Las alertas sobre productos alimentarios con riesgo sanitario se duplican en cinco años
El aumento se debe al endurecimiento del control y el mayor número de países implicados
Una alerta de seguridad alimentaria es un aviso sobre un posible problema sanitario en un determinado producto. El año pasado se produjeron en España 235 de estos avisos, el doble que en el año 2000 (119), como consecuencia de un control más estricto y un mayor número de países implicados en la red de alertas, según ha explicado esta semana en Barcelona el presidente de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria (AESA), Félix Lobo.
Uno de los casos más graves de seguridad alimentaria ocurridos el año pasado en España fue la crisis de generada en verano por el pollo asado precocinado vendido con las marcas Pimpollo y Sada, que provocó una epidemia de salmonela. Afectó a cerca de 2.800 personas y causó la muerte de un hombre en Valencia, pero el sistema funcionó correctamente: en 48 horas se retiraron del mercado hasta 280.000 pollos, lo que evitó peores consecuencias.
Esta fue una de las 235 alertas sanitarias registradas en el sector alimentario en 2005 en España, que ha disparado el número de avisos respecto a años anteriores (99 en 1999, 119 en 2000, 295 en 2001, 126 en 2002, 216 en 2003 y 247 en 2004). "Este aumento no significa que haya más problemas, sino que ha mejorado la red de alertas, que el control es más estricto y que los países implicados en el sistema ya suman 25", resalta el presidente de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria (AESA), Félix Lobo.
El incremento de los controles sanitarios ha sido notable tras la entrada en vigor del reglamento europeo 178/2002 por el que se establecen los principios y requisitos generales de la legislación y se crea la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria.
Pollos, sin cabeza
España se prepara para acabar de adaptarse a la regulación comunitaria. Los principales implicados en el sector de la alimentación y la distribución en España se reunieron hasta ayer en Barcelona para debatir sobre seguridad y el impacto del futuro Plan Avanzado de Control Alimentario, en un congreso organizado por la Asociación Española de Codificación Comercial (Aecoc).
Este plan de control es un mecanismo para avanzar en el cumplimiento de la normativa europea y, según Lobo, acarreará algunos cambios en los hábitos de compra. Un ejemplo es el del sector avícola: dentro de unos meses sólo podrán venderse al público los pollos sin cabeza, patas y aviscerados, es decir, sin parte alguna del aparato digestivo.
Por su parte, el presidente de Aecoc, Juan José Guibelalde, manifestó la "inquietud" del sector por las diferentes normativas que aplica cada comunidad autónoma en seguridad alimentaria, materia en que todas las competencias están transferidas a las autonomías. "Debe respetarse la unidad de mercado y evitar procedimientos distintos para un mismo producto", apuntó.
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