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La Cámara de Comercio señala que el gasto de las empresas en innovación se desinfla

Las estadísticas oficiales reflejan que la inversión en I+D+i ha perdido peso en la economía

La empresa catalana no sólo queda lejos del objetivo fijado por la Generalitat en investigación, desarrollo e innovación (I+D+i), sino que ha perdido fuelle. En el periodo 2000- 2004, el gasto privado en innovación bajó del 2,42% del producto interior bruto (PIB) catalán al 2,1%, cuando el objetivo del Gobierno tripartito es que la inversión total en I+D+i alcance el 5,2% en el cercano horizonte de 2008, según la Cámara de Comercio de Barcelona. El esfuerzo público, sin embargo, es uno de los mayores logros del acuerdo de competitividad, que ayer celebró su primer aniversario con discrepancias en el balance.

Cataluña está perdiendo posiciones respecto en investigación, desarrollo e innovación (I+D+i), un concepto que, además de I+D, incluye la aplicación de la investigación en el proceso productivo. En 2000 la empresa catalana ocupaba el segundo lugar de la clasificación española, con una inversión del 2,42% sobre el producto interior bruto (PIB), pero en 2004 el gasto privado de Cataluña descendió al 2,1% y quedó superada por Madrid (2,6%) y País Vasco (2,3%), a tenor del informe de la Cámara de Comercio de Barcelona, basado en los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).

El sector privado supone dos tercios del gasto en innovación, pero en total la inversión pública y privada también retrocedió, del 2,77% al 2,58%, entre 2000 y 2004, cuando el objetivo de la Generalitat en el Plan de Investigación e Innovación es que éste alcance el 5,2% del PIB en el cada vez más cercano 2008.

"Para lograr este objetivo las empresas deberían acelerar el crecimiento el 33% cada año hasta 2008", destacó el presidente de la cámara, Miquel Valls, quien lamentó el "escaso interés" en innovar que el empresario catalán ha tenido en los últimos años. Es un tardío despertar del que Valls también culpó al sector público: "Hasta hace poco las administraciones no hablaban de innovar".

Más esfuerzo privado

Las cifras sorprendieron ayer a la Generalitat. La directora del Consejo Interdepartamental de Investigación, Desarrollo e Innovación Tecnológica, Marta Aymerich, destacó que en I+D -excluyendo la innovación-, el gasto total de Cataluña pasó del 1,38% del PIB en 2003 al 1,44% del PIB en 2004.

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Además, respecto a la comparación con Madrid y otras autonomías, apuntó que "en Cataluña hay más impulso de la inversión privada, que representa el 67% del gasto total de I+D, frente al 50% con el que contribuye la empresa privada en Madrid". Aymerich también explicó que "mientras la investigación y el desarrollo son más fáciles de cuantificar, la innovación es un concepto más nuevo y relativo".

Los indicadores sobre investigación y desarrollo no son buenos ni para Cataluña ni para el conjunto de España. En la clasificación de empresas europeas que más invierten en I+D+i sólo figuran 13 empresas españolas y ninguna de ellas es catalana. La cámara considera que el "déficit educativo" tiene buena parte de culpa de este bajo espíritu innovador.El esfuerzo público en materia de I+D+i -desde 2003, el presupuesto de la Dirección General de Investigación ha crecido el 72%- es, justamente, uno de los mayores logros del acuerdo de competitividad, de cuya firma se celebró ayer el primer aniversario. Frente al balance "positivo" y "satisfactorio" que el Gobierno catalán hizo -por escrito; a última hora desestimó comparecer ante los medios- del pacto en nombre de todos los firmantes, los sindicatos y los empresarios aguaron el triunfalismo del tripartito.

Coincidiendo casi con el ecuador de la legislatura, la Generalitat asegura haber cumplido la mitad del pacto, al haber desarrollado 43 de las 86 medidas que prevé el texto. El Ejecutivo destaca también la mejora de la movilidad, la internacionalización, el fomento de la competitividad, la financiación empresarial y las relaciones laborales.

Fepime, UGT y Pimec se han sumado a las críticas lanzadas hace una semana por CC OO y Fomento (veáse EL PAÍS del 9 de febrero), algunas con sordina. La primera de las dos patronales critica los retrasos en la aplicación del acuerdo y los escasos avances en movilidad. El sindicato, pese a recordar que los resultados de un cambio de modelo productivo se ven a largo plazo, exige más brío en educación. Pimec, por su parte, reclama medidas de choque que complementen el acuerdo y mayor coordinación entre los departamentos y reprocha la ejecución presupuestaria, por debajo de lo consignado. Dotado con 3.000 millones de euros, el Ejecutivo destinó 1.020 millones en 2005, y para este año ha presupuestado otros 1.590 millones.

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