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Reportaje:25 AÑOS DE ARCO

La arquitectura pone un pie en Arco

Zaha Hadid vende sus objetos y Santiago Cirugeda presenta un proyecto sobre la Guerra Civil

La arquitectura es el tema, el gran tema de buena parte de las fotografías, pinturas y esculturas que pueden verse estos días en Arco, que desde 2002 también ha incorporado el proyecto arquitectónico de vanguardia en el diseño espacial de los pabellones y de sus áreas de descanso. Pero en esta edición la arquitectura ha puesto un pie en la feria de otra manera. En el stand de la galería londinense Kenny Schachter Rover exhibe su obra la arquitecta iraquí Zaha Hadid, premio Pritzker en 2004 y una de las figuras más relevantes de la disciplina. El mostrador es una enorme estructura futurista de la arquitecta que tiene un uso múltiple y la galería, en la que también exhibe su obra el artista-arquitecto Vito Acconci, expone otras obras de Hadid como el Z-Car, una edición de seis esculturas que se venden por 40.000 euros, el mismo precio que tienen las fotografías digitalizadas de algunos de sus proyectos.

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Hadid, que en junio tendrá una retrospectiva en el Guggenheim de Nueva York que incluirá también sus pinturas y diseños, no es exactamente una rara avis, pero suele ser más habitual que el arquitecto entre en las galerías cuando, además, es pintor. El caso más claro en España es el de Juan Navarro Baldeweg, del que puede verse en la feria -en el stand de EL PAÍS- además de sus pinturas también una maqueta del proyecto del Teatro Canal de Madrid.

Es muy difícil que los arquitectos pongan a la venta los dibujos de sus proyectos, aunque el galerista y también arquitecto Antonio de Barnola asegura que hay demanda en el mercado. Más habitual es ver estructuras arquitectónicas realizadas por artistas. La escultura, de hecho, es la hermana pequeña de la arquitectura y sería larga la enumeración de creadores que crean maquetas o incluso espacios transitables. Otros, como el conocido artista austriaco Erwin Wurn -que exhibe sus últimos trabajos en el Canal de Isabel II- se ha centrado en los grandes iconos de la arquitectura para "fundirlos" irónicamente. En la galería Krinzinger de Viena presenta Fat House Moller /Adolf Loos (25.000 euros), consistente en dos maquetas, una que reproduce el edificio histórico de Loos y otra en la que éste está totalmente deformado.

La también austríaca galería Georg Kargl ha dejado todo su espacio en el pabellón del país invitado para que el artista Gerwald Rockenschaub sitúe allí un café que ha diseñado como espacio de comunicación. Y en el más que recomendable apartado dedicado a los Project Rooms, la artista maña Lara Almarcegui plantea en el stand de Soledad Lorenzo un proyecto consistente en "proteger" un descampado. En el caso de Madrid ha conseguido que durante un año el ayuntamiento se haya comprometido a dejar tal cual -sin construir, pero también sin diseñar- un solar situado en el área del viejo matadero de Arganzuela. Intenta que la protección se alargue, pero lo curioso es que la pieza con la explicación con diapositivas y texto del proyecto se vende por 12.000 euros.

El aspecto comercial, en cambio, queda fuera del proyecto que presentan en el stand de la Diputación de Málaga el arquitecto sevillano Santiago Cirugeda -uno de los profesionales más provocativos por su defensa de, entre otros temas, la autoconstrucción- y el artista malagueño Rogelio López Cuenca. Se trata de un memorial en Vélez dedicado a recordar a las muchas víctimas de "la caravana de la muerte" provocada por la caída de Málaga en la Guerra Civil, que se saldó con miles de muertos entre la población civil que huía por la carretera de Almería -a pie y sin víveres ni apoyo alguno del Ejército republicano en retirada- y que fue bombardeada por los cruceros franquistas y ametrallada por la aviación italo-alemana, que entraban así en la contienda.

Un episodio sangriento menos conocido que el de Gernika que los dos autores recuperan diseñando un lugar de encuentro, una plaza en la que se plantarán almendros -que florecen en febrero, por lo que aunque los vivos no recuerden la naturaleza aportará su anónimo homenaje- y en la que los supervivientes escribirán en placas de hierro sus firmas y sus recuerdos sobre unos bancos de hormigón. Una página web (www.malaga1937.es) con informaciones de uno y otro bando, y un vídeo completan el proyecto que empezó en 2004 y finalizará en 2007.

La diputación malagueña destinó 30.000 euros al proyecto, planteado inicialmente como una escultura, pero tanto Cirugeda como López Cuenca le han dado la vuelta para, explican, "optimizar recursos". "Nos interesaba venir a Arco, que como feria excluye los trabajos artísticos no comerciales, para dar visibilidad al proyecto y para buscar fondos", indica López Cuenca. "De hecho, en la feria los que más cobran son los que diseñan los stands, así que propusimos hacerlo nosotros mismos y así los cerca de 36.000 euros que costaba nos han servido para hacer los moldes de las futuras estructuras de hormigón, que se exhiben como soporte de la explicación del proyecto. Es otra manera de funcionar".

Estructura multiusos de Zaha Hadid en la galería Kenny Schachter Rover, que también exhibe la escultura Z-Car de la famosa arquitecta.
Estructura multiusos de Zaha Hadid en la galería Kenny Schachter Rover, que también exhibe la escultura Z-Car de la famosa arquitecta.CRISTÓBAL MANUEL

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