Paremos la brutalidad

Aunque la escasez de noticias sobre Guantánamo y la "guerra contra el terrorismo" en los medios puede hacer pensar que esta lacra para los derechos humanos ha terminado, éstos siguen violándose en la base naval. Cerca de 500 personas, muchas en huelga de hambre con alimentación forzada, continúan allí denigrados y sometidos a rutinarios malos tratos, sin contacto con el exterior. Las comisiones militares creadas para juzgarlos han sido ampliamente criticadas por conculcar principios fundamentales sobre juicios justos, e incluso la ONU ha solicitado el cierre definitivo de la prisión militar. Sin olvidar los informes sobre secuestros, traslados y prisiones secretas por medio mundo.

Pero como parece que sabemos todo esto, deja de ser noticia y cada vez aparece menos en la prensa. Qué menos que hacernos eco de los testimonios de los que lo viven o lo han vivido en primera persona, como el ciudadano etíope Benyam Mohammed al Habashi, sometido a todo tipo de horrores desde hace cuatro años. Guantánamo no debe cumplir su quinto aniversario.

Este fin de semana hemos podido ver agresiones cometidas por soldados británicos contra jóvenes iraquíes. Quizá ahora que los responsables son europeos no dejemos que se olvide y paremos la brutalidad. Yo, al menos, no quiero ser cómplice.