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Columna
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Copa y puro

Abre paréntesis. El Parlamento de Andalucía hizo un paréntesis en sus vacaciones navideñas. Una interrupción para debatir las repercusiones en la comunidad de los fondos europeos para el periodo 2007-2013. El asunto era de calado y resultó curioso escuchar las bondades y las maldades de un reparto que todavía no está decidido. El presidente de la Junta dio un argumento de peso para defender los logros de Zapatero en la negociación: Andalucía seguirá como Objetivo 1 de la UE y será la región española que más dinero recibirá de los fondos comunitarios. Curiosa satisfacción, esa de recibir más dinero que nadie por ser más pobre que la mayoría. Chaves dice que esa calificación se mantendrá hasta 2013, aunque afortunadamente parece ser que no habrá que esperar hasta esa fecha para lograr el objetivo de dejar de ser algún día objetivo.

Frente al optimismo de Chaves en materia comunitaria se sitúa el pesimismo de Javier Arenas en todas las materias. Por ello, el presidente del PP de Andalucía no está contento con lo que nos ha tocado en el reparto y lamenta que nos hayan birlado 6.000 millones de euros. O sea, igual hubiera sido mejor que Andalucía no hubiera incrementado su riqueza, mejorado sus datos económicos y aliviado el problema del paro. Quizás lo deseable era seguir siendo más pobres todavía y así Bruselas nos hubiera dado más dinero que ayer, pero menos que mañana.

Cualquiera puede pensar que sus señorías realizaron el paréntesis vacacional por la preocupación que transmitían estos datos pocos convergentes. Y que dejaban los turrones para proponer iniciativas para salir de este furgón de cola. Pues fue que no. Los diputados se reunieron para cuantificar el dinero que nos dan por nuestra pobreza. Unos se felicitaron porque Andalucía seguirá siendo objetivo prioritario y los otros se lamentaron de que será un poco menos prioritaria que antes. En este debate de altura estaban en el Parlamento cuando se cruzó la estadística. Con las novedades introducidas en la contabilidad nacional, los andaluces alcanzamos ya el 75% de la renta media europea y Bruselas se han enterado tarde de que hemos superado el ansiado porcentaje. En siete décimas.

El consejero Griñán anda predicando la necesidad de cambiar el discurso político en Andalucía. Defendiendo la región por su alto potencial de crecimiento y denostando esa imagen de comunidad subvencionada y subsidiada. Lo hace cargado de datos económicos, estadísticas y estudios sobre población. Son cifras que sitúan a Andalucía como la segunda comunidad de España con mayor crecimiento en los últimos cuatro años. Si tiene razón Griñán cuando apela a ese cambio de mentalidad, se entiende poco este berrinche comunitario. Y hubiera sido mejor que el debate navideño en el Parlamento se hubiera dedicado a profundizar en las medidas con las que recortar la diferencia de 13 puntos que tiene todavía Andalucía con la media española. Dato que figura igualmente en la nueva contabilidad del Gobierno y que nos coloca frente a la dura realidad: para una vez que alcanzamos a comernos el 75% del pollo estadístico, otros ya van por el café, la copa y el puro. Año nuevo, nueva modernización. Estamos en la tercera, sin habernos dado cuenta de la segunda.

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