Omer Oke deja el Gobierno y regresa a Cáritas

El director de Inmigración del Gobierno, Omer Oke, anunció ayer su dimisión del cargo y su reincorporación al puesto de trabajo que tenía en Cáritas, en cuya delegación en Vizcaya se ocupaba del proyecto sobre los inmigrantes. Oke aceptó en 2001 el encargo del consejero de Vivienda y Asuntos Sociales, Javier Madrazo, de crear una dirección de nuevo cuño, ya que no existía en la estructura del Gobierno nacionalista anterior.

La dimisión se produce siete meses después de formado el nuevo Ejecutivo y, según el interesado, no obedece a ningún desacuerdo con el departamento, algo con lo que ya se especuló hace dos años y que Oke negó también entonces. El dimisionario sí admitió en cambio que la permanencia en puestos políticos y de gestión "a veces desvincula de la realidad". Mostró su deseo de volver a "retomar el pulso" al objeto de su trabajo, que seguirá siendo la inmigración, "desde fuera" de la Administración y de seguir realizando sus aportaciones "desde otra perspectiva". Oke mantendrá también su militancia en Ezker Batua.

Madrazo acompañó al director de Inmigración en su despedida. El consejero admitió las dificultades de encontrar a un sucesor adecuado y precisó que espera anunciar su nombre la semana próxima. El relevo se producirá probablemente en el Consejo de Gobierno del próximo martes.

Oke explicó que presentó su renuncia al consejero el pasado día 11, tras haber entregado el 31 de diciembre la evaluación sobre la ejecución del Plan de Inmigración, e inscribió su marcha en el contexto de la culminación del trabajo que se comprometió a realizar. "Mi compromiso era elaborar, ejecutar y evaluar la primera política de inmigración", del Gobierno autónomo, señaló, por lo que su tarea habría concluido con esa evaluación cerrada a finales del año pasado. Así, concluyó, su dimisión se inscribe "en la lógica de las condiciones" con las que aceptó el cargo.

El todavía director de Inmigración mostró su deseo de "dar paso a otras personas que puedan venir con otras ideas", pero Madrazo adelantó que la política que realice su sucesor será continuista con respecto a los parámetros marcados por la gestión de Oke, que consideró "válidos y eficaces".

A juicio de Oke, el reto más importante que tendrá que afrontar quien le sustituya en su puesto será impulsar la convivencia intercultural y tratar de obtener un cambio en la actitud social con respecto a los inmigrantes.