Babelia
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