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Reportaje:

A clase con la cámara a cuestas

La Escuela de Cine de Madrid (ECAM) y la ESCAC de Cataluña cumplen 10 años en la élite formativa

Elisa Silió

Los treintañeros Alejandro Amenábar y Nacho Vigalondo son la excepción que confirma la regla. Ninguno acabó Imagen y Sonido y, filmando de forma autodidacta, han pisado la alfombra roja de los Oscar. Pero a quienes desean emularlos no les queda otra que recibir una buena preparación. Las decanas Escuela de Cine de la Comunidad de Madrid (ECAM) y Escuela Superior de Cine y Audiovisuales de Cataluña (ESCAC) están en la élite mundial por su tradición y medios, y son un buen lugar para aprender. "Incluso los genios necesitan conocimientos técnicos para transmitir lo que quieren contar", reflexiona Fernando Méndez Leite, director de la ECAM.

En noviembre de 1995 comenzaron las clases de la ECAM en un piso de Madrid, y poco después se estableció en la Ciudad de la Imagen de Pozuelo de Alarcón. "Las clases masificadas en Ciencias de la Información no aportaban conocimientos prácticos, y se generó en la Academia de Cine la idea de crear una escuela de profesionales para formar profesionales", cuenta Jorge Varela, su gerente. "Echábamos de menos un sitio en el que aprender. Franco cerró la que había, y yo tuve que irme a California para estudiar producción", recuerda Gerardo Herrero, que presidía la academia esos años. En la ECAM entran cada año más de 100 alumnos después de una dura selección a la que se presentan unos 600 aspirantes.

Un poco antes que la escuela madrileña nació la ESCAC, adscrita a la Universidad de Barcelona, que imparte un título propio de graduado superior de Cine y Audiovisuales, posgrados y cursos de formación ocupacional. "Su embrión es la colaboración desde 1987 con un centro de FP para formar auxiliares de fotografía, eléctricos... Hasta que se convirtió en una fundación de la que forma parte la Universidad, entidades y empresas del sector", rememora su director, Josep Maixencs.

En el centro madrileño han optado por un profesorado itinerante. "La idea es huir de esa gente que, en teoría, conoce muy bien el cine, pero nunca ha rodado un fotograma. Se basa en los esquemas americanos en cuanto a organización, con unos 12 alumnos por especialidad", explica Varela. En Cataluña, por contra, el complejo universitario de Terrassa tiene un claustro estable de profesionales en activo y un máximo de 12 alumnos los dos últimos cursos.

Los estudios duran en Madrid tres años, y se imparte la especialidad -guión, dirección, producción, fotografía, dirección artística, montaje, sonido, caracterización y cine de animación- desde el primer curso. En la ESCAC hay una primera etapa común de dos años y otra en la que se escoge entre dirección (de ficción, de documental, de fotografía o artística), producción, montaje-edición. "Está pensado así porque el 70% de los chicos en las pruebas quieren ser directores de cine, y luego cambian de opinión con las clases", relata Maixencs.

La ECAM tiene unas matrículas bajas. "La Comunidad de Madrid da mucho dinero. La matrícula máxima, hay muchas becas, es algo más de 3.000 euros al año, y el alumno más baratocuesta al año 7.000", calcula Varela. A Maixencs, en Cataluña, le gusta recordar que ellos pasan más apuros, aunque los tiempos pasados fueron peor. Actualmente el alumno paga entre 6.200 y 7.200 euros anuales, pero son cada vez más los estudiantes que gozan de una beca de la Sociedad General de Autores Españoles (SGAE), el Instituto Catalán de Industrias Culturales y la entidad de productores EGEDA.

En la ESCAC cuentan con Escándalo Films, una productora que hace circular los cortos de los alumnos por centenares de festivales. "La productora cotiza y se atiene a la normativa. Vamos a hacer nuestra primera ópera prima", cuenta emocionado Maixencs. Por su parte los madrileños han creado una oficina de promoción.

Los interesados en los estudios de la ECAM deben haber finalizado bachillerato o FP de 2º grado y aprobar el examen de ingreso (el plazo de solicitud para el curso 2006-2007 termina el 22 de febrero y sus formularios cuelgan de www.ecam.es). Los catalanes piden también la selectividad aprobada y el plazo de inscripción para sus pruebas abarcará del 24 de mayo al 15 de junio; de los requisitos se informará en www.escac.es

Hay quien piensa que hay que esperar, como Francis Ford Coppola, que aconseja a los cineastas estudiar "Filosofía y Letras y Business Administration". Herrero comparte la idea: "Está bien haber estudiado Humanidades y Económicas, porque la escuela tiene que ser un faro que ilumine cuando hay vocación, pero a los 18, uno no sabe".

Alumnos de la ECAM ruedan un 'western' en Tabernas (Almería).
Alumnos de la ECAM ruedan un 'western' en Tabernas (Almería).FRANCISCO BONILLA

Un Oscar para la FP

La formación profesional ofrece la posibilidad de convertirse en técnico especialista y técnico superior en Imagen y Sonido. Operadores de cámara, técnicos de sonido y fotografía o mantenimiento de medios audiovisuales salen de sus aulas. "Soy un partidario acérrimo de la FP", enfatiza Varela, "forma gente magníficamente orientada para lo que tienen que ser. Muchos de nuestros mejores alumnos provienen de allí. Me parece mal que tengan que pasar luego por una escuela de cine para ascender. Su trabajo es importantísimo, sin foco no tienes película. Suelo decir que lo nuestro es una FP no reglada".

ESCAC, organiza con fondos de la Generalitat y europeos cursos de formación ocupacional en luminotecnia, infografía y montaje de imágenes; y la ECAM cuenta con el Plan FIP (Formación e Inserción Profesional), que gestiona el INEM. En ambos centros hay 15 alumnos por curso y son gratis

Varela es menos partidario de otras opciones: "Hay multitud de escuelitas de ayuntamientos, de autonomías, que si no hay alrededor una base industrial fuerte, es casi imposible que formen bien". Y carga contra algunas universidades privadas. "Una estafa", dice. "Nos llegan chicos que habiendo terminado en alguna no aprueban nuestros exámenes de selección".

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Sobre la firma

Elisa Silió
Es redactora especializada en educación desde 2013, y en los últimos tiempos se ha centrado en temas universitarios. Antes dedicó su tiempo a la información cultural en Babelia, con foco especial en la literatura infantil.

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