La mayoría de los 11 muertos en la pista de patinaje alemana son menores de edad
Cuatro personas siguen desaparecidas bajo los escombros de las instalaciones deportivas
El número de víctimas mortales del desplome del techo de una pista de patinaje sobre hielo el lunes en Bad Reichenhall (sur de Alemania) ascendía anoche a 11 personas, en su mayoría menores. Cuatro personas, una mujer adulta y tres adolescentes de entre 12 y 16 años, seguían ayer enterradas bajo los escombros sin que los equipos de rescate pudieran localizarlas. Nadie esperaba ya encontrarlas con vida, aunque la búsqueda se prolongará toda la noche. "Vamos a seguir buscando hasta que encontremos a todas las personas desaparecidas", aseguró el jefe de bomberos, Rudi Zeif.
Una cadena de alrededor de 500 personas con velas y antorchas rindió homenaje a las víctimas a media tarde de ayer en la Plaza del Ayuntamiento de Bad Reichenhall. En silencio, mientras sonaban las campanas de la iglesia, tanto habitantes de la región como turistas recordaron a los muertos en una de las mayores catástrofes ocurridas en Alemania en los últimos años. Las labores de rescate seguían ayer una dramática carrera contra el reloj después de toda la noche buscando supervivientes sobre la pista de hielo.
La esperanza de encontrar más personas con vida entre los escombros iba cediendo y dando paso a la certeza de que las bajas temperaturas lo harían imposible. Hasta última hora de ayer el número de víctimas mortales ascendía a 11: seis niños de entre nueve y doce años, dos jóvenes y una mujer adulta. No se informó sobre la edad y el sexo de otros dos cadáveres, encontrados al mediodía de ayer.
El rescate tuvo que interrumpirse por la tarde durante horas ante el peligro de que una pared de la pista de patinaje se viniera abajo y después de comprobarse que ya había cedido algunos centímetros. "Los expertos han determinado que entrar en el edificio ahora sería demasiado peligroso. No queremos que ningún miembro del equipo de salvamento se lesione o muera", declaró a la televisión el jefe de policía, Fritz Braun.
Las autoridades locales encargaron el desescombro a una empresa especializada, que pudo comenzar a trabajar alrededor de las siete de la tarde con una grúa más grande, capaz de levantar las pesadas vigas. Estaba previsto que la búsqueda de supervivientes se prolongara de nuevo toda la noche, una vez que las grúas retiraran los trozos del edificio caídos.
Alemania vivía ayer una jornada de conmoción tras el accidente. La canciller, Angela Merkel, prometió al Estado de Baviera toda la ayuda necesaria. "Nuestros pensamientos están con las personas afectadas. Les deseamos a los que han sufrido heridas graves que se recuperen pronto y completamente", dijo la canciller desde Berlín. La Cruz Roja habilitó una cuenta bancaria para donativos.
[Al menos dos personas se encontraban atrapadas anoche cuando el techo de un supermercado cedió en la ciudad de Ostrava, en el este de la República Checa, como consecuencia del peso de la nieve, informó la agencia checa CTK].
