Una hora de cola para ver, comprar e inspirarse
"No creo que toda esta cola sea para Arco". "Vaya, la gente que hay aquí", murmuraban algunos de los novatos en la feria. Otros, ya veteranos, miraban las colas con resignación ya que tardaban alrededor de una hora en disolverse y mitigaban la espera leyendo la prensa que se dispensaba a la entrada, conversando o tomando un tentempié, aunque muchos coincidían en que les parecía que este año había más gente que en otras ediciones -en 2005, 180.000 personas visitaron la feria-.
Ricardo, de Zaragoza, y María, de Murcia vienen a Arco por primera vez. El primero arrastrado por la pintura -"me gusta muchísimo"- y la segunda con la intención de ver y, quizás, también de comprar.
Quienes encuentran difícil eso de comprar son Nuria, Alba y Esther, estudiantes de arte de la Universidad de Vic (Barcelona). "Nosotras preferimos exponer nuestras obras a comprarlas".
Albergan la misma esperanza, David, Rocío y María, estudiantes de diseño gráfico en la escuela de arte Pedro Almodóvar, de Ciudad Real. Su presupuesto sólo les ha permitido comprarse "unas chapitas". Eso sí, están contentos, les encanta la exposición y cargan tres bolsas rebosantes de folletos. Además, han hecho un montón de fotos. "Para recordar, para sacar ideas", dice David. No son los únicos, una cámara colgada -o, en su defecto, un móvil- es el arma que utilizan muchos de los que no pueden comprar lo que se exhibe. "Como galerista, no me parece mal que hagan
fotos, eso significa que tienen necesidad de ver arte contemporáneo. No todos viven en Madrid y Barcelona donde se hacen unas propuestas más arriesgadas. Las sacan para documentarse, no para copiar. Es un recuerdo, quieren conservar las imágenes", afirma Oliva Arauna.
¿Repetirán? Los más mayores aseguran que sí, pero con más calma. "Es la primera vez que vengo y no he tenido que esperar para entrar, pero es agotador, creo que no hemos elegido el mejor día", comentaba Maite, que venía desde Burgos.
Los más jóvenes suelen dar un "depende" por respuesta. "Yo ya vine el año anterior y éste me han dejado un pase, si el año que viene tengo que pagar, me lo pensaré, la entrada es cara -ayer entre 19 y 28 euros- incluso con el descuento para estudiantes", asegura Arancha, estudiante de publicidad.
Babelia
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