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Reportaje:

Un rostro de la antigua Barcino

El Museo de Historia de la Ciudad de Barcelona exhibe el retrato, recién adquirido por el centro, de un ciudadano de la urbe romana

El rostro de un ciudadano de la antigua Barcino, la Barcelona romana, ha emergido de las nieblas de la historia para mirar cara a cara a sus modernos conciudadanos. El retrato en mármol de ese personaje anónimo de la urbe puede contemplarse en las dependencias del Museo de Historia de la Ciudad, que lo ha adquirido recientemente.

Se trata del busto funerario realizado seguramente en un taller de escultura local de un hombre maduro que vivió y murió en Barcino en el siglo I. Este tipo de retrato, que se realizaba por encargo, se engastaba luego en una estatua de material menos noble -el mármol de la cabeza es en este caso de Luni-Carrara-, como el gres de Montjuïc, y luego se colocaba la estatua en un mausoleo para perpetuar la memoria del difunto.

El retrato, procedente de la muralla romana de Barcino, ha llegado al museo donado por la familia Aragó Gassiot. La pieza fue hallada casualmente por Esteve Capdevila en 1849 durante la construcción de una casa y redescubierto en 1962 por los hermanos Aragó Cabañas, cuyos herederos lo han donado ahora.

Imagen del busto romano.
Imagen del busto romano.TEJEDERAS
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