Bono arremete contra la burocracia de la OTAN ante las tropas enviadas a Pakistán
El ministro transmitirá a sus homólogos de Defensa las quejas por la ineficacia de la alianza
El ministro de Defensa, José Bono, arremetió ayer ante los soldados españoles desplegados en Pakistán contra la burocracia de la OTAN, bajo cuya bandera acudieron a este país asiático para auxiliar a las víctimas del terremoto del pasado 8 de octubre. "Hay quien tiene mucho cuento y quien tiene muchas cuentas que echar. La primera, con la OTAN y con los burócratas de la OTAN, que carta va y carta viene no hicieron sino complicar las cosas", les dijo el ministro en el campamento de Arja, en la Cachemira paquistaní.
"Algunos mueven papeles y vosotros movéis piedras", insistió. "Vuestro trabajo vale más que el de todos los burócratas juntos". Bono se hacía eco así de las quejas que momentos antes le había trasladado el jefe del contingente terrestre de la OTAN, el general español José Antonio Bautís, quien recordó que el intercambio de cartas entre la Alianza Atlántica y el Gobierno paquistaní, imprescindible para que las tropas pudieran emprender su tarea, no se hizo hasta el 4 de noviembre, casi una semana después de que llegaran los primeros soldados.
También le comunicó que la OTAN no sólo no paga el despliegue de los contingentes, sino que ni siquiera entrega a tiempo los fondos para financiar las obras de ayuda humanitaria. "Tuvimos que adelantar el dinero nosotros para que el trabajo no se paralizara, y empezamos por mover los escombros porque eso no cuesta dinero", explicó el general.
Bono, que se propone plantear estas críticas en la reunión informal de ministros de Defensa de la OTAN en Taormina (Sicilia, Italia), el próximo 9 de febrero, cargó contra las organizaciones militares que tienen "como timbre de gloria acumular cuarteles generales", en alusión a la presencia en Pakistán de tres de ellos, uno terrestre, otro aéreo y otro conjunto, para sólo un millar de soldados. España, a la que corresponde durante este semestre el componente terrestre de la Fuerza de Reacción de la OTAN, aporta el contingente más numeroso, con 370 militares, en su mayoría ingenieros y zapadores del mando de Salamanca y de la brigada aerotransportable de Pontevedra.
El ministro ya ha dado la orden para que el próximo 11 de enero se inicie el repliegue, que se hará en tres vuelos para el personal; y por ferrocarril hasta Karazhi y luego en barco hasta España para el material, con el objetivo de ahorrar en una operación cuyo coste se estima entre 16 y 18 millones de euros.
Pese a ello, el general Bautís se mostró confiado en que será posible cumplir todos los objetivos en el plazo previsto. Recordó que el seísmo dejó en la zona donde actúan las tropas de la OTAN más de 7.000 muertos, 10.000 heridos y 160.000 desplazados, y dañó la práctica totalidad de las infraestructuras y más del 90% de las viviendas.
En un rápido balance, explicó que se han levantado edificios semipermanentes para las escuelas de niños y niñas de Bagh y Arja, donde también se ha construido un centro médico; se han reparado carreteras y pistas forestales; se ha restaurado el suministro de agua potable; y se han instalado refugios para el frío en aldeas de alta montaña. El 90% de las escuelas están ya abiertas, lo que supone invertir la proporción que había hace dos meses, aunque casi la mitad de los alumnos tiene miedo de ir a clase. Y es que el terremoto se produjo en horario escolar y muchos quedaron sepultados al derrumbarse las aulas.
Recelo de la población
"Puede parecer una gota en el océano, pero va a permitir que el sistema educativo y el sanitario aguanten durante el invierno", insistió el general, quien subrayó que son las autoridades paquistaníes las que deciden qué obras realizar, con qué prioridad y en qué plazos. Será en primavera cuando comience la verdadera reconstrucción, que llevará años.
Las tropas de la OTAN han debido superar el recelo de la población, azuzado por algunos imanes que les atribuían la intención de quedarse. Para evitar susceptibilidades, en una zona donde se deja sentir la presencia del radicalismo islámico, la seguridad del campamento de Arja está en manos de 1.700 soldados y rangers (policía militarizada) paquistaníes, que también les escoltan en todos sus desplazamientos.
Bono se quedó ayer sin honores militares y tuvo que contentarse con estrechar la mano a los mandos del contingente, ya que no hay honores sin armas y el acuerdo con Pakistán prohíbe exhibirlas. Pero ello no restó carácter castrense a la visita. "Sois un ejército de combatientes, no de burócratas", les dijo el ministro a las tropas españolas. Aunque en este caso combatan con grúas y excavadoras.
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