Un esfuerzo civil de 4.000 millones de euros

La puesta en órbita del primer satélite de ensayo del sistema Galileo no sólo supone una reválida importante para la industria aeroespacial europea sino también, o quizás más, para la capacidad de los negociadores que han conseguido por fin llevar a buen puerto el proyecto. La tarea no ha sido fácil y en algunos momentos se ha dudado incluso de su viabilidad. Representantes de los organismos y administraciones implicadas junto a las grandes empresas participantes han superado con dos años de retraso todas las dificultades y diferencias planteadas por un proyecto valorado inicialmente en 3.200 millones de euros y que ya se acerca en las últimas previsiones a los 4.000 millones.

Con el lanzamiento hoy del primer satélite de ensayos, se inicia la fase experimental y en 2010 comenzará la operativa con los cuatro primeros satélites.

La comisión calcula que durante la fase de explotación comercial se generarán unos 100.000 empleos y que en el año 2020, el mercado mundial de productos y servicios relacionados con la navegación por satélite se aproximará a los 300.000 millones de euros. Entre los años 2002 y 2003 ya duplicó su valor al pasar de 10.000 a 20.000 millones de euros.

Se trata por tanto del mayor esfuerzo europeo en el ámbito de las infraestructuras y también del más rentable si se cumplen los planes de la previsión de que los beneficios multipliquen hasta casi por cinco las inversiones realizadas.

10% español

En cuanto a la dimensión española del proyecto va a suponer también un espaldarazo importante para la industria. Se ha conseguido ya una participación del 10% en el desarrollo del programa y un retorno industrial del 100%. Algo que no estaba claro hace sólo dos meses cuando los ministros de Transportes de la Unión Europea no fueron capaces de ponerse de acuerdo ante la situación creada por el veto de Reino Unido, Alemania, Finlandia y España a la entrega de los 340 millones de euros que quedaban para culminar la fase actual.

Las empresas españolas relacionadas con el programa son Aena, Alcatel Espacio, EADS Casa, GMV, Hispasat, Indra y Sener y naturalmente ven de manera distinta el proceso si se trata de fabricantes o de operadores.

Los primeros llegaron a poner en tela de juicio la actitud de Hispasat, apoyada por el Ministerio de Defensa, de forzar al máximo la ubicación en España de centros de control, que podía poner en peligro el resto de la participación industrial española, que en esta fase se calcula en unos 176 millones de euros.

Finalmente, el resultado ha sido "magnífico" según la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez. España ha conseguido la ubicación de dos centros de control que serán llevados por Aena e Hispasat y que atenderán en el primer caso los servicios vinculados a la navegación aérea y la seguridad humana y en el segundo al control de satélites.