La pequeña y mediana empresa pierde peso en la economía catalana
Un estudio refleja que las 'pymes' son cada vez menos rentables y competitivas
La economía de Cataluña no ha perdido una de sus principales señas de identidad, que es el papel predominante de la pequeña y mediana empresa (pyme), pero la ha atenuado en favor de las grandes compañías. Un informe de la patronal Pimec revela que su peso en el crecimiento del PIB ha caído en picado y, por tanto, su porcentaje en el Valor Añadido Bruto (VAB) en el sector privado se ha reducido entre 1999 y 2003, periodo en el que las compañías pequeñas han perdido rentabilidad y competitividad.
La pequeña y mediana empresa (pyme), es decir, aquella con menos de 250 trabajadores y una cifra de negocio inferior a los 50 millones de euros, está reduciendo su contribución en el conjunto de la economía catalana. Las pymes llegaron a aportar el 76% del crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) de Cataluña en 2001, mientras que este porcentaje cayó hasta el 34,2% en 2002 y hasta el 31,1% en 2003, lo que se ha traducido en la pérdida de peso de este colectivo en el conjunto de la economía catalana.
En 1999, la pyme representaba el 58,9% del Valor Añadido Bruto (VAB) catalán, mientras que cuatro años más tarde este porcentaje quedaba reducido tres décimas (58,6%), según recoge el Anuario de la Pyme Catalana 2005, elaborado por la patronal Pimec.
La pérdida de fuelle se acentúa si se excluye al sector público: entre 2001 y 2003, el peso de la pymes al VAB del sector privado pasó del 66,5% al 65%, mientras que en el empleo perdió dos décimas (74,7%).
Internacionalización
"Uno de los problemas que tienen muchas pequeñas empresas es que están globalizadas, aunque no se den cuenta", explica el director de Economía y Polícita Empresarial de Pimec, Albert Roca.
A este tipo de compañías le cuesta mucho más dar el salto a la internacionalización, además de que "muchas de ellas han salido escaldadas de la crisis en América Latina y, a diferencia de las grandes compañías, aún no se han recuperado para probar en Asia", agrega.
La reducción de las inversiones para expansión internacional o innovación también se debe al empeoramiento de la rentabilidad. Entre 2000 y 2003, la rentabilidad financiera de las pymes pasó del 14,4% al 10,9%.
"Perder el empuje de la pyme en favor de la gran empresa pone en peligro el equilibrio territorial en Cataluña", factor al que contribuye decisivamente un tejido de pequeñas empresas distribuidas por todo el territorio, según Roca. Además, una mayor dependencia de la gran empresa "significa depender de menos decisiones", lo que incrementa el riesgo de crecimiento.
Ante esta situación, Pimec reclama un marco fiscal más favorable para las pequeñas y medianas empresas. El presidente de la patronal, Josep González, considera que "falta una auténtica reforma laboral".
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