En busca de fuentes fiables
El golpe ruso ha eclipsado sólo momentáneamente otras dependencias energéticas de la Unión Europea (UE), que es deficitaria en la totalidad de sus aprovisionamientos. También ha desviado la atención sobre subordinaciones como la española del gas argelino, tan fuerte como la de algunos países del este con respecto al ruso. Una poco conocida Comunidad Energética quiere restar volatilidad a la relación de la Unión con los países vecinos.
La credibilidad de Moscú en tanto que proveedor fiable ha quedado muy dañada estos días, mientras que Argel se apresuró ayer a tomar distancias con la manera de proceder del Gobierno de Vladímir Putin. "Argelia siempre ha respetado escrupulosamente todos sus compromisos comerciales y ello es una referencia para los países europeos, que necesitan un proveedor regular y sólido", indicó una fuente oficial argelina.
La Comisión Europea recordó que mantiene tratados con los países vecinos de la Unión, en particular los de tránsito, que contienen cláusulas de solidaridad para el abastecimiento energético: se les ofrece ayuda técnica y económica a cambio de que ellos garanticen el suministro.
Las fuentes consultadas hacían notar la curiosidad de que haya cláusula de solidaridad para el aprovisionamiento con países terceros y, en cambio, no la haya entre los propios países miembros de la Unión Europea.
La UE creó hace años una Comunidad Energética del Sureste, pensada para los Balcanes, a la que podría sumarse este año Ucrania en calidad de observador. Al ente se le ha caído la inicial referencia geográfica y se llama ya únicamente Comunidad Energética.
Además de Ucrania, también han pedido sumarse a la Comunidad Energética Moldavia y Turquía. Bruselas está dando los primeros pasos para incluir en el grupo a Argelia, Marruecos y Túnez.
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