Rusia restablece el suministro de gas a la UE y vuelve a negociar con Ucrania
Expertos europeos analizan hoy la situación con responsables del monopolio Gazprom
El suministro de gas ruso a Europa volvió ayer a la normalidad tras las notables caídas padecidas por algunos países en los dos días anteriores, al tiempo que en Moscú se reanudaban las negociaciones entre las partes en conflicto. Para Andris Piebalgs, el comisario de Energía, la vuelta de rusos y ucranios a la mesa negociadora suponía "una buena noticia para el suministro de gas", aunque señalaba: "Seguiremos preocupados mientras siga el enfrentamiento". El Grupo de Coordinación del Gas de la UE se reunirá hoy en Bruselas para analizar la situación, con asistencia de la rusa Gazprom.
La atmósfera de crisis energética que se impuso en Europa en los dos primeros días del año se alivió ayer con la vuelta a la normalidad en el abastecimiento de gas de origen ruso. Moscú introdujo 95 millones de metros cúbicos adicionales en sus gasoductos hacia la UE para hacer frente a las protestas de sus clientes europeos. "Quisiera subrayar que desde el momento en que confirmamos el robo de gas [por parte de Ucrania], no sólo nosotros sino también expertos internacionales tomamos de inmediato la decisión de compensar por el gas robado", declaró a la agencia Reuters el número dos de Gazprom, Alexander Medvédev. Las autoridades de Alemania, Austria, Francia, Hungría e Italia confirmaron con alivio cómo los volúmenes de gas que recibían eran los pactados. Algún responsable, como el italiano, subrayó que así se demostraba que la alarma había estado injustificada.
En Bruselas, el letón Piebalgs hizo una declaración en la que subrayó que "no ha habido escasez" y cómo el Ejecutivo comunitario "está seguro de que la Unión Europea recibirá el suficiente volumen de suministros de gas". Más allá de la declaración política positiva, la realidad es que Bruselas no sabe exactamente qué ha ocurrido y cómo. En los pasados días, se ha limitado a constatar que nadie quedaba desabastecido y a convocar para hoy la reunión de un grupo técnico en la que analizar la situación. A la cita acudirán representantes de los Estados, de la industria y de los consumidores, además del propio comisario y un enviado de la presidencia austriaca.
"La Comisión insta a las partes a negociar", comentó ayer el portavoz del Ejecutivo comunitario, Johannes Laitenberger, en referencia a Rusia y Ucrania. "Lo mejor sería que lo resolvieran entre ellos, pero si no fuera posible nada se descarta. Es lo que va a analizar el Grupo de Coordinación". No quiso decir qué opciones podrían plantearse.
La reunión pretende tener el cuadro exacto de la situación sobre el terreno. "Ahora mismo no lo sabemos", reconocía con modestia una fuente de la Comisión. Los distintos participantes proporcionarán datos básicos como el volumen de gas que consumen los países, el recibido y la dimensión de sus reservas. De los representantes de Gazprom y Naftogaz se esperan cifras técnicas y nada de debate sobre política de suministros.
Laitenberger aventuraba ayer que la reunión servirá -además de para mejorar a escala nacional la directiva sobre gas que los Estados deben incorporar antes del próximo 19 de mayo- para aportar ideas al Libro Verde que la Comisión está elaborando conforme al mandato recibido en octubre, en la cumbre de Hampton Court, con vistas al establecimiento de una estrategia energética comunitaria que cubra todo el campo, desde la integración de los mercados al aprovisionamiento pasando por la exploración de la vía nuclear. El documento debería estar preparado antes de la reunión de marzo de los jefes de Estado y de Gobierno de los Veinticinco.
Indefensión y dependencia
Esta crisis ha puesto de relieve la indefensión y dependencia energética de la Unión, con oscilaciones que para el gas ruso llegan desde el 100% al 0%, y ayudará a centrar el debate. "En el pasado se ha pedido más coordinación en los mercados energéticos, que sí funcionan, pero no hay mecanismo de seguridad para el aprovisionamiento", señalaba la fuente comunitaria, que confiaba en que hoy los expertos traten el asunto.
La Comisión propuso en 2001 elaborar una directiva que fijara un nivel mínimo de reservas de gas en la Unión, pero la idea fue rechazada por los Gobiernos con el argumento de que no querían injerencias de terceros en la independencia de sus estrategias de aprovisionamiento.
La situación ha dado un giro de 180 grados, pero esta guerra del gas no es la primera. A principios de 2004, Gazprom cortó brevemente el suministro a Bielorrusia por razones de precio, como ahora a Ucrania, y afectó al abastecimiento de Polonia y Alemania. La incorporación en mayo de 2004 de los países del centro y del este de Europa a la Unión, con su tradicional dependencia del gas ruso, ha hecho más delicada esta dependencia para los Veinticinco.
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