La Biblioteca Laín nace con dos volúmenes sobre España hasta 1936
Médico, historiador, científico y humanista, Pedro Laín Entralgo (Urrea de Gaén, Teruel, 1908-Madrid, 2001) dejó un legado de más de cien obras. España como problema es el título que abarcará los cuatro primeros volúmenes de la biblioteca Pedro Laín Entralgo, que estará compuesta por 15 tomos. El proyecto, editado por Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores con la colaboración del Instituto de Estudios Turolenses, pretende extraer lo mejor de su obra. "El legado de Laín Entralgo es enorme; probablemente es el escritor con más producción en la España del siglo XX", señaló el pasado miércoles Diego Gracia, médico, humanista, discípulo de Laín y responsable de la biblioteca Laín.
El primer tomo de España como problema arranca con un prólogo de Carlos Seco Serrano y abarca la polémica de la ciencia española hasta la generación del 98. El segundo se inicia con una epístola de Laín a Dionisio Ridruejo y llega hasta 1936. Sobre España como problema, Diego Gracia afirma: "En la obra de Laín hay muchas cosas caducas, pero otras que son de total vigencia. El problema de España es hoy el mismo que hace dos siglos. En los momentos de bonanza parece estéril pensar en lo que significa España, pero cuando llega la crisis, como en el 98 o en la guerra, renace esta necesidad".
Laín indica que el problema de España empieza en el siglo XVII, tras la paz de Westfalia, cuando se aleja de los valores europeos y opta por otros que suponen vivir en permanente conflicto con Europa. "Afrancesados, liberales o rojos eran distintos nombres que se daban a quienes asumían los valores europeos", explica Gracia, que sitúa a Laín junto a Ortega y Gasset en su reflexión sobre "los particularismos" de la historia española. Gracia puntualizó que Laín Entralgo no creía que debían "triunfar" unos valores sobre otros, sino que debían "convivir". "Los valores de libertad, convivencia o esfuerzo de comprensión entre disidentes le parecían fundamentales. Valores que tienen sus raíces en la tradición cristiana. Laín nunca dejó de ser cristiano, aunque al final de su vida su concepción era muy distinta a la que tenía en los años cincuenta".
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