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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

En terreno movedizo

La nueva, y por algunos esperada película de Sam Mendes viene a confirmar que a nuestro hombre le gustan las historias digamos "fuertes", esas en las que el director se la juega en los resbaladizos territorios que median entre el mostrar y el mostrarse; o dicho de otra manera, entre la narración realista y el afán de discurso.

Como ocurría también en el filme más famoso de nuestro hombre, American Beauty, hay aquí una cierta complacencia en mostrar sórdidos aspectos de la realidad (allí, los turbios deseos de un cuarentón mal casado; aquí, la mentalidad bélica y sus siniestros juegos de aprendizaje), pero sin entrar demasiado en un juicio sobre ellos. Como si sólo fuese suficiente con hacer ver cómo se las gastan los mandos militares con los novatos, o cómo se encarnan en ellos los ideales guerreros a menudo teñidos de mentiras cuidadosamente planificadas, Mendes se lanza a contar la odisea de un pelotón de soldados, medio dejados a la buena de Dios en los desiertos de Arabia, en espera de entrar en combate contra la Bestia, el mismísimo Sadam Husein.

JARHEAD

Dirección: Sam Mendes. Intérpretes: Jake Gyllenhaal, Jamie Foxx, Peter Sarsgaard, Scott McDonald, Brianne Davis. Género: drama bélico, EE UU, 2005. Duración: 123 minutos.

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Sam Mendes se adentra en el cine bélico

Así, el interesado en la mentalidad castrense y sus limitaciones encontrará buena materia prima para elaborar juicios. Pero desde luego, quien no se moja es el propio realizador, que realiza una faena de alta prestidigitación pero salvando incluso lo insalvable: a la postre, y tal vez porque se ampara en un libro conocido y famoso (es decir, en la voz de otro), Mendes acaba por comprender los ardores guerreros de los soldados, su frustración por no entrar en combate, su dolor casi físico porque no los dejen matar. Es calculadamente ambigua y, tratándose de lo que se trata, no poco artera; pero nadie puede negarle su capacidad para narrar con garra y oficio una historia extrema, en la que se encuentran los ecos de un salvajismo ancestral, terrible y no obstante tan de ahora mismo.

Sam Mendes, durante el rodaje de <i>Jarhead.</i>
Sam Mendes, durante el rodaje de Jarhead.
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