"La trama policiaca hace más dinámica una novela histórica", dice Gisbert Haefs
El escritor publica 'La amante de Pilatos' y participa en el Encuentro de Novela Negra
"Tam multae scelerum facies!" "¡Son tantas las formas del crimen!". Gisbert Haefs ha tomado al pie de la letra la frase del clásico -Virgilio- y no sólo hace novela negra tradicional, sino que escribe narrativa histórica con cañamazo de policiaco. Son los casos de El jardín de Amílcar, en el que un romano investiga un crimen en Cartago; La primera muerte de Marco Aurelio, centrada en los servicios secretos imperiales, o la recién aparecida La amante de Pilatos (todas en Edhasa). "La trama policiaca hace más dinámica una novela histórica", afirma el popular novelista alemán.
Haefs (Wachtendonk am Niederrhein, 1950), que participa en el II Encuentro de Novela Negra que se celebra en Barcelona, considera que un armazón de novela policiaca, negra o thriller "conforma un hilo conductor muy bueno para organizar el material de una novela histórica". "Obliga", dice, "a crear personajes secundarios que contribuyan a la trama" y posibilita "sembrar la narración de pistas falsas". El autor de grandes novelas históricas de referencia como Aníbal, Alejandro Magno o Troya señala que siempre le ha interesado la combinación de los dos géneros y que, en realidad, no son tan diferentes. "La investigación histórica es como la policiaca: los historiadores no dejan de ser en buena medida detectives en el tiempo".
En La amante de Pilatos, un grupo de personajes dignos de una Agatha Christie con clámide viaja a través de una Arabia nada Félix y sí tremendamente peligrosa en dirección a Palestina. En la caravana figuran tropas especiales de los pretorianos enviadas por el todopoderoso Sejano, agentes secretos camuflados de mercaderes griegos (o viceversa), un tabernero indio, una persa sordomuda y una nieta de Cleopatra con aires de Mata Hari con una historia a sus espaldas digna de Anastasia Romanov. Hay asesinatos, una trama que incluye grandes conspiraciones -centradas en el ficticio reino oasis de Ao Hidis, cuyo dominio codician romanos y partos, y en las legendarias esmeraldas de los Ptolomeos- y aparecen Pilatos y, como secundario de auténtico lujo, Jesucristo.
La novela es polifónica, pero el comerciante Demetrio asume buena parte del protagonismo. "Me gustan los mercaderes, eran los grandes viajeros del mundo antiguo y me permiten ocuparme de los asuntos económicos, que me encantan porque introducen la vida real cotidiana en la antigüedad". Con Haefs uno tiene asegurado que el precio de la mirra en Nabatea es el que él dice y que las jornadas en camello entre Adane y Cafarnaum son exactamente las que apunta. "Me lo dijo Plinio", afirma con un guiño.
Autor también de novela negra pura, Haefs verá cómo este año se empieza a publicar en España (Edhasa, en su nueva colección Polar) su serie del burlón detective Matzbach, al que alguien ha definido como una mezcla de Falstaff y el gato Garfield.
Babelia
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