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Rusia y China prefieren el diálogo con Irán antes que las sanciones

Teherán ofrece nuevas conversaciones, pero la UE exige que suspenda su programa nuclear

Pilar Bonet

El ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, manifestó ayer que las sanciones contra Irán "no son ni el mejor ni el único medio" para resolver los problemas provocados por su decisión de reiniciar su programa nuclear. Mientras la Unión Europea prosigue las negociaciones con Moscú y Pekín para lograr una resolución de condena, Teherán ofreció ayer retomar el diálogo, gesto que, en opinión de Bruselas, llega demasiado tarde.

El jefe de la diplomacia rusa dijo ayer que plantear sanciones ahora es "colocar la carreta delante de los bueyes". La prioridad de Moscú es asegurar que se cumple el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP), subrayó el ministro. "Si todos nosotros aspiramos a este objetivo principal, seremos capaces de encontrar un enfoque común para resolver este asunto", señaló.

Los representantes rusos no han excluido la posibilidad de llevar el expediente iraní al Consejo de Seguridad de la ONU, pero eso no significa en absoluto que Rusia esté dispuesta a llegar tan lejos a corto plazo. El presidente Vladímir Putin ha indicado que existe un largo trecho para convencer a Teherán de que debe volver a la moratoria que abandonó esta semana al reanudar sus investigaciones en materia nuclear. La llamada troika nuclear europea (Reino Unido, Francia y Alemania), en nombre de la UE, ha propuesto convocar a la Junta de Gobernadores del Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA) a principios de febrero.

Desde la perspectiva de Moscú, el camino de la persuasión diplomática, con diversos registros pero sin sanciones a la vista, apenas ha empezado. El Kremlin no parece dispuesto a saltarse etapas, tanto más cuando la posición de China, gran consumidora del petróleo iraní, bloquea caminos más rápidos y contundentes. De momento, Moscú mantiene abierta su oferta de enriquecer combustible nuclear iraní en las instalaciones rusas, y ha concertado una cita el 16 de febrero en territorio ruso para debatir con los representantes de Teherán sobre la creación de una empresa mixta que se encargaría de la tarea. Además, los especialistas rusos siguen construyendo la central nuclear de Busher, un proyecto de mil millones de dólares (826 millones de euros) que, según señalaba ayer el canal NTV, difícilmente va a concluir este año, tal y como estaba previsto.

Llevado por las presiones internacionales, Irán ha comenzado a mover ficha, informa la agencia France Presse. Ayer mismo envió una carta en la que ofrece retomar el diálogo con la UE y eliminar "las ambigüedades existentes" en la negociación. La respuesta europea no se ha hecho esperar: el diálogo sólo será retomado si Teherán suspende su programa de enriquecimiento de uranio, cuya reanudación rompió los compromisos adquiridos en noviembre de 2004 con la UE. Dado el contexto actual y la negativa de Teherán a modificar su posición, la oferta de diálogo "carece de sentido", según el primer ministro británico, Tony Blair. El régimen iraní, según las cancillerías europeas, ha estado jugando con los plazos y con las propuestas, como la realizada por Rusia para enriquecer uranio en su propio territorio.

En otra iniciativa diplomática, el jefe del programa nuclear iraní, Alí Larijani, mantuvo en Viena el domingo pasado un encuentro secreto con el director del OIEA, Mohamed el Baradei, quien en días previos había expresado su impaciencia por la falta de cooperación de Irán.

La troika prosigue sus acciones para lograr una postura común, que considera que no será difícil alcanzar puesto que, según indicó ayer un portavoz del Ministerio de Exteriores británico, los países europeos excluyen la imposición de sanciones a corto plazo. Tony Blair insistió en que se trata de buscar una salida diplomática para persuadir a Irán de que cumpla con sus compromisos internacionales.

China, por su parte, está a favor de continuar con las conversaciones y consultas, según dijo el representante del Ministerio de Exteriores chino, Kong Quan, ayer en Pekín. Kong reconoció que "han surgido problemas" y exhortó a todos los interesados a "tener paciencia".

El presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, ayer en Teherán.
El presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, ayer en Teherán.AP

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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