España firma la entrada en el Observatorio Austral Europeo
España formalizó ayer el acuerdo de ingreso en el Observatorio Europeo Austral (ESO, en sus siglas inglesas), uno de los principales organismos astronómicos del mundo. "Hoy es un día para celebrar" dijo la ministra de Educación y Ciencia, María Jesús San Segundo, tras la firma del acuerdo, en Madrid, con Catherine Cesarsky, directora del ESO. La ministra manifestó su satisfacción "por el éxito en una negociación larga y trabajosa", dijo. El ESO se fundó en 1962.
Los astrónomos españoles (unos 500, en una treintena de departamentos universitarios e institutos, recordó San Segundo) podrán acceder a los observatorios europeos, situados en Chile. Cesarsky destacó especialmente el conjunto VLT (formado por cuatro telescopios de 8,2 metros de diámetro cada uno y otros cuatro auxiliares de 1,8 metros).
Tras elogiar el alto nivel de la astronomía española, Cesarsky recalcó el significado del ingreso en la organización: "Es importante ser miembro del club [el ESO], y así acceder a más tiempo de observación en los telescopios y poder participar en el desarrollo de futuros equipos. La entrada de España es importante también para el espacio europeo de investigación".
"Los astrónomos españoles estamos encantados de la vida con la entrada en el ESO", dijo Xavier Barcons, científico del Instituto de Física de Cantabria y uno de los artífices del acuerdo. "El ESO tiene equipos punteros que, como conjunto, son únicos en el mundo. Además, esto nos da la oportunidad de colaborar en el desarrollo de nuevos instrumentos, una asignatura en la que en España hay que meter aún muchísimo más esfuerzo".
España pagará una cuota anual al ESO de 10 millones de euros. La aportación de ingreso se ha fijado en 49,15 millones de euros a pagar en efectivo, más una contribución en especies de 17,24 millones. Esta partida se concreta paquetes de software para astronomía y en horas de utilización del futuro Gran Telescopio de Canarias, en construcción, para su uso científico y tecnológico.
Este telescopio español tendrá un espejo formado por varios espejos pequeños (como los dos estadounidenses Keck, en funcionamiento en Hawai). Hacer ensayos con esta tecnología interesa al ESO porque los VLT son de espejo único pero, un futuro telescopio aún mayor (de 30 a 100 metros de diámetro) será de espejo fragmentado. En el acuerdo firmado ayer se refleja la posibilidad de que el ESO estudie el observatorio del Roque de los Muchachos (Canarias) como una opción, entre otras, para ubicar ese futuro telescopio gigante.
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