Once personas mueren en una protesta ante un consulado italiano en Libia
Un ministro de Berlusconi muestra en la televisión una camiseta con dibujos de Mahoma
Al menos 11 personas fallecieron ayer en Bengasi, al norte de Libia, durante una marcha de protesta frente al consulado italiano, según confirmó el Gobierno libio en un comunicado citado por la agencia italiana Ansa. La violenta marcha, dispersada a tiros por la policía cuando algunos manifestantes destrozaron el puesto de control y prendieron fuego a varios vehículos, ha provocado una crisis política en Italia. Silvio Berlusconi pidió a su ministro para las Reformas, Roberto Calderoli, que abandone el Gabinete por haber mostrado en televisión su camiseta estampada con las polémicas viñetas.
El embajador de Italia en Libia, Francesco Paolo Trupiano, explicó a la agencia Agi desde Trípoli que en la protesta participaron un millar de personas. Según su versión, la marcha empezó "tras el sermón del viernes contra las viñetas satíricas de Mahoma".
El cónsul en Bengasi, Giovanni Franco María Pirello, explicó a los medios italianos que los manifestantes intentaron romper la puerta principal del edificio y prenderle fuego. "Han destruido la garita de la policía libia y han incendiado varios automóviles".
Todos los trabajadores fueron evacuados y los enfrentamientos entre la policía y los manifestantes exaltados provocaron 11 muertos, todos ellos libios. Hay también decenas de heridos, algunos graves. Por la noche, decenas de manifestantes volvieron a concentrarse frente al consulado, rodeado por las fuerzas de seguridad.
La violenta manifestación coincidió con la polémica en Italia por la ocurrencia del ministro Calderoli, de la Liga Norte, socio de Berlusconi. En plena ofensiva de la UE para tratar de apagar el fuego, este político, abanderado de posiciones xenófobas, participó el miércoles en un programa de la televisión pública (RAI) y mostró su camiseta interior, estampada con viñetas de Mahoma.
El embajador italiano en Libia descartó que este hecho haya espoleado las protestas violentas y dijo que se atacó el consulado italiano porque es la única representación occidental en Bengasi.
Ya antes de los trágicos sucesos de ayer en Libia, Berlusconi había mostrado su enfado. Pero anoche, al conocerse los sucesos violentos, el primer ministro le exhortó a abandonar el Gabinete por su propio pie: "Creo que Calderoli debe dimitir inmediatamente", aseguró Berlusconi, quien aparentemente consultó también con el líder de la Liga, Umberto Bossi.
El primer ministro declaró: "El Gobierno italiano tiene clara la idea de que la libertad de cada uno llega hasta donde no se incide en la libertad de los demás. Actos que pueden no parecer ofensivos según la mentalidad de quien los hace, pueden ser sin embargo ofensivos por parte de quien los recibe; esto significa entrar en su esfera de libertad y no respetarla."
La reacción de Calderoli fue en cambio muy distinta. Se reafirmó -"no me arrepiento", dijo anoche- y rehusó disculparse tras conocer los violentos hechos de Libia. "¿Arrepentido? ¿Estamos bromeando? Los atentados y la violencia de matriz islámica han empezado mucho antes de cualquier camiseta", afirmó. Y añadió: "Es necesario reaccionar ante esta situación. No nos engañemos, el atentado a las Torres Gemelas fue anterior a las eventuales provocaciones, y con mi camiseta quería precisamente señalar el riesgo que proviene de ese mundo."
En Pakistán hubo ayer también manifestaciones contra las viñetas. Fue el quinto día consecutivo de protestas y se saldaron con al menos 165 detenidos. Dinamarca, contra la que se han dirigido muchas protestas porque fue un periódico de este país el primero en publicar las viñetas, ha decidido cerrar temporalmente la embajada en Islamabad al no obtener garantías de seguridad suficientes, según un portavoz del Ministerio de Exteriores danés.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.