Un millar de piqueteros asalta una comisaría en el sur de Argentina para liberar a un preso
El ataque de los trabajadores petroleros se salda con un policía muerto y 15 heridos
Un policía muerto, cinco heridos de bala y otros diez por contusiones es el balance de los violentos disturbios registrados ayer en la localidad patagónica de Las Heras, a unos 1.900 kilómetros al sur de Buenos Aires, cuando un grupo de 1.000 piqueteros asaltó una comisaría con intención de liberar a un dirigente detenido durante una protesta laboral contra RepsolYPF. El Ejecutivo argentino ordenó el envío a la zona de una fuerza especial de policía mientras el gobernador de la provincia de Santa Cruz, Sergio Acevedo, convocó un gabinete de crisis.
Durante tres semanas, militantes de la organización piquetera Polo Obrero (PO) han bloqueado las carreteras de acceso a las plantas petroleras del norte de Santa Cruz, provincia patagónica de la que es originario, y ha sido gobernador, el actual presidente argentino, Néstor Kirchner.
RepsolYPF se ha visto obligada a suspender la producción en la zona y ha denunciado daños económicos contra sus instalaciones y agresiones a sus empleados, así como el empleo de armas de fuego por parte de los piqueteros. En la noche del lunes la policía detuvo a uno de los líderes de la protesta, Mario Navarro, y lo trasladó a la comisaría de Las Heras, al norte de la provincia.
En la madrugada de ayer unos 1.000 piqueteros, según fuentes policiales, se dirigieron a la comisaría donde se encontraba encerrado Navarro y comenzaron -"sin que los policías dispararan antes", según la versión dada por el gobernador de Santa Cruz, Sergio Acevedo- un violento tiroteo que se prolongó durante varios minutos y en el que seis policías resultaron heridos. También fue tiroteada una ambulancia que trasladaba a varios policías heridos. El policía fallecido es Jorge Sagayo, que, además de recibir un disparo en un hombro, sufrió una fractura de cráneo a consecuencia de un golpe con una barra metálica.
Según las autoridades argentinas, los asaltantes portaban "armas de guerra" a las que la policía debió enfrentarse con sus armas cortas reglamentarias y gases lacrimógenos. Ante el cariz que tomaba el choque armado, el comandante del puesto telefoneó a un juez de guardia para comunicarle que la situación estaba fuera de control. El magistrado ordenó la puesta en libertad del líder piquetero, lo que puso fin al enfrentamiento.
El ministro del Interior argentino, Aníbal Fernández, ordenó el envío de 300 efectivos de la Gendarmería (policía militarizada) para restablecer el orden en la provincia mientras el gobernador exigía a la justicia que persiguiera a los responsables. Fernández calificó de "aberración" el asalto y aseguró que se castigará a los "responsables del asesinato". En el otro lado, Mario Navarro declaró a los medios de comunicación, mientras participaba en el corte de una carretera, que lo sucedido había constituido "una jornada histórica", aunque reconoció estar "acongojado". El dirigente explicó que le estaban leyendo sus derechos cuando "se desató un tiroteo que fue imposible de controlar".
Marcelo Ramal, dirigente del PO, acusó a las autoridades de "represión brutal" y de no respetar los derechos sindicales. "El victimario se presenta como víctima. Sólo les interesan las petroleras", dijo.
La violencia piquetera en la provincia originaria de Kirchner ha desatado una fuerte polémica en Argentina. Algunos dirigentes piqueteros cercanos al presidente, como Luis D'Elía, trataron de desmarcarse asegurando que los autores del tiroteo hacen el juego "a los ideales que propone el neoliberalismo conservador".
En julio pasado, 47 piqueteros fueron detenidos en Santa Cruz después de asaltar una instalación de RepsolYPF provistos de cócteles molotov.
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