Insumisión en los frontones
Las empresas que montan festivales de pelota vasca dejan fumar en sus centros deportivos por considerar que están en un "limbo legal"
Humo en Tolosa, Bergara, Pamplona, Huarte y ayer, en Logroño. Una semana después de la puesta en marcha de la denominada ley antitabaco, los frontones siguen siendo un reducto especial e insumiso a los dictados de la ley.
El Boletín Oficial del Estado asegura que está prohibido fumar "en instalaciones deportivas y lugares donde se desarrollen espectáculos públicos siempre que no sean al aire libre". Esta definición se ajusta, perfectamente, a los frontones. Y los carteles, enormes, a la entrada de estas instalaciones así lo indican. Pero muy pocos parecen hacerles caso.
Las empresas pelotazales (dedicadas a organizar los juegos de pelota vasca), por el momento, aseguran que permanecen en una especie de limbo legal. Ellas son las encargadas de montar los festivales y de mantener el orden en los recintos, pero éstos pertenecen mayoritariamente a los ayuntamientos o a los gobiernos regionales.
Comida, pacharán y cigarro forman la Santísima Trinidad que rodea a este deporte
"Está claro que la ley tiene que ser cumplida. Lo que no sabemos con certeza es si nosotros debemos denunciar, que creo que no. Falta que pase un poco de tiempo para saber dónde vamos a llegar", explica Rafael Echevarría, responsable de Asegarce, una de las asociaciones del sector.
Desde Aspe, la otra organización más importante en este deporte, la opinión es la misma. "Todavía faltan por desarrollar los reglamentos y nosotros no vamos a enfrentarnos con los aficionados. Trataremos de concienciar, pero no imponer", asegura Miguel Muntión, intendente de la compañía. Un pelotari con más de 20 años en el campo profesional, Fernando Arreche, se muestra contundente. "A mí nunca me ha molestado el humo porque mientras juegas en la cancha apenas se nota. A los que puede estorbar es a los aficionados de la grada alta, porque ahí es donde se acumula", explica.
"Dejar de fumar en los frontones no es un atentado contra la tradición, sino que se trata solamente de adaptarse a las nuevas leyes. Como toda prohibición, al principio creará polémica pero en el futuro nadie se acordará de que se fumaba en los frontones, como ha ocurrido con el color de las paredes. Ya pocos recuerdan que hace cinco años eran blancas", añade el veterano pelotari, actualmente enrolado en Frontis, otra empresa del sector.
Tampoco queda muy clara la potestad de denunciar. En principio, podrían ser los particulares o las empresas las que obligasen a dejar los puros y vegueros en la calle. También ellos podrían proponer la sanción, que va de los 30 hasta los 60.000 euros, dependiendo de si se trata de la primera vez que se incumple la ley o de si se trata de un fumador recalcitrante. Pero nadie se atreve a ser el primero.
"Si alguien fuma en un festival que tú has organizado, te podrán imponer la primera multa como empresa. Después no volverás a caer y denunciarás tú, porque la empresa no va a pagar por el acto de un espectador", comenta Rafael Echevarría.
En el frontón Javier Adarraga de Logroño, ayer se disputó el segundo partido del Campeonato de mano por parejas con Titín III, ídolo de la afición riojana, como principal protagonista. No faltaron los habanos ni los cigarros, aunque desde el Gobierno de La Rioja, responsable del pabellón, se trató de concienciar a través de dos azafatas que cambiaban vegueros por caramelos. Una iniciativa sin demasiado éxito.
"Llevo toda la vida en los frontones y siempre he fumado. Creo que la Ley nace muerta, como otras tantas iniciativas, porque no se puede romper una costumbre como ésta", indicaba José María Crespán, un veterano aficionado de Ermua (Vizcaya), antes de ocupar su asiento en la cancha.
El Gobierno de La Rioja reconoce que, hasta dentro de un par de semanas, como mínimo, no va a poder sancionar porque tendrá que desarrollar un reglamento, algo que no cabe redactar de la noche a la mañana. Precisamente el martes se reunirán representantes del Ministerio de Sanidad y Consumo y de las comunidades autónomas para ponerse de acuerdo en los aspectos que hayan resultado dudosos en la aplicación de la ley.
"El 70% de los que fumamos en el frontón somos consumidores esporádicos, no de diario", asegura Crespán. "Yo sólo dejo de fumar si me lo dice el médico, no si me lo dice el Gobierno. Y aun así, primero cambiaría de médico", terciaba, jocoso, su compañero.
Comidas copiosas, pacharán y puro han sido históricamente y continúan representando una Santísima Trinidad dentro del mundo de la pelota. "Aplicar esta ley va a ser una locura y perjudicará a la pelota", sentenciaba esta misma semana Juan Antonio Ercilla, responsable de Remonte 2000, compañía dedicada a la promoción de esta modalidad deportiva.
No hay soluciones ni parches posibles. Se habla de crear espacios para consumidores de tabaco o permitir que se fume en los bares de los frontones, pero la legislación prohíbe expresamente esta solución. De momento, la insumisión reina en el universo pelotazale, siempre cerrado a los cambios, a la espera de que o las sanciones o la concienciación del público impidan que se mantenga la actual ilegalidad.
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